Estas viviendas son un fiel reflejo de la filosofía con la que el estudio Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo encara sus proyectos. De arquitectura sencilla ambas, Salvá pone en valor aquí –y en otros proyectos que ya hemos ido publicando en Arquitectura y Diseño– elementos como la luz, la naturaleza y una arquitectura de estilo mediterráneo basada en formas y materiales honestos que se concretan en interiores confortables y contemporáneos. Además, las casas están en un enclave espectacular: la urbanización Son Serralta, con vistas al valle de Puigpunyent: “un paisaje donde se alternan bancales de piedra seca, encinas, almendros y olivos centenarios”, comenta el arquitecto, que destaca la atmósfera bucólica y tranquila que se respira, “con la montaña como telón de fondo y una naturaleza que envuelve cada vivienda con un carácter íntimo y sereno”.
El encargo era crear dos viviendas confortables y de estilo mediterráneo
Ricard López
En la urbanización de Son Serralta, en Puigpunyent, Salvá ha diseñado dos casas –ambas las ha construido Islabau–: una para un cliente británico; y la otra, para uno norteamericano, que han decidido vivir en la isla. El encargo era directo, que no sencillo: “crear hogares que combinaran el confort contemporáneo con la autenticidad del estilo de vida mediterráneo”.
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Las viviendas se adaptan a la topografía, aprovechando el desnivel de las parcelas
Ricard López
Casas que se integran con naturalidad en el entorno
Como explica el arquitecto, “Son Serralta no es una urbanización convencional, sino un entorno residencial muy abierto y disperso, donde predominan casas unifamiliares aisladas, rodeadas de naturaleza y con una marcada sensación de independencia”. En este caso, ambas viviendas se asientan en una parcela en pendiente orientada al sur, rodeada de vegetación autóctona y con vistas a un valle donde no se puede edificar.
La normativa municipal exigía cubiertas inclinadas con teja árabe, tonos ocres en fachada, carpinterías de madera y persianas mallorquinas, que Jaime Salvá ha reinterpretado en clave contemporánea
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“Ese enclave privilegiado marcó el punto de partida de un diseño que se adapta a la topografía y aprovecha el desnivel mediante un juego de subniveles, logrando que la arquitectura se integre con naturalidad en el paisaje”, apunta Salvá, al que la normativa municipal le exigía que la casa tuviera “cubiertas inclinadas con teja árabe, tonos ocres en fachada, carpinterías de madera y persianas mallorquinas”. En todo caso, Salvá ha hecho de la necesidad virtud. Así, todos esos elementos tradicionales los ha reinterpretado en clave contemporánea, consiguiendo un resultado sobrio y atemporal. Además, esos detalles constructivos van más allá de la mera función estética. Los tonos ocres, por ejemplo, ayudan a disimular las manchas provocadas por las lluvias de tierra.
En la planta baja está el salón, el comedor y la cocina
Ricard López
Distribuciones versátiles con vocación de exterior
En ambas viviendas se propone un programa versátil acorde con el ritmo de vida de los propietarios. En la planta baja están el salón, el comedor y la cocina. También hay un aseo y una zona de lavado; todos abiertos a las terrazas, el jardín y la piscina. En la primera planta están los dormitorios (tres en total). En general, y como no podía ser de otra forma en Mallorca, la vida se extiende al exterior. El porche, el jardín y la propia piscina forman parte del día a día de ambas viviendas.
Dentro, la elección de materiales refuerza la conexión con la isla
Ricard López
Interiores sostenibles conectados con la isla
La elección de materiales es clave y refuerza esa conexión con la isla: “piedra caliza gris Zarzi, marés, madera, cemento mallorquín y muros de piedra seca, combinados para dialogar con el entorno y ofrecer durabilidad frente al clima”. Como no podía ser de otra manera, el proyecto incorpora además criterios de sostenibilidad inspirados en la arquitectura vernácula –algo sobre lo que ya hemos hablado alguna vez con Salva–, véase “una orientación estratégica respecto al sol, ventilación cruzada, buen aislamiento de la envolvente y el empleo de materiales locales”. Todo ello está acompañado de un cuidado diseño paisajístico, realizado por Cultivos Pima, que potencia la vegetación mediterránea.