El Ciudad de Logroño regresó de Cuenca con un sabor amargo en la boca después de caer ajustadamente por 29-28 y desperdiciando dos balones … para empatar. Pero más allá de esas dos jugadas finales –una falta en ataque pitada a Pergel cuando podría haber sido perfectamente penalti y otra, que sí fue, de Zaja–, el conjunto franjivino está obligado a reflexionar.
La diferencia de intensidad defensiva con respecto a Cuenca fue notable. Rozando la indisciplina, los jugadores conquenses se dejaron la piel en trabajos de retaguardia, saliendo siempre para anular el juego de la primera línea. En el área riojana, Joao Perbelini se cansó de hacer goles hasta su lesión de rodilla. Era evidente: falta de tensión. «Hemos empezado bien el partido, bien atrás y organizados en ataque, pero poco a poco nos fuimos diluyendo», indicó Miguel Velasco al término del encuentro. «Nos ha costado mucho atacar esa defensa, nos han defendido muy bien, muy duro, muy intensos. No hemos sabido dar continuidad al ataque», dijo.
El preparador segoviano recordó que el BM Logroño trató de cambiar la dinámica atacando con siete jugadores, pero no alcanzó. «No hemos hecho un buen partido. Hay que dar mucho más. Por lo menos ponerte a la misma intensidad que Cuenca», observó el míster.
El equipo riojano regresa este viernes (19.00 horas) al Palacio donde le visitará un EON Alicante que ha sorprendido este inicio de curso.