El ambiente de la Ryder Cup en suelo estadounidense volvió a mostrar su cara más hostil hacia los europeos. Jon Rahm, uno de los líderes del equipo que capitanea Luke Donald, fue recibido con un incómodo grito cuando se disponía a golpear su primer tiro de práctica en Bethpage Black, el mítico campo de Long Island donde el viernes arrancará la competición.

“Rahmbo, ¿dónde está el Ozempic?”, le espetó un aficionado desde la grada, en referencia al medicamento para la pérdida de peso que se ha popularizado en los últimos años. El comentario, dirigido al golfista español, fue el primer recordatorio de lo que se espera para el combinado europeo en Nueva York: un ambiente cargado de presión y de hostilidad.

Rahm, actualmente número 73 del mundo, forma parte de un equipo europeo que completan figuras como Rory McIlroy, Matt Fitzpatrick, Shane Lowry, Viktor Hovland o Justin Rose. Todos ellos buscarán convertirse en apenas la quinta escuadra en la historia capaz de conquistar la Ryder Cup en territorio estadounidense, un reto que se multiplica por la intensidad de la grada local.

YA ESTABAN PREPARADOS

La advertencia no es nueva. En 2021, durante la edición de Whistling Straits marcada por la pandemia, Shane Lowry reveló que incluso su esposa sufrió insultos del público. Dame Laura Davies, leyenda del golf británico, aseguró en declaraciones a Metro que lo vivido entonces “se fue de las manos” y que ahora, en Nueva York, podría repetirse con mayor crudeza: “Escuché muchos abusos horribles hacia jugadores y familiares en Whistling Straits. Ahora estamos en Nueva York, con un público todavía más intenso. Ojalá no se sobrepase, pero no me sorprendería que fuera peor”.

Para contrarrestar la tensión, el equipo europeo compartió un momento de distensión en la tradicional Cena de Bienvenida de la Ryder Cup, celebrada en Hempstead House, en Sands Point. Rahm acudió acompañado de su esposa Kelley, que acaparó miradas con un elegante vestido bronce con detalles de cristal. La pareja posó sonriente antes de ingresar al evento junto a sus compañeros.

Rory McIlroy, por su parte, llegó con un clásico traje negro, acompañado por Erica Stoll, que optó por un vestido de corte minimalista. Las esposas y parejas de los jugadores europeos se reunieron para una foto grupal a las puertas de la mansión, reflejando la unión de un equipo que necesitará máxima cohesión para afrontar un ambiente que promete ser infernal.

La Cena de Bienvenida, tradición de la Ryder Cup, permitió a ambas delegaciones disfrutar de una velada formal antes del desafío deportivo. En la foto oficial, Rahm, Lowry, Rose, Hatton, Fleetwood y Hovland aparecieron trajeados y sonrientes, reforzando la imagen de un bloque unido.

El viernes 26 de septiembre dará comienzo oficialmente la Ryder Cup en Bethpage Black, uno de los recorridos más exigentes del circuito. Allí, bajo el ruido ensordecedor de la afición estadounidense, Europa intentará otra gesta histórica.