Constancia, determinación y enfocar hacia lo relevante, son ingredientes que hacen que una persona se convierta en una fuerza de la naturaleza. Todos esos elementos los posee Jaime Urdiales.

Nacido en 1994 en Losar de la Vera (Cáceres), ya no es solo una promesa internacional del arte plástico de vanguardia: es una realidad. Este joven artista ha conquistado medio mundo y continúa avanzando como un cometa, dejando tras de sí una estela que merece la pena observar.

Opinar que sus obras son naíf es caer en la trampa de juzgar sin conocer. No hay ingenuidad en sus trabajos, sino madurez y conciencia de dónde está y hacia dónde se dirige. Si desea conocerle con mayor profundidad, él se presenta en cada obra: mire y escuche lo que tiene que contar. Su ironía y humor revelan la genialidad que se esconde tras cada pincelada. Recursos que difuminan y restan seriedad a la nostalgia.

«Aunque estudié Bellas Artes en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, mi auténtica formación ha sido a través del encuentro con otros artistas. Aprender cómo se vende un óleo, cómo se negocia en una galería. Mi carrera fue algo desmotivadora, toda la creación iba muy enfocada al diseño gráfico, redes sociales, muy encasillado… Yo tenía claro mi sueño, ser pintor y morir pintando», cuenta Jaime.

Jaime Urdiales ha trabajado en nuevas creaciones en la residencia Atma Art House (Budapest).

Jaime Urdiales ha trabajado en nuevas creaciones en la residencia Atma Art House (Budapest). / CEDIDA

Con apenas 31 años, ya ha conquistado importantes galerías de arte internacionales, como Guy Hepner Gallery en Nueva York, con sus colecciones ‘How to become an artist’ e ‘Interstate 88’; ‘Walt Disney is dead’, ‘David Hockney Not’, en la Galería Volery en Dubái; o ‘Hidden scenarios’, en Estampa Art Fair con Galería Ponce + Robles en Madrid, entre otras. Todo ello en el breve periodo comprendido entre 2023 y 2024. Logró un éxito evidente y brilló con luz propia en ARCO, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo en España —icono del circuito internacional— celebrada en Madrid: en 2024, con ‘De paso’, y en 2025, con ‘Liquid modernity’.

«Inspirado en ciudades como Los Ángeles, Las Vegas o Nueva York, la idea que refleja la colección, a través de pósteres publicitarios, señales de neón y objetos de consumo, es la simbología de la seducción del capitalismo contemporáneo. Construyen necesidades, promesas de una felicidad efímera e irreal», explica Urdiales sobre esta última exposición en ARCO 2025.

El artista se rebela contra el excesivo consumismo, la sobre estimulación y la superficialidad del momento en que vivimos, y lo hace a través de sus pinturas. Sus obras invitan a detenerse un instante y, simplemente, a apreciar.

Vuela alto, pero mantiene los pies en la tierra. Reconoce que perder la vergüenza y preguntar a expertos y artistas veteranos —con la inocencia de un niño pequeño— siempre le ha sido de gran ayuda en el mundo del arte. Regido por la curiosidad, encuentra vida incluso en los lugares más áridos, como demuestra en sus obras, haciendo de lo ordinario algo excepcional. Cuenta con el apoyo incondicional de su hermano, quien, además de ser su representante, es «mi guía y mi luz», según expresa el propio Jaime Urdiales.

Las extraordinarias escenas comunes

«Deseo que mis obras hagan despegarse por un momento a la gente del móvil, que puedan apreciar escenas comunes que están condenadas a desaparecer, como una vieja tienda de barrio. Señalo la falta de sensibilidad por el entorno. Muestro la publicidad heredada de la cultura de masas como carteles, letreros y luces de neón en contraposición a un comercio digitalizado y deshumanizado de venta ‘on line’», explica Jaime.

En 2024 expuso la colección ‘The moon set toosoon’ con Gärna Art Gallery y Better go south Belín, en Madrid. Escenas fugaces revelan el amor y el conflicto de las relaciones humanas, ocultos tras esas luces de neón que intentan despistar. Escenarios auspiciados por la noche, aquello que ocurre cuando nadie nos ve. «Cuando el resto del mundo duerme, dejo de recibir mensajes o llamadas. Cuando el reloj marca la medianoche, me hago dueño de mi tiempo y convierto ese momento en un instante propio y único para crear», confiesa Urdiales.

Deseo que mis obras hagan despegarse por un momento a la gente del móvil, que puedan apreciar escenas comunes que están condenadas a desaparecer, como una vieja tienda de barrio

Desde finales de julio hasta mediados de septiembre, la Galería In-Between Ibiza ha presentado ‘Made in Spain’, una exposición de obras de artistas contemporáneos españoles que exploran la identidad nacional desde perspectivas muy diversas y atrevidas. Jaime Urdiales forma parte del elenco. «Esta colección es, a la vez, una práctica de observación y un acto de nostalgia, no del pasado, pero de lo que queda por el momento. Escenarios que hablan de un tiempo y una memoria», explica el artista.

El hogar de la creación

A lo largo del mes de agosto, ha trabajado en nuevas creaciones en la residencia Atma Art House, en Budapest (Hungría). Esta casa fue el lugar donde vivió Ildi Guba, su fundadora, rodeada de artistas, músicos y pensadores desde su más tierna infancia. Se trata de un espacio íntimo, auténtico y creativo que promueve el intercambio artístico.

«Esta experiencia me ha dado la oportunidad de sumergirme y conocer con mayor profundidad una vieja gloria de Occidente: Budapest. He podido crear en un espacio íntimo y respirar la cultura que emana de cada habitación de esa casa». Así, «con el óleo titulado ‘Lucky You’ deseo devolver la vida a objetos olvidados que coleccionaron nuestros padres y abuelos, tesoros perdidos en mercadillos de segunda mano que rescato y represento a gran escala para restituirles la dignidad que merecen. Actualmente, la artesanía manual se ve marginada por objetos de producción en masa de usar y tirar», cuenta Urdiales.

La creatividad de este pintor losareño es continua.

La creatividad de este pintor losareño es continua. / CEDIDA

En el cuadro hay siete elefantes escondidos, una propuesta para captar la atención de los más jóvenes con quien desea conectar. Invita a encontrarlos, frenar la veloz y feroz estimulación continua, detenerse y dedicar un tiempo a descubrir un tesoro: un instante de serenidad.

«Como pintor, salir de la zona de confort me ayuda a crecer. Mis viajes y estancias en residencias enriquecen mi currículum como artista. Cuento con un equipo que me acompaña. Me inspira trabajar en grupo, dar y recibir, ayudar a otros artistas locales que están empezando a despegar», comenta Urdiales.

Con estudio en el barrio de Carabanchel (Madrid) y Losar de la Vera (Cáceres), Jaime Urdiales tiene puesta la mirada —y el lienzo— en objetivos claros: seguir aprendiendo, mejorar la calidad de su trabajo, crecer como persona y como pintor, y dejar una impronta en cada uno de nosotros. Un legado que perdure en esta era en la que comienza a predominar, tristemente, el consumo de usar y tirar.

Si el cometa Jaime Urdiales pasa algún día cerca de usted, no lo dude, siga su brillante estela.

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