Poniéndose al frente de Alien: Planeta Tierra, Noah Hawley no solo afrontó el reto de llevar a los xenomorfos por primera vez al formato serie con el sello de Disney+. También declaró su intención de devolverle a la saga el tono de los dos primeros filmes (el original de Ridley Scott y Aliens, la secuela dirigida por James Cameron) mediante un festival de terror biológico, claustrofobia y lucha de clases.

Ahora que las aventuras de Wendy (Sydney Chandler) llegan a su fin, es el momento de preguntarse si el showrunner lo ha conseguido. Por lo pronto, podemos decir que el colofón de la serie (titulado The Real Monsters en inglés) ha dejado el listón muy alto en lo que a sangre, tripas y babas se refiere: compruébalo leyendo nuestro final explicado del show, avisando de que contiene SPOILERS.

Final explicado de ‘Alien: Planeta Tierra’

Las historias de la saga Alien no serían lo mismo sin un último acto que lo sumiera todo en el caos. La serie de Noah Hawley hace suya esa lección convirtiendo el complejo de la corporación Prodigy en un matadero, debido tanto a la arrogancia del magnate Boy Kavalier (Samuel Blenkin) como a la codicia, la ingenuidad o la estupidez del resto de personajes.  

Así, este último capítulo nos presenta a la protagonista y al resto de ‘niños perdidos’ (los híbridos de humano y androide creados por Kavalier) prisioneros tras su intento de huida en el capítulo anterior. Para colmo, sabemos que un engendro xenomorfo pulula por el complejo… y que otro acaba de nacer, usando al pobre Arthur (David Rysdahl) como incubadora. 

Sin embargo, a Kavalier no le importa demasiado el estado de sus creaciones. Ni tampoco el de Joe (Alex Lawther), el hermano de Wendy, y Morrow (Babou Ceesay), el mercenario cíborg de la Weyland Yutani, encerrados inexplicablemente en la misma celda. 

El millonario, en cambio, está fascinado por su último descubrimiento: uno de los bichos que llegaron a la Tierra a bordo de la astronave Maginot es una criatura inteligente. Hablamos de ese ojo saltón y con tentáculos que actualmente controla el cuerpo de una infortunada oveja: a fin de comunicarse con la criatura, Boy Kavalier necesita encontrarle un huésped humano. 

Sin embargo, no todo son victorias para los malos. Si en los capítulos anteriores descubrimos que Wendy podría ser la primera criatura del universo Alien capaz de comunicarse con los xenomorfos, ahora comprobamos que sus habilidades para hackear dispositivos a distancia han mejorado hasta el punto de permitirle controlar todo el edificio desde su celda. 

Así, la joven híbrida aprovecha sus habilidades para sembrar el caos y atormentar a sus captores, entre ellos la psicóloga Sylvia (Essie Davis), el androide Kirsh (Timothy Olyphant) y el propio Kavalier. Todo esto mientras Morrow escapa de su prisión con el firme propósito de arrasar el complejo, en espera de que las tropas de Weyland Yutani lleguen para invadirlo.  

Mientras Kirsh y Morrow se enfrentan en un duelo que queda en tablas, Kavalier visita a los niños perdidos para recordarles que solo son productos creados por su empresa. Mala jugada, porque Wendy aprovecha para tomar definitivamente el control de las instalaciones y declarar un macabro «juego del escondite» en el que ella y sus compañeros perseguirán a los habitantes humanos del complejo.  

Durante la persecución, la protagonista salva in extremis a su hermano de convertirse en un huésped para el parásito ocular, descubriendo en el proceso que Atom Eins (Adrian Edmonson) no es un ser humano, sino el sintético que Boy Kavalier creó para matar y sustituir a su padre. Finalmente, el propio Kavalier acaba cayendo en sus manos, después de que el xenomorfo masacre a sus guardaespaldas.  

Por mucho mal rollo que nos den, los niños perdidos son menos crueles de lo que parece: según comprobamos en los últimos minutos del episodio, se han limitado a hacer prisioneros a los humanos, algo que Wendy aprovecha para presentarles a sus nuevos amiguitos: el xenomorfo al que ya conocemos y el segundo espécimen, aún estado de desarrollo (¿podemos llamarle ‘pequemorfo’, o nos estamos pasando?).

De esta manera, Joe, su hermana y el resto de los híbridos se preparan para huir del complejo Prodigy, aunque esto no será fácil. El lugar sigue infestado con otras formas de vida extraterrestres, incluyendo ese parásito ocular que por fin ha encontrado un huésped humano: el cadáver de Arthur. Para colmo, los mercenarios de Weyland Yutani se dirigen hacia la isla, con la propia lady Yutani (Sandra Yi Sencindiver) al frente.

Para sorpresa de quienes creían hallarse ante una miniserie, el final de Alien: Planeta Tierra lo deja todo listo para una segunda temporada. ¿Cuánto tardará Disney en darle luz verde? Esperemos que no mucho, porque nos morimos de ganas de ver a Hawley haciendo picadillo (en el mejor sentido) nuestras expectativas sobre una saga mítica del terror.