Corren buenos tiempos para rebuscar en las heridas del pasado. Lo demostró la directora Carla Simón con su última película, Romería, en la que volvía atrás para intentar hacerse con un pedazo de sus padres. A esta tendencia introspectiva se suma la actriz de Vis a vis y La casa de papel, Alba Flores, valiéndose de recuerdos infinitos en formato audiovisual, la memoria colectiva y la dirección de Isaki Lacuesta.
«Siempre ha habido una necesidad, pero no nos sentíamos preparadas hasta hace muy poco», cuenta la actriz en una charla con CINEMANÍA en el marco de la 73ª edición de un Festival de San Sebastián. Acaba de estrenar en la Sección Oficial fuera de concurso Flores para Antonio, el documental que rememora a Antonio Flores, una de las figuras musicales más importantes de nuestro país, padre de la actriz y fallecido en 1995, cuando ella tenía solamente ocho años.
Todo surgió a raíz del concierto homenaje que celebraron en 2023 y empezaron a «abrir la caja de recuerdos». Y Alba tuvo muy claro desde el primer momento quién sería el director: Isaki Lacuesta, ganador del Goya a Mejor dirección por Segundo Premio. «Al principio yo no quería saber nada de la película, pero quería que la dirigiese Isaki», confiesa.
El cineasta se dio cuenta de que lograr la honestidad propia del documental no sería posible sin contar con la mirada de la actriz. «Si yo hago esto es para que me cambie la vida. Para intentar aportar algo a mi familia, a la memoria de mi padre y tanto a quien no lo conoció como artista y cantan sus canciones como a un público que celebraba su arte y sintió su pérdida«, recuerda Alba.
Son canciones como No dudaría o Alba, que siempre llevará el nombre y el apellido de la actriz «tan bonita, tan morena, tan gitana como era», las que continúan perviviendo treinta años después del fallecimiento de Antonio Flores. Incluso las que no eran de su puño y letra, como esa versión de Pongamos que hablo de Madrid de Joaquín Sabina o El Fantasma de Canterville de Sui Generis, que acabó haciendo suyas.
Y aunque hayan pasado tres décadas, «todas las semanas de mi vida alguien me decía cuánto admiraba a mi padre», cuenta Alba. Y es precisamente esa persistencia de la memoria lo que también hace que Flores para Antonio cobre aún más importancia.
Rodado junto a Elena Molina (La mano en el fuego) en Flores para Antonio se explora la vida y obra del cantante y compositor a través de materiales nunca vistos: vídeos caseros, fotografías, dibujos, imágenes de archivo, su música y su faceta como actor, en la que destaca la película Colegas de Eloy de la Iglesia, la favorita de Alba. Una recopilación que supuso una tarea minuciosa con 27 ojos implicados.
«Hay tanto material que era imposible que una sola persona lo viese todo. Mamen (Díaz), la montadora, sí que lo hizo y hasta soñaba con mi familia», bromea Alba. Pese a tan tremenda hemeroteca, teme que se hayan dejado algo en el tintero y que, dentro de una temporada, «salga alguna joyita».
En este viaje al pasado participan su madre, la productora teatral Ana Villa, y sus tías, las cantantes Lolita y Rosario Flores. «Lo más difícil era juntar en el espacio y tiempo a mis dos tías. Ellas se iban a reunir en vacaciones y tuvimos que adelantar el rodaje para adaptarnos», recuerda Alba, quien quería formar un ambiente relajado y familiar para que los recuerdos apareciesen de manera íntima y natural. Como la vida misma.
También están presentes figuras que colaboraron con el músico en su momento como Antonio Carmona, Joaquín Sabina, Ariel Rot o Sílvia Pérez Cruz. Incluso hay un poquito de su abuela, Lola Flores, intentando no redirigir la atención hacia «La Faraona», eterna acaparadora de miradas y curiosidad.
Flores para Antonio se estrenará en cines el 28 de noviembre y según Alba Flores si su padre hubiese llegado a verla se preocuparía por quién haría la música. Pero seguro que «no dudaría en volver a reír».