La suya fue una historia de amor que, en su momento, generó titulares por lo singular de la pareja: una joven anónima y un célebre ginecólogo con 48 años de diferencia entre ambos. Sin embargo, Ronna Keith ha querido ahora relatar desde su propia voz cómo fue realmente su relación con Julio Iglesias Puga, el hombre detrás del personaje público.
Su regreso a España responde, según explicó, a un impulso emocional. «Durante todos estos años yo les he hablado mucho de su padre. Creo que es importante hablarles de él, para que conocieran el tipo de persona que era», contó durante su conversación con Antonio Lleida en ‘TardeAR’. Para ella, volver al país en el que comenzó su historia es una forma de mantener vivo ese recuerdo en la memoria de sus hijos, Jaime Nathaniel y Ruth, hoy ya mayores de edad.
Un flechazo en el Paseo de la Habana
El primer encuentro entre Ronna Keith y Julio Iglesias Puga tuvo lugar en Madrid, en el Paseo de la Habana, cuando ella paseaba por la calle con una amiga. Aquel cruce de caminos marcaría el inicio de una relación que duraría más de una década. «Fue amor a primera vista», dijo la viuda en la entrevista. «Me conquistó porque era una persona que tenía un sentido del humor, era inteligente, tenía sus valores…».
A pesar de la polémica generada por la diferencia generacional y el fuerte interés mediático que rodeaba a ‘Papuchi’, ambos optaron por vivir su historia de forma discreta. Keith recuerda con claridad lo que la cautivó desde el primer momento: «Me conquistó por su sentido del humor, por su inteligencia, por su devoción a la familia y a Dios. Esos valores fueron fundamentales para mí».
Una boda secreta y una vida discreta
Tras 11 años de relación, en marzo de 2001 decidieron casarse en secreto en Estados Unidos, en una ceremonia íntima a la que no asistió ningún miembro de la familia Iglesias. «Mantener un secreto así tan delicioso fue importante para nosotros. Queríamos guardar un espacio de privacidad, que en ese momento era muy necesario», explicó en ‘TardeAR’.
Desde la muerte de Papuchi el 19 de diciembre de 2005, a causa de una parada cardiorrespiratoria, Ronna Keith optó por retirarse de los medios y centrarse en la crianza de sus hijos. Aquella pérdida supuso un punto de inflexión. «Ha sido y será siempre el amor de mi vida», aseguró durante la entrevista, sin dramatismo, pero con una profunda carga emocional.
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Lejos de detenerse en el duelo, Keith quiso centrarse en transmitir a sus hijos el legado personal de su padre. «Era una persona muy humana, con una actitud optimista hacia la vida. No quiero que mis hijos se tomen la vida tan en serio; su padre era alguien feliz, apasionado y con una gran capacidad para disfrutar cada momento», destacó. Para ella, esa filosofía es el regalo más valioso que Iglesias Puga pudo dejar a su familia.
Ya con sus hijos convertidos en adultos, Ronna siente que ha llegado el momento de hablar públicamente. En su conversación con TardeAR confesó que nunca se arrepintió de la diferencia de edad con su esposo. «Para los que le conocieron, él era muy juvenil, muy astuto y muy rápido de mente», señaló con firmeza.
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La decisión de volver a España no ha sido casual. Ronna Keith considera que era fundamental que sus hijos conocieran el entorno, la cultura y los vínculos que formaron parte de la vida de su padre. «Ha sido muy importante para mí llevar a mis hijos a España, para que ellos conozcan la cultura, la familia y todos los amigos», dijo al final de la entrevista.
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