Fue el pasado 21 de septiembre cuando falleció una de las colaboradoras más emblemáticas del extinto espacio Día a día, presentado por María Teresa Campos: la periodista Mariví Fernández Palacios. La también escritora perdió la vida en Madrid, donde residía.
Según la información que controla EL ESPAÑOL, la periodista llevaba años retirada de la primera línea periodística, «desde la pandemia», lo sitúan a este medio personas bien informadas. Dedicaba su tiempo libre, tras una suerte de jubilación de facto, a escribir y a pintar.
Le apasionaban ambos pasatiempos y, de hecho, este periódico ha podido conocer, días atrás, que María Victoria pereció con un sueño sin cumplir: escribir un libro, un proyecto personal. Acudía a la Escuela de Escritores y encontraba en las palabras inspiración y solaz.


Mariví durante una reciente entrevista en Estudio 8 con Juan de Dios Rodríguez Pariente.
Vivía, de acuerdo a los datos cotejados por EL ESPAÑOL, en la zona de Nueva España, dentro del distrito de Chamartín, en Madrid. Es una vía residencial y tranquila, cercana a la avenida de Alfonso XIII, ubicada en uno de los barrios más cotizados al norte de la ciudad.
Residía en un chalet y lo hacía sola. Una información que este medio ha podido contrastar. Pese a que en otro artículo se puso de relieve que Mariví estaba casada -y no tenía hijos-, ahora EL ESPAÑOL puede confirmar que se divorció de su esposo, Julián Ruiz.
Fernández Palacios y su marido, locutor y uno de los productores musicales más importantes del pop español, habían tomado caminos separados tiempo antes del deceso de la periodista.
Mariví, así la describen quienes la trataron, siempre fue una mujer muy «reservada» y «hermética» con su vida privada.
Mariví levaba una vida muy discreta y, sobre todo, cargada de proyectos vitales, a pesar de que en su tramo final su ánimo no era el más óptimo. Su último trabajo profesional fue en el programa El Patio, de Castilla-La Mancha TV, donde colaboraba.
Quien la conocía dice de ella que fue una mujer apasionada de su trabajo e inquieta. Le gustaba aprender y, amén de un fuerte carácter humanitario, la literatura era la otra gran pasión que rigió su vida hasta su último hálito.
No en vano, escribió una biografía -no autorizada- sobre el cantante Pablo Alborán (36) y, como decíamos unas líneas arriba, se quedó con la ilusión sin cumplir de escribir una obra literaria. Asistió a dos cursos de relato breve y a uno de guión cinematográfico en la Escuela de Escritores.

Mariví Fernández Palacios, en una imagen de archivo.
Fernández Palacios dejó una huella profunda en el mundo de la comunicación en España. Su trayectoria, marcada por la pasión, la cercanía y una curiosidad incansable, abarcó radio, televisión y prensa escrita, convirtiéndola en una figura clave del periodismo.
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, Mariví comenzó su carrera en la radio casi por casualidad. En una entrevista concedida en 2024, relataba cómo respondió a un anuncio y acabó rodeada de leyendas como Matilde Vilariño, Matilde Conesa y Juana Ginzo.
Su paso por programas como Cita a las 5 de Basilio Rogado y Hoy por Hoy con Iñaki Gabilondo (82) en la Cadena SER fue decisivo: «La SER era el Real Madrid de la radio; éramos los mejores», recordaba con orgullo.
También trabajó en Radio Nacional y Onda Cero, donde se consolidó como una voz cálida y reconocible, especializada en temas de sociedad, cultura y crónica rosa.
Su salto a la televisión la convirtió en rostro habitual de programas como Día a Día en Telecinco, bajo la dirección de María Teresa Campos, quien la consideraba parte de su círculo más cercano.
También colaboró con Carlos Herrera (68), con quien compartió momentos memorables en radio y televisión.
Mariví pasó por TVE, Antena 3, Canal+ y Telemadrid, destacando especialmente en El Palco de Canal+, un espacio taurino ideado por Alfredo Relaño que ella definía como «hecho a mi medida«.
Además de su labor como comunicadora, Mariví fue autora de la biografía no autorizada de Pablo Alborán, y cubrió grandes eventos internacionales como las bodas de la Familia Real española y las ceremonias de los Premios Óscar.
Su estilo combinaba rigor informativo con sensibilidad narrativa, lo que le permitió conectar con el público sin caer en el sensacionalismo.
En sus últimos años, Mariví se retiró del foco mediático y se dedicó, también, a la pintura. Viajera incansable, en 2024 relataba que acababa de regresar de Senegal y planeaba visitar Namibia, reflejo de una vitalidad que la acompañó hasta el final.
Su última entrevista
En una de sus últimas entrevistas, concedida en 2024 a Juan de Dios Rodríguez Pariente, Mariví reflexionaba con lucidez sobre el periodismo actual y su trayectoria.
Con esa mezcla de orgullo y humor que la caracterizaba, recordaba sus años junto a figuras como Matilde Conesa, Juana Ginzo o Iñaki Gabilondo, y lamentaba el rumbo de la televisión contemporánea.
«Hoy quieren tus informaciones y al día siguiente no. Hoy les pareces bien lo que haces y a la semana siguiente te quitan para poner a un mendrugo».
Estas palabras, recogidas por su amiga y colega Paloma Barrientos en una emotiva carta publicada tras su muerte, reflejan el desencanto de Mariví con el medio televisivo, pero también su fidelidad al periodismo riguroso.