“Tiene mucho talento, es muy tenaz, es un gran compañero en la Ryder Cup. No tengo más que cosas buenas que decir sobre Jon”, comentaba Rory McIlroy. Era diciembre de 2023 y su amigo Rahm acababa de fichar por el LIV. McIlroy, uno de los más críticos con el circuito saudí, empezaba a modular su mensaje.
En parte porque, por entonces, quedaba en entredicho la presencia de los jugadores del nuevo circuito saudí en el torneo. Prácticamente descartada quedaba la opción de la clasificación directa, pero McIlroy era claro. “El circuito europeo deberá reescribir las reglas de elegibilidad. Yo quiero que Jon esté en el equipo”, señaló.
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Han pasado casi dos años desde entonces y, en efecto, Rahm ha podido jugar los torneos mínimos para ser elegible para el equipo. Por cuarta vez en su carrera, primera desde su marcha al LIV, el de Barrika va a volver a representar a Europa en el mayor escenario del golf mundial.
Han cambiado sus condiciones, pero no sus galones. Rahm llega convertido en uno de los grandes líderes de Europa, junto a McIlroy, y está llamado a ser una pieza clave para intentar asaltar Bethpage State Park. Ya lo ha sido en el pasado.
Desde que debutó en 2018, Rahm ha ganado dos de las tres Ryder Cup que ha jugado. Se coronó en su debut y en 2023, ambas en Europa, mientras que cedió en 2021 en Wisconsin, por lo que aspira a levantar por primera vez el trofeo fuera de casa.
Su peso en el equipo siempre ha sido importante y no se espera que este baje en la presente edición. En 2018 jugó los dos fourballs (ambos con derrota) y ganó uno de los puntos más simbólicos a nivel individual tras derrotar a Tiger Woods. Ya en 2021 su figura fue determinante, con una dupla fetiche con Sergio García (tres puntos de tres posibles), otro medio punto junto a Tyrrell Hatton y una derrota con Scheffler a nivel individual. Estuvo presente en un tercio de los nueve puntos con los que Europa fue superada con claridad por Estados Unidos (9-19).
Sin embargo, la actuación de Rahm le valió los galones necesarios para ser considerado un líder con todas las letras en 2023. Entonces formó una dupla de plenas garantías con Tyrrell Hatton (dos puntos de dos posibles), añadió otro medio junto a Nicolai Hojgaard y sacó un valiosísimo empate contra Scottie Scheffler de nuevo en uno de los partidos individuales estrella.
Galones que se mantienen
Es de esperar que esa jerarquía de Rahm se mantenga en este 2025. Las circunstancias han variado porque su marcha al LIV ha estado acompañada de un menor número de torneos en los que se ha visto las caras con muchas de las estrellas estadounidenses, con Scheffler al mando, pero ello no ha variado sus galones.
Es cierto que el rendimiento de Rahm en los ‘majors’ no ha podido igualar en las dos últimas temporadas el de su gran 2023, su último año como miembro del PGA Tour. Ahora se probará en el único gran escenario en el que no había jugado desde su cambio de circuito, el mayor torneo por equipos del golf mundial.
Pero también ha habido cambios a priori positivos para él de cara a esta edición. En el LIV se ha fortalecido el nexo de Rahm con Tyrrell Hatton, con quien comparte equipo en el circuito. Se espera que ambos tengan mucho protagonismo juntos en los foursomes y en los fourballs para tratar de llevar a Europa a lo más alto.