Bloomberg Línea — Un nuevo y controvertido estudio, actualizado el 21 de julio en el servidor arXiv, plantea la posibilidad, altamente especulativa, de que el objeto interestelar 3I/ATLAS no sea un cuerpo natural como un cometa o asteroide, sino una nave fabricada por una inteligencia extraterrestre.

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Los científicos Adam Hibberd, Adam Crowl y Abraham ‘Avi’ Loeb, este último, un renombrado astrónomo cazador de extraterrestres, analizan si este cuerpo, que viaja a gran velocidad a través del Sistema Solar, podría ser una sonda tecnológica con capacidad de maniobra.

Aunque los autores aclaran que no necesariamente sostienen esta hipótesis, argumentan que ciertas características orbitales inusuales de 3I/ATLAS, como su acercamiento a varios planetas, su trayectoria retrógrada cercana a la eclíptica y la ausencia de actividad cometaria, justifican un análisis más profundo.

Los especialistas incluso plantean que, de tratarse de una tecnología con intenciones hostiles, su llegada podría producirse en noviembre o diciembre de este año.

No obstante, el artículo subraya que esta es solo una de varias posibilidades, y que el objetivo principal es abrir el debate sobre cómo deberían abordarse estos fenómenos desde la ciencia, ante la falta de explicaciones concluyentes. Asimismo, los investigadores instaron a los lectores a tomar el texto como un ejercicio pedagógico, y agregaron que aún no ha sido revisado por otros científicos.

¿El 3I/ATLAS es un invasor interestelar?

Según fotos recientemente reveladas del Observatorio Vera C. Rubin, en Chile, y referenciadas por Live Science, el 3I/ATLAS se detectó por primera vez el 1 de julio, dirigiéndose hacia el sol a más de 130.000 mph (210.000 km/h). Las primeras observaciones indicaron que podría ser un cometa de unas 15 millas de ancho, más grande que la región de Manhattan en la ciudad de Nueva York.

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El “invasor interestelar” 3I/ATLAS contiene grandes cantidades de hielo de agua. Los científicos creen que esta agua puede haber estado atrapada dentro del objeto durante 7.000 millones de años, lo que lo hace más antiguo que el propio sistema solar, informó Space.com.

El equipo también detectó una mezcla de moléculas orgánicas, silicatos y minerales a base de carbono. Estas características sugieren que el objeto comparte similitudes con los asteroides ubicados en el borde exterior del cinturón principal de asteroides del sistema solar, entre Marte y Júpiter.

A pesar del interés mediático que ha generado, no existe evidencia concluyente de que 3I/ATLAS represente una amenaza real, ni de que se trate de tecnología alienígena.

Samantha Lawler, astrónoma de la Universidad de Regina en Canadá que estudia el movimiento de los objetos en el Sistema Solar, dijo a WordsSideKick.com que “toda la evidencia apunta a que se trata de un cometa ordinario que fue expulsado de otro sistema solar, al igual que innumerables miles de millones de cometas han sido expulsados de nuestro propio sistema solar”.

Incluso Loeb, quien en 2023 dirigió una controvertida expedición que afirmaba haber recogido piezas de posible tecnología alienígena dejadas por un meteorito interestelar no confirmado en el Océano Pacífico, reconoció en su blog que su idea de la sonda alienígena podría ser poco probable.

“Con mucho, el resultado más probable será que 3I/ATLAS sea un objeto interestelar completamente natural, probablemente un cometa”, dijo el investigador.