Sala con paredes de madera y comedor al fondo con lmpara de papel

Los paneles de pino y cedro de los años 30 envuelven el salón, proporcionando un telón de fondo cálido y texturizado para la cómoda de Milo Baughman y una obra de arte azul de Marcos Chaves. Desde este espacio se divisa el comedor, con una mesa de madera antigua, regalo de una amiga y un conjunto de sillas Dordogne de Robert Sentou para Charlotte Perriand. Las puertas con paneles de madera, diseñadas por NoNo Studio y construidas por Restoration Sash & Door, separan suavemente el comedor del dormitorio principal.

La sostenibilidad como bandera

Lo que a la casa le faltaba en cimientos, lo compensaba con creces en carácter. «Centramos toda nuestra energía en no perder nada de eso», dice Stopford, que trabajó con Murillo para honrar la estructura de los años 30, inspirándose en la arquitectura de Marcel Breuer y Hayden Walling y, al mismo tiempo, traerla suavemente al presente. Si hay un principio rector al que Stopford y Murillo se aferraron, fue el de preservar todo lo que pudieran. «La ampliación con paneles de cristal y madera es un buen ejemplo», dice Murillo, refiriéndose al encantador rincón con vidrieras del salón, obra del estudiante de CalArts que compró la propiedad en 1970. «Es uno de nuestros detalles favoritos». Le siguen de cerca los paneles originales de pino y cedro originales de la casa.

Cuando algo no se podía recuperar, Stopford y Murillo buscaron nuevas alternativas locales. «Es una forma de cumplir nuestros objetivos de sostenibilidad, pero también de poner en valor a los artesanos», señala Murillo. Ese espíritu se refleja en toda la casa, desde los suelos de roble blanco americano aserrado hasta las paredes encaladas y los acabados de estuco. Y todo se remata con las vistas al paisaje, enmarcadas por las creativas desde todos los rincones posibles, que establecen un diálogo con la naturaleza del exterior.

Rincón de trabajo en una cabaña de madera

«Tiene unas vistas que casi bailan sobre el cañón», dice Stopford sobre el rincón del salón que sirve de espacio de trabajo. Allí combinó un escritorio empotrado con una silla Origami vintage de Paul McCobb.

Muebles ‘vintage’ de los 50 a los 70

Al inspirarse en el pasado, Stopford y Murillo no se limitaron a una sola época. Aparte del sofá, casi todas las piezas de la casa proceden de las décadas de los 50 a los 70, en su mayoría de origen europeo. Sin embargo, a pesar de su encanto vintage, la casa vive firmemente en el presente. El día en que Perlin y Stopford cerraron la compra, fue también el día en que él le propuso matrimonio. Desde entonces, el espacio ha sido testigo de su boda, de los nacimientos de sus hijas, Alma y Gaia, y del ritmo de la vida familiar. «Es especial», dice Stopford. «Me encanta tumbarme en la cama y ver el nogal a través de la puerta del baño». Las vistas, añade, hacen que esta casa de tamaño modesto parezca amplia, extendiendo la experiencia diaria de la familia al paisaje. Para Stopford, no se trata solo de una cabaña restaurada, sino de un recipiente para la memoria, moldeado por el pasado y profundamente arraigado en el presente.