La tormenta de abucheos e insultos que se temía en Bethpage hacia el equipo europeo se quedó en chirimiri. Apenas unos pocos momentos difíciles para los jugadores europeos a los que sacaron de posición con algún ruido fuera de lugar en los partidos de la tarde, pero en general el público se comportó con cierta etiqueta, volcándose sólo en animar a la tropa de Keegan Bradley, mientras ruidosos hinchas europeos lo hacían con los suyos, especialmente con el famoso «olé, olé, olé….»

Sin embargo, sí hubo un episodio difícil con Rory McIlroy como protagonista. que en el hoyo 11 levantó el dedo corazón de la mano izquierda hacia el público en el partido de los fourballs de la tarde con Shane Lowry de pareja ante Patrick Cantlay y Sam Burns.

El dúo irlandés acababa de ganar dos puntos seguidos y algún comentario debió molestar al último ganador del Grand Slam que reaccionó con esa fea acción.