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A finales de noviembre de 2015 nació OpenAI, una empresa estadounidense dedicada a la investigación y despliegue de inteligencia artificial, conocida por desarrollar el bot conversacional más popular del mundo: ChatGPT. Con la misión de asegurar que esta tecnología fuese desarrollada como código libre y en beneficio de toda la humanidad, fue fundada inicialmente sin ánimo de lucro. Sin embargo, unos años más tarde (2019), hubo un cambio importante en la filosofía de la compañía: se creó OpenAI LP, con el objetivo de captar inversión bajo un modelo híbrido e “lucro limitado”.
Debido al cambio de rumbo de OpenAI, y a un potencial conflicto de intereses con Tesla, el cofundador de la compañía, Elon Musk, decidió abandonar el consejo en febrero de 2018. El multimillonario quería que OpenAI avanzara con mayor rapidez y se transformara en una estructura con ánimo de lucro. En aquel momento, los demás fundadores no compartían su visión, aunque cambiarían de opinión unos meses más tarde.
El magnate sudafricano, también nacionalizado canadiense y estadounidense, consciente de que la inteligencia artificial era el futuro, fundó su propia compañía para desarrollarla: xAI. Y como para ser el mejor en algo tienes que estar rodeados de los mejores profesionales, no dudó en acercar posturas con Geoffrey Hinton, una eminencia en la materia. El problema es que Hinton no sucumbió a los encantos de Musk, y no guarda un buen recuerdo de su encuentro con el propietario de la red social X (anteriormente conocida como Twitter) y SpaceX, que busca llevar al ser humano a Marte.
Hinton se inventó una excusa para acabar la conversación con Musk
Geoffrey Hinton es una de las personas más capacitadas del mundo para hablar de IA. De hecho se lo conoce como uno de los “padres de la inteligencia artificial moderna”. Nacido a principios de diciembre de 1947 en Wimbledon (Reino Unido), se doctoró en la Universidad de Edimburgo en Inteligencia Artificial a finales de la década de los 70. Pocos años después, sus aportaciones en redes neuronales y retropropagación fueron fundamentales para entrenar redes profundas (Deep learning). Fue pionero al demostrar que las redes neuronales profundas podrían superar a los métodos tradicionales en reconocimiento de voz, imágenes y lenguajes.
Tales son sus conocimientos en inteligencia artificial que es plenamente consciente de sus peligros. Por ello, Hinton renunció en 2023 a Google para poder expresar públicamente sus preocupaciones sobre los riesgos de esta tecnología, ya que mientras trabajaba para el gigante de Internet no tenía libertad de expresión.
Hay que recordar que Google lleva invertidos en Gemini, su asistente conversacional potenciado con IA, cientos de millones de dólares. La compañía lo está integrando en todos sus dispositivos: smartphones y tabletas con sistema operativo Android, televisores con Google TV, relojes inteligentes Wear OS, auriculares Bluetooth y altavoces Nest, entre otros.
Hinton, que en 2024 ganó el premio Nobel de Física junto a John Hopfield por sentar las bases de la inteligencia artificial, recibió un par de años antes una invitación para participar en una llamada con Elon Musk. En una entrevista concedida a The Globe and Mail. En teoría, Musk quería mantener una conversación acerca de la amenaza existencial, pero en realidad contaba con otras intenciones: pedir a Hinton que fuera asesor de su empresa xAI.
Hablamos un poco sobre la amenaza existencia. Y luego me preguntó si sería asesor de su nueva empresa, xAI, y le dije que no. Pensó que yo podría estar de acuerdo porque contrató a uno de mis mejores estudiantes como uno de los técnicos allí
Poca gente tendría las agallas de rechazar la invitación de Musk, pero Hinton lo hizo, y desde entonces su comportamiento se volvió errático. Al experto en inteligencia artificial no le quedó más remedio que inventarse otra supuesta cita para finalizar la charla con Musk. “Tras mi negativa empezó a divagar. Y entonces le dije: concerté una reunión, lo siento, Elon, tengo otra reunión, así que tengo que irme”.
La cara de Elon Musk tuvo que ser un poema. El CEO de Tesla no debe estar acostumbrado a que la gente no haga lo que él quiere, pero Geoffrey Hinton parece tener unos principios bien definidos como para venderse al mejor postor.
En los últimos años, se ha dedicado a advertir sobre el potencial mal uso de modelos avanzados, la pérdida de empleos por automatización (cada vez más empresas están reduciendo sus plantillas “gracias” a los sistemas de IA) y la posibilidad de que la IA desarrollo comportamientos que escapen al control de los seres humanos.
Grok, el chatbot desarrollado por xAI, encadena polémica tras polémica. Desde su lanzamiento, ha diseminado diversas teorías de la conspiración, ha realizado comentarios antisemitas, elogiado a Hitler, desinformado y generado contenido ofensivo. También se han realizado investigaciones para averiguar si se han utilizado los datos de los usuarios de X para entrenar los modelos de Grok sin su consentimiento.