Entre los primeros que debieron descorchar el champán tras el putt de Shane Lowry el domingo en Bethpage (Nueva York) debió estar Gerard Tsobanian,  el CEO de Madrid Trophy Promotion, la empresa que explota el Open de España de golf. El irlandés, que ya había sido anunciado y que ya estuvo en la edición del año pasado, ha multiplicado por 10 su valor en el torneo después del putt que aseguró la Ryder Cup para Europa. La cita del 9 al 12 de octubre será el mejor open nacional hasta donde alcanza la memoria.

El cartel es fabuloso y asombroso para un evento que ni siquiera tiene apellido en esta edición, después de que Acciona dejase de encabezar el ‘naming’ del torneo. El esfuerzo económico es grande para un torneo que, además de alcanzar la categoría de 3,25 millones de dólares (botín que no supera ningún torneo de la Europa continental) en premios, luego tiene fijos de salida para atrapar a alguna de las estrellas, moneda común en el golf europeo desde hace décadas. 

Pero la buena voluntad de todas las partes ha permitido concentrar a un grupo de golfistas formidable. A ello ha contribuído, además, que el Augusta National haya designado este evento como uno de los torneos clasificatorios para el Masters -tendrá billete el ganador-, lo mismo que el R&A de St. Andrews, que otorga plaza para el Open Británico al primero de los jugadores que acabe el torneo entre los que aún no están clasificados. Ese aroma de Masters se refuerza con la presencia de cuatro chaquetas verdes: Danny Willett (2016), Sergio García (2017), Patrick Reed (2018) y Jon Rahm (2023)

A todos ellos, y a otros ex jugadores del equipo europeo de la Ryder Cup como Rafa Cabrera Bello, Bernd Wiesberger, Nicholas Colsaerts, Ross Fisher, se une Joaquín Niemann, el jugador del año con sus cinco victorias en el LIV Golf, aunque acabase derrotado en la general final por Rahm. Aunque el ránking mundial ocupe el puesto 108, Datagolf, una web especializada en datos, lo sitúa entre los 20 mejores del momento al chileno.

Los jugadores a seguir se completan con una batería de prometedores jugadores españoles. Desde los ya afamados David Puig y Josele Ballester, compañeros de Sergio en los Fireballs del LIV, a Ángel Hidalgo, el defensor del título, Eugenio López Chacarra y Alejandro del Rey, vencedores este año en el DP World Tour, y Ángel Ayora, el último jugador que se sale de lo común.