El curso pasado, Antonio Conte aterrizó en un Nápoles que venía de ser el peor defensor del título en la historia de la Serie A y, contra todo pronóstico, lo hizo campeón. Un camino similar al que quiere recoger un Massimiliano Allegri a los mandos de un Milan que ha presentado su candidatura para hacerse con el ‘scudetto’ firmando una victoria (2-1) de prestigio ante el conjunto ‘partenopei’ -contaba sus partidos por victorias- para situarse como líder.

Espoleado por un San Siro volcado que contó con la presencia de Adriano Galliani en sus gradas, el Milan no tardó en exponer las decisiones de un Antonio Conte que formó con Marianucci y Juan Jesus como pareja de centrales… además de hacer debutar a Miguel Gutiérrez como titular en el lateral izquierdo. Pulisic recogió el baló en zona medular, recorrió toda la banda y metió un centro tenso al segundo palo en favor de un Saelemaekers que hizo el 1-0 a placer.

No fue hasta que se alcanzaron los 10′ de encuentro cuando el Nápoles logró asentarse sobre el césped. Le bajó revoluciones acercando a De Bruyne a la zona de creación… y se asomaron por primera vez sobre la portería defendida por un Mike Maignan que realizó dos paradas de méritos ante Miguel Gutiérrez y McTominay.

Poco a poco, los de Conte fueron encerrando en su propia área a un Milan que estaba comenzando a tener problemas para salir. Pero, tras un contragolpe lanzado por Pulisic a la ruptura de Fofana, ambos volvieron a conectar en el 31′ para duplicar la ventaja. Rompió Pavlovic desde la cueva, metió un balón al área y Fofana descargó en favor de un Pulisic que ha generado seis goles en los últimos tres partidos.

El Milan había conectado dos goles al mentón de un Nápoles que, tras reclamar un penalti de Tomori sobre McTominay, terminó el primer acto volcando el juego sobre la banda de Politano. De sus pies, de hecho, nacieron dos envíos al área sobre Di Lorenzo y Anguissa que ninguno acertó a transformar para recortar distancias.

Controvertidos cambios de Conte

El propio Politano se cargó el equipo a la espalda siendo el elemento más desequilibrante de un Nápoles que, tras una gran intervención de Maignan a cabezazo franco de Anguissa, se encontró con un penalti por agarrón de Estupiñán sobre Di Lorenzo. El ecuatoriano vio la roja y, desde los once metros, De Bruyne recortó distancias justo cuando se cumplía la hora de partido.

Allegri, evidentemente, reaccionó de inmediato dando entrada a Bartesaghi por Pulisic en lugar de un Santi Giménez que, poco después, dejó su sitio a Rafa Leao tras un mes lejos de los terrenos de juego. El Nápoles estaba completamente desatado atacando por todos los frentes. Pero Conte sorprendió con un triple cambio en el que retiró a McTominay, De Bruyne y Hojlund.

Perdió inercia el Nápoles… mientras que en el Milan todos buscaban a Modric para poder coger airea. Sin embargo, Neres levantó la mano… y rozó el empate con un disparo desde el ‘piquito’ del área que acabó tocando la madera. Estalló de jubilo San Siro, con la Curva Sud desatada, para celebrar el cuarto triunfo consecutivo del Milan en Serie A por primera vez desde 2020 para asaltar el liderato.