Lunes, 29 de septiembre 2025, 13:19
| Actualizado 14:16h.
En el desolado paisaje del Teide sus lectores reconocen a Javier Castillo (Mijas, 1987) y le piden fotos. En las faldas del gigante dormido habla de su nueva novela ‘El susurro del fuego (Suma), que discurre en esos parajes. Un ‘thriller’ volcánico, una fatídica ‘road movie’ insular que protagonizan unos mellizos, Mario y Laura, en la que la muerte se convierte en un canto a la vida. Con millones de lectores, Castillo es un fenómeno global gracias a series como ‘La chica de nieve’, que arrasó en Netflix. Ahora hace doblete con su primera novela ambientada en España y el estreno en noviembre de ‘El cuco de cristal’, serie que traslada la acción original de la novela de Nueva York a Madrid y de Steelville (Misuri) a la villa cacereña de Hervás.
–Con asesinatos, envenenamientos y suicidios su novela es, sin embargo, un canto a la vida.
–Sí. Con muertes, misterios y giros sorpresa, los ingredientes clásicos del ‘thriller’, te abre los ojos invita a parar y disfrutar de la vida. El mensaje es: saborea lo que comes, mira el cielo y siéntete pequeño.
–La primera que ambienta en España tras siete situadas en EE. UU. ¡Vaya cambio!
–Un gran salto que me apetecía dar. Tras la trilogía estadounidense de ‘La chica de nieve’ buscaba una historia distinta que me acercara aquí y me abriera la mente. En El Puerto de la Cruz viví un momento en apariencia irrelevante, la bajada de azúcar de un chico junto a su pareja ante la ermita de San Talmo. Se lo llevaron en ambulancia ¿Qué les llevó allí? ¿Qué querían experimentar? Ahí nació la idea de un viaje esperanzador que se tuerce en un instante y acaba en tragedia. Las islas eran el escenario perfecto.
Portada del libro.
Suma
–Un entorno que le permite mostrar lo más luminoso a partir de lo más oscuro.
–Las islas tienen ese contraste: sol, vida, cielo estrellado… pero también suelo negro, lava, fuego interior, desolación. Todo encajaba. Es un ‘thriller’ con un misterio enigmático. Lo importante es lo que ocurre dentro de ti cuando lo lees: te absorbe y te hace replantearte tu vida.
–Uno de esos contrastes es la tensión entre religión y ciencia, con una astrofísica que cree en Dios. ¿Se podrá formular a Dios en una ecuación?
–Sería maravilloso unificar teoría estándar y teoría general, pero son ámbitos distintos. La gente espiritual necesita sentir a Dios; no se le puede meter en una fórmula. Ciencia y Dios son compatibles. Deben convivir. Hay un sentimiento universal que ninguna fórmula puede definir. Pero que exista ese contraste continuo de los dos mundos es positivo para todos. Refleja cómo somos.
Javier Castillo en el Teide.
Asís Ayerbe
–¿Los grandes misterios están en la cabeza de cada uno?
–Sí. Meter esas preguntas de manera subliminal hace que disfrutes más y que el libro sea más trascendental. Es distinta a mis otras novelas, pero reúne lo mejor de todas.
–Sus novelas surgen de sus propios miedos. ¿Cuál impulsa esta?
–El temor a correr por el mundo sin controlar lo que hago, a no disfrutar de la vida. Olvidar que todo es efímero. Que me engullan la escritura, los viajes, la promoción… y perderme a mis hijos. Mi mayor miedo es no darme cuenta de lo que me pierdo.
–¿Escribir es, en esencia, engañar al lector?
–Sí, pero con clase. Es crear personajes y situaciones que no existen. El gran juego del ‘thriller’ es poner pistas para desviar la atención y, al tiempo, entretener con honestidad.
–¿Haciendo trampas al lector?
–Haciéndole leer con atención y que sienta que está en un juego. En el ‘thriller’ cada frase es potencialmente una pista. Aunque algo sea irrelevante, tú lo haces relevante.
Hijo de limpiadora y albañil, fue pastelero, barrendero, empleado de banca y consultor antes de vender millones de libros
–¿El éxito es vender millones de libros?
–No. Es disfrutar de lo que te apasiona y trabajar en lo que te gusta. Mi mayor éxito es poder jugar con mis tres hijos por las tardes. Si luego las ventas crecen, formidable.
–¿Está preparado para el fracaso?
–Completamente. Que un libro funcione o no está fuera de mi control. Intento que cada uno sea el mejor y encierre el mensaje que quiero contar. Si luego no vende, no pasa nada.
–Hijo de limpiadora y albañil, pastelero con 14 años, barrendero con 16, empleado de banca con 18, estudiante de matrícula de honor becado para un máster empresarial en Shanghái… ¿Qué retos le quedan?
–Solo personales, como ayudar a mis hijos con los deberes, lograr que crezcan empáticos, creativos y curiosos. Soñar con una serie en EE UU está bien, pero mi vida ya es preciosa.
–Su megaéxito se acrecentó con las series. ‘La chica de nieve’, la novela más leída en España en la pandemia fue la más vista del mundo en su estreno Netflix.
–Una locura. Quizá mis historias sean universales. Tras el misterio y la gran pregunta sin respuesta de cada novela está el dolor, común a todos. Pensamos que el amor es universal, pero el dolor lo es más.
–Con una una primera tirada de 210.000 ejemplares, comparte escaparate con Pérez-Reverte –180.000 copias de la tirada inciala de ‘Alatriste’– Ken Follett, Posteguillo y Dan Brown.
–Otro sueño. Hace ocho años no imaginaba coincidir con estos gigantes. Hay público para todos.
–¿Qué le hace distinto de otros autores superventas?
–Escribo desde un punto de vista muy emocional, mezclando misterio y sentimientos. Hay un componente humano y mediterráneo que nos aleja del frío ‘thriller’ nórdico y del americano vertiginoso. Mis personajes sienten, lloran, se emocionan.
–También huye del ‘gore’.
–El cadáver de una chica con la piel blanquecina en la lava negra, como el de la protagonista, es más impactante que unas tripas abiertas. Prefiero sugerir que describir. Son escenas potentes, con algo de poesía.
–De crío reescribía lo que leía.
–Cuando leí los ‘Diez negritos’ de Agatha Christie me explotó la cabeza. Me engañó. Aluciné. Quise escribir algo parecido y me salió un cuentito titulado ‘Cuatro negritos’. Me habitué a escribir un cuento de cada libro leído, incluyendo a Stephen King. En 2014 autopubliqué en Amazon sin ninguan esperanza ‘El día que se perdió la cordura’, rechazado por varias editoriales, y fue la bomba. Superó a Stephen King y a Pérez-Reverte. La edición en papel en 2017 fue otra locura. Superamos los 150.000 ejemplares con ocho ediciones en un mes.
Javier Castillo en el Puerto de la Cruz, Tenerife.
Asís Ayerbe
–Se ha abierto una polémica sobre si leer nos hace mejores personas. ¿Sí o no?
–Leer no te hará mejor que los demás, pero te volverá más empático. No se trata de compararte con otros, sino contigo mismo.
–¿Lleva la cuenta de los millones de libros vendidos?
–No exactamente. En España unos millones y medio; en todo el mundo, casi seis. Un milagro.
–¿Cuántas horas escribe al día?
–Al principio de una novela caóticamente. Luego 12 o 14 horas al día. El último mes es una locura.
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