No es la nave que aterrizará en la luna pero si es el escalón previo: cuatro astronautas volarán durante dos millones de kilómetros, darán dos vueltas a la tierra, llegarán a la órbita lunar y le darán una sola vuelta pasando por la famosa «cara oculta».
Es verdad que lo más cerca que estarán Wiseman, Glover, Koch y Hansen -los astronautas- de nuestro satélite será a 7000 km pero el viaje es fundamental para probar el soporte vital que irá en la Artemis 3, que sí tiene previsto aterrizar en el satélite en 2027.
En todo caso, si finalmente despega, esta será la primera misión tripulada que busca volver a llevar astronautas a la Luna en 50 años. La carrera lunar ahora no es contra la unión soviética, como entnces, sino contra China que se ha propuesto conseguirlo en 2030.
En esa carrera lo que ha anunciado Lakiesha Hawkins, viceadministradora interina de la agencia, es que «estudian adelantar al 5 de febrero de 2026 la primera oportunidad de lanzamiento de Artemis II». La fecha son dos meses antes de la previsión oficial anterior, abril de 2026.
La misión Artemis II
Es un vuelo de prueba con tripulación humana cuyo objetivo principal es comprobar que funciona el módulo de servicio Orion -que suministra aire, agua, electricidad, propulsión y control térmico- y el lanzador SLS. Todo, de cara a futuras misiones empezando por la Artemis III y siguientes.
El vuelo durará alrededor de diez días y durante ese tiempo se evaluarán los sistemas de soporte vital de la nave. Los cuatro astronautas serán monitorizados en todo momento para ver su comportamiento en materia de sueño, musculatura y problemas de salud.
La NASA ha pospuesto ya en varias ocasiones esta misión por problemas técnicos y revisiones de seguridad. La noticia hoy es que se trabaja para «poder aprovechar una ventana anticipada en febrero si todos los sistemas cumplen los requisitos de seguridad». La NASA ha dicho que, pese al deseo de acelerar todo el proceso, «la seguridad y la preparación completa de los sistemas marcarán la decisión final».
Y todo esto, con el contexto de la administración Trump. Varios de sus representantes y el propio presidente han hablado de recortes significativos a programas científicos de la agencia, incluido un ajuste enorme a partidas de ciencia que afectaría a la investigación que lleva a cabo la NASA. La incertidumbre sobre la financiación marcará claramente el ritmo de algunos programas que son vitales para que esta misión, la primera tripulada en cincuenta años, salga o no.