Este miércoles, volvió a colocarse en el centro de la atención mediática al presentar por segunda vez su libro de memorias, Mar en calma. La cita tuvo lugar en la Casa del Libro de la Gran Vía de Madrid, en un acto abierto al público pero con aforo limitado, que rápidamente se llenó de rostros conocidos y medios de comunicación acreditados. En un ambiente cargado de expectación, la modelo y empresaria compartió con los presentes fragmentos de su vida y adornó el teatrillo con un mensaje de superación personal. El evento contó con Boris Izaguirre, Tania Llasera o el modelo Jaime Astrain. No estuvieron sus hijos, y ella misma explicó la razón: «Carlo está trabajando y muy volcado en el programa de decoración que estamos grabando. Mis otros hijos prefieren no tener un perfil público, así que no están aquí. Pero sí me rodean amigos que me quieren y me apoyan».

Mar Flores se colocó hace semanas en el ojo del huracán tras la publicación de sus memorias. Desde que se supo que el libro saldría a la venta, y más aún desde que se conoció su contenido —y lo que no contiene, sean elipsis, olvidos o consejos legales cumplidos—, Mar Flores es de nuevo la reina del baile rosa. Telecinco, TVE, Antena 3, El País y, por supuesto, las revistas del cuore y los digitales estamos encandilados con la película que esta señora ha reestrenado a cambio de un buen dinero. Porque, además de es necesidad que ella dice que sentía de contar su historia, como ella misma repite, está haciendo caja, con toda legitimidad, como reitera: «Estoy en mi derecho». Tanto derecho como los demás a contarlo.

Mar ha fichado por varios programas de televisión, como el de Sonsoles, donde es contertulia, a rebufo del tsunami de su explosiva autobiografía. También graba para TVE un concurso de bricolaje junto a su hijo, aunque dicen que el joven no quiere ni verla y que trató de paralizar su contrato con la productora, extremo que, por supuesto, niega Mar Flores, quien además sostiene que se lleva estupendamente con su primogénito.

La modelo, actriz y presentadora ha adoptado una pose de postureo pacífico, pero, a pesar de sus mensajes de paz, ha repartido tanta estopa que casi todos sus ex y otras personas que han pasado por su vida han dicho algo, en varios casos aportando versiones muy distintas de las expresadas por Mar. Ella se defiende con obviedades tipo: «Yo estoy en mi derecho», y con tal afirmación recuerda que todos los demás también lo están, más aún si están aludidos por la autora de las memorias y no salen bien parados. También dice que la hemeroteca no sirve para lo que dijo ella, porque han pasado muchos años, pero la usa y se la aplica a otros.

Su primer marido y padre de Carlo Costanzia ya se ha sacado su propina en algún programa tipo De Viernes, amenaza con demandas y se exhibió en dulce armonía familiar en el cumpleaños de Terelu Campos, junto a Alejandra Rubio y el joven exdelincuente de Mar, ahora empresario de barbería. A aquella fiesta también asistieron Nuria González, viuda de Fernández Tapias, íntima de las Campos y enemiga de Mar, con tantas comillas como ustedes quieran poner. Además estuvo medio Telecinco, la única de las grandes cadenas que no ha fichado a Mar pero que tiene en nómina o desfilando por sus platós a Terelu, Alejandra Rubio, los dos Carlo Costanzia, Carmen Borrego y Alessandro Lequio.

Mientras los hechos se desarrollan, las consuegras Terelu Campos y Mar envuelven la venenosa tensión que se intuye con versos dedicados. Ambas repiten hasta la saciedad lo bien que se llevan o guardan silencios tipo: «De Mar Flores no voy a hablar», en el caso de Terelu en su fiesta; mientras Mar Flores nos lanza desde Informalia su cariño hacia la otra abuela de su nieto, diciéndonos que la ha invitado a la presentación de sus memorias de este miércoles (aunque en realidad ya las había presentado en diversas firmas, reuniones con periodistas y comparecencias televisadas).

