El espectáculo en las carreras de Fórmula 1 se está viendo afectado por varios factores
La Fórmula 1 vive una buena época de crecimiento a nivel de audiencias y seguimiento en redes desde la llegada de Liberty Media. La batalla entre Max Verstappen y Lewis Hamilton en 2021 terminó por elevar la fama de la categoría. No obstante, el año pasado fue el primero en España en que cayó el número de espectadores desde 2020, algo que se está comenzando a notar también a nivel mundial. Pese a que los dueños de la categoría se esfuerzan por mejorar el producto en todos sus sentidos, la calidad de sus carreras parece declinar en los últimos tiempos.
El reglamento actual de la Fórmula 1, un fracaso en cuanto al «aire sucio»
En 2022 la Fórmula 1 trajó una nueva generación de monoplazas. Desde la llegada de la era híbrida, eran muchas las dudas respecto a cómo mejorar una categoría que parecía algo perdida en cuanto a espectáculo en pista. La decisión fue una reglamentación enfocada principalmente en el efecto suelo, con el objetivo de generar carga aerodinámica en la zona baja del coche, sin generar tanto «aire sucio» al piloto perseguidor. Todo con la esperanza de mejorar la actividad en pista, con los pilotos pudiendo conducir cerca los unos de los otros.
Leclerc, perseguido por Hamilton en Bakú
La realidad es que no ha funcionado como esperaban. En 2022 sí se observaba una mejora, pero conforme han ido evolucionando el reglamento y los coches, el efecto ha desaparecido por completo. En 2025, la Fórmula 1 ha aumentado la distancia de algunas zonas de DRS con el fin de ayudar a los adelantamientos, pero los coches siguen saliendo muy lejos los unos de los otros. Si el diferencial de velocidad no es grande, se torna bastante difícil rebasar a un rival.
Especialmente los equipos más evolucionados aerodinámicamente, como McLaren, se ven más afectados por este «aire sucio». Ejemplo de ello es el Gran Premio de Azerbaiyán, donde Lando Norris no podía avanzar posiciones a pesar de tener el mejor coche.
Un DRS algo insuficiente
La clasificación, por tanto, juega un papel más fundamental que nunca. Estas sesiones suelen ser muy emocionantes, con una igualdad poco vista antes, algo que no se ve en carrera. Los favoritos lo tienen más complicado para remontar tras una mala clasificación, algo que sería divertido si hubiese batalla en pista. Sin embargo, lo más común es encontrar los famosos «trenes de DRS», ya que no pueden salir lo suficientemente cerca de sus rivales para atacar y los de detrás quedan neutralizados por el uso de este sistema por parte de todo el grupo.
Además, la FIA decidió reducir la efectividad del DRS para este reglamento, ya que confiaban en que podrían luchar más de cerca. La realidad es que la dependencia por este sistema es absoluta y las batallas en pista inferiores. En 2025, circuitos que siempre dan grandes carreras, como Monza o Azerbaiyán, no han conseguido aportar gran emoción y batallas.
Pirelli y la FIA deben buscar soluciones
Uno de los grandes problemas de los últimos años está en la degradación de los neumáticos. En 2022 llegaron las llantas de 18 pulgadas, sustituyendo a las de 13 pulgadas anteriores. Esto provoca que la goma esté menos tiempo en contacto con el asfalto y, por tanto, reduce su degradación. Pirelli ha aumentado su durabilidad hasta tal punto que cuesta encontrar carreras con dos paradas, ya que no compensa perder tiempo en boxes por la ganancia de tiempo de un neumático nuevo.
Diseño base del coche de Fórmula 1 de 2026
Para 2026 el tamaño de las llantas será el mismo, aunque se reduce el del neumático. De todas formas, Pirelli debe trabajar en crear neumáticos rápidos y que degraden para mejorar la calidad estratégica de las carreras. Además, deben fomentar que ir al límite sea más rápido que gestionar para generar más espectáculo.
Por su parte, la nueva reglamentación de monoplazas de 2026 provoca muchas dudas dentro del paddock. Se espera que las diferencias entre equipos aumenten y que los motores eléctricos no puedan entregar potencia durante toda la vuelta, ya que pasará a ser casi un 50% de la propulsión. Además, se eliminará el DRS para dar paso a la aerodinámica activa, por lo que los adelantamientos dependerán de una especie de KERS que tendrán los pilotos, una potencia eléctrica extra con la que atacar. Son muchas las incógnitas para el reglamento de la Fórmula 1 de 2026, pero lo que está claro es que el actual necesita un cambio si la categoría no quiere empezar a sufrir las consecuencias.