El fotógrafo extremeño Antonio Veiga ha sido galardonado con el ‘Primer Premio de Fotografía Santiago Castelo 2025’ por su obra ‘Eugenio’. El reconocimiento, dotado con 4.000 euros, se dio a conocer este miércoles 24 de septiembre durante un acto celebrado en el Archivo Histórico de Cáceres. La velada, que congregó a numeroso público, contó con la presencia de destacadas personalidades del ámbito cultural, social y político de Extremadura, así como de las regiones portuguesas de Alentejo y Centro.

Sólida trayectoria

Veiga acumula una sólida trayectoria, ya que ha sido finalista en prestigiosos encuentros fotográficos como el ‘Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín’, los ‘Encuentros Fotográficos de Gijón’ y la edición 2024 del propio ‘Premio Internacional Santiago Castelo’. Su obra ha sido expuesta en espacios de referencia como la ‘Real Sociedad Fotográfica de Madrid’ y el ‘Museo Etnográfico González Santana de Olivenza’.

Homenaje a los pastores de Olivenza

La mirada artística del fotógrafo nace de un reencuentro personal, el del adulto con cámara en mano y el niño que fue, aquel que pastoreaba junto a su perro Pepe durante los largos y mágicos veranos de su infancia. Cada una de sus imágenes puede entenderse como un autorretrato de ese niño, una autobiografía visual de la vida que pudo haber sido, de no haber aparecido la fotografía para transformar su camino. A través de su trabajo, Veiga rinde homenaje a los pastores de Olivenza, como él, que crecieron con la tierra y los animales como parte inseparable de su existencia.

Fotografía de Veiga premiada con el Primer Premio 2025.

Fotografía de Veiga premiada con el Primer Premio 2025. / Cedida

La fotografía premiada forma parte de su proyecto más reciente, aún en desarrollo, titulado ‘La mano de hombre’. Este trabajo comenzó a gestarse en la empresa donde el autor desempeña su labor profesional, capturando escenas durante su jornada. El proyecto busca documentar la relación del ser humano con la tierra, deteniéndose en las historias de quienes todavía hoy trabajan con sus propias manos.