Paula Blasi aún no termina de asimilarlo. “Han pasado 24 horas y sigo sin creérmelo”, admite. La joven catalana, de 22 años, se colgó un bronce que vale mucho más en la ruta sub-23 del Mundial de Kigali, un día en el que todo parecía conjurarse contra ella. “Hubo un momento en el que di la medalla por perdida cuando se fueron por delante. Pensé en bajarme, lo veía imposible. Pero tiré en el instante justo, se cerró un hueco y allí estaba yo”, recuerda.
«Ese bronce me supo a oro»
Ese giro inesperado le permitió agarrarse a la carrera y terminar en un podio que todavía saborea. “Ese bronce me supo a oro. Soy realista: tanto la campeona como la plata fueron superiores, iban muy fuertes, pero precisamente eso me motiva más para entrenar y para soñar con un oro en el futuro”. Eso llegó tras el que dice ha podido ser su peor día, en la crono: «No encontré sensaciones, de hecho busqué una rendija para poder bajarme y retirarme».
Blasi, en el podio.
La escena posterior, ya con la medalla de la ruta, fue emocionante: “Lo primero fue celebrarlo con mis compañeras, con la seleccionadora, con el staff. Ellas han visto también la parte negativa y ahora tocaba disfrutarlo juntos. Y luego, claro, llamar a mi madre y a mi hermano. Poder compartirlo con mi gente fue increíble”.
Blasi pertenece al UAE Team ADQ, donde se siente plenamente respaldada: “Estoy muy contenta, firmé hace poco dos años y mi intención es crecer de la mano de uno de los mejores equipos del mundo femenino”.
Paula Blasi, durante el prólogo del Porvenir.RFEC
No quiere poner límites a su progresión: “Las palabras limitan mucho. Llevo muy poco en este mundillo y el abanico es grande. Mi cuerpo algún día dirá basta, pero hasta entonces no pienso decirlo yo”. Lo que sí tiene claro es que sueña con un día estar en el Tour de Francia femenino: “Primero ayudando a mis líderes y después, si crezco como corredora, poder luchar por una grande vuelta”.
Mirando al futuro
Sus referentes también la inspiran en ese camino: “Mavi García, segurísimo. Fue mi primer referente femenino cuando entré en el ciclismo, sobre todo porque venimos del duatlón. Y luego, claro, Marianne Vos y todas las grandes”.
Con la ilusión intacta, Blasi remata con una frase que define su carácter: “Esto llega cuando menos te lo esperas, pero hay que estar ahí. Un día pensé que no tenía opciones y al siguiente estaba en el podio. Esa es la magia del ciclismo”.