Es cuestión de tiempo que esta guerra fría, disfrazada de paz entre clanes, se traduzca en la típica confrontación abierta

Es cuestión de tiempo que esta guerra fría, disfrazada de paz entre clanes, se traduzca en la típica confrontación abierta y pasemos a disfrutar de peleas en el barro retórico, en lugar de estas pullitas con sonrisa, como la foto de Terelu con el hombre al que Mar acusa de agredirla y arrebatarle a su hijo, un hijo que posa con su padre y al que demuestra su cercanía y complicidad junto a la madre de su bebé, nieto de Mar Flores. En este contexto, donde Mar Flores se desmiente incluso a sí misma, la modelo repite: «Estoy en mi derecho», cosa tan obvia y cierta como que todos los demás también lo están. Reniega incluso de una entrevista larga y densa, realizada en 2001 por el periodista ya fallecido Fernando Múgica, donde Mar daba una versión distinta de algunos aspectos que ahora relata de manera diferente. Es posible que dentro de cinco, diez o veinte años afirme igualmente que lo dicho en 2025 no es así y vuelva a dar otra versión. Ojalá estemos para verlo.

«No tengo nada que ver con las polémicas. Yo he lanzado mi libro y ahí está», repite esta lanzadora de cuchillos camuflada como la Teresa de Calcuta de las memorias amables, sinceras y supuestamente pacíficas. Mar niega polémicas, contradicciones, rencores y conflictos, incluso rebaja el suflé de la foto de su primer marido con Terelu en el cumple: «Ya la felicité», aclara con sonrisa. Para luego admitir que no le hizo gracia.

Mar no ha dejado de recibir críticas de los hombres que aparecen referidos en ellas y aún están vivos, como su exmarido, Carlo Costanzia, o Alessandro Lequio. «Se ha puesto todo el mundo muy nervioso», dijo a Martín Bianchi. Este miércoles, una periodista comentaba: «Más nerviosa se puso ella con ciertas portadas que la llevaron incluso a ser ingresada por ansiedad o, tal vez, un diagnóstico peor». Lo cual nos devuelve a las injusticias que se cometieron con ella.

«Los hombres fueron muy machistas conmigo y las mujeres, influenciadas por ellos, también», dice sobre las críticas que recibía en los 90. «Era una mujer de clase baja con aspiraciones grandes y eso despertaba mucha inquina». Ahora despierta las ganas de leer libros, como dice Sonsoles Ónega, flamante ganadora del Planeta, para recordar lo bien que van las ventas de su compañera de programa.

«He sido una muñeca rota, ahora soy un mujerón»

Antes de la presentación formal, Mar Flores se enfrentó a las cámaras y micrófonos en un photocall sin restricciones a los medios, rompiendo con la costumbre de imponer condiciones en este tipo de actos. A su lado estuvieron el periodista Martín Bianchi, encargado de conducir la charla, y la psicóloga Laura García Agustín, figura clave en el proceso personal de la autora. Flores subrayó que la publicación del libro fue consensuada con sus hermanas y su hermano, quien durante años ejerció como su representante. Preguntada sobre las declaraciones de su exmarido, Carlo Costanzia, la modelo prefirió no entrar en polémicas: «No voy a responder. Este libro está escrito desde otro lugar, desde la sanación».

La autora se mostró firme y serena. «Vivimos en un mundo libre. Que cada uno haga lo que quiera. Al principio tuve miedo, pero ya no. He sido una muñeca rota y ahora soy un mujerón. Soy una mujer nueva y ya no me voy a callar. Este libro es mi testimonio y creo que puede ayudar. Era necesario escribirlo», confesó ante los periodistas. Flores insistió en que su obra está atravesada por un espíritu constructivo: «Estoy feliz y tranquila. No olvido, pero he perdonado. Todo lo que relato, lo malo y lo bueno, está contado en positivo. El escarnio ha sido público, ya no me hace daño».

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