Después de 11 años de relación, 9 de ellos casados, y dos hijas en común, el amor entre Kiko Rivera e Irene Rosales se desvaneció, dando como resultado el anuncio de su separación el pasado 27 de agosto, aunque la decisión ya llevaba varios meses meditada. Tras salir a la luz la noticia, que, por cierto, la dio en exclusiva la revista SEMANA, el hijo de Isabel Pantoja fue quien hizo las maletas y abandonó la casa a la que toda la familia se mudó en 2021, una vivienda situada a las afueras de Sevilla, en el municipio de Castilleja de la Cuesta.

Así que, a día de hoy, es Irene Rosales quien sigue viviendo en esta vivienda sevillana junto a sus dos hijas, Ana y Carlota, y quien, además, está haciendo algún que otro cambio en la decoración, tal como la propia creadora de contenido ha ido enseñando en sus redes sociales. Y hasta Castilleja de la Cuesta nos hemos ido con nuestra queridísima Ana García para que nos ayudara a analizar los interiores del hogar de Irene Rosales desde su mirada profesional.

DL u444673 005La historia de (des)amor de Telma Ortiz, hermana de Letizia, y Robert Gavin Bonnar: engaños, celos, misterio y una hijaUna casa real, un estilo alcanzable

Ana nos ha confesado que le ha encantado encontrarse con una casa que, sin grandes artificios, logra transmitir calma y confort, especialmente en estos tiempos en los que las redes sociales están llenas de viviendas perfectas y casi inalcanzables. Según la interiorista, “en el hogar de Irene Rosales el estilo nórdico se cuela de manera natural y cercana, demostrando que se puede vivir en un espacio bonito sin necesidad de grandes presupuestos ni complicaciones”.

La interiorista también comenta que Irene no pretende que sea un hogar perfecto, y es ahí donde radica toda su belleza: «se trata de una casa vivida, práctica, pensada para el día a día. Ese es, quizá, su mayor encanto: demuestra que cualquiera puede tener un espacio bonito y funcional sin dejar de lado lo que realmente importa, que es disfrutarlo», añade la especialista en interiorismo.

Salón de Irene Rosales @irenerova24
Tonos neutros, decoración sencilla y mucha luz

En general, Ana ha detectado un estilo nórdico en toda la casa, donde predominan los tonos neutros, una decoración sencilla y mucha luz natural. Para aumentar esa luminosidad, Irene tiene en su salón un sofá blanco, amplio y mullido que invita a descansar. Para darle un toquecito de color, la creadora de contenido ha apostado por cojines en tono mostaza y verde botella, colores que aportan un guiño cálido que hace que el salón sea todavía más acogedor.

De este mismo salón, Ana comenta que sus paredes, en tonos neutros, se decoran con láminas sencillas y frases inspiradoras, explicando que “no son piezas de colección ni cuadros inalcanzables, sino pequeños detalles que cualquiera puede incorporar en casa y que, sin embargo, tienen un gran impacto visual”. Y justo ese es uno de los secretos del estilo nórdico más comercial:piezas asequibles que, bien combinadas, consiguen transmitir orden, calma y un aire actual.

ormitorio principal de Irene Rosales

Dormitorio principal de Irene Rosales

@irenerova24

La interiorista vuelve a recalcar el tema de la luz natural, la considera que es una de las grandes protagonistas de toda la vivienda. “Cortinas ligeras y colores claros permiten que la claridad se cuele en cada rincón, potenciando esa sensación de amplitud que tanto valoramos. No hace falta vivir en una casa de revista para disfrutar de espacios luminosos; basta con elegir bien los textiles y no sobrecargar las estancias”, detalla García para concluir su análisis.