Que Elián Goux (Buenos Aires, 24 años) juegue al balonmano contradice toda lógica. El nuevo lateral izquierdo del Confía Base Oviedo, autor del gol que dio un punto sobre la bocina al equipo carbayón con un empate (30-30) ante el Blendio Sinfín Santander en la primera jornada de su regreso a División de Honor Plata, no solo viene de un país, Argentina, en el que el fútbol es religión, sino que su padre y su tío fueron futbolistas profesionales.

«Mi papá y mi tío fueron futbolistas, a mi abuelo siempre le gustó el fútbol, y yo de chico, con cinco años, empecé a jugar, pero un día le dije a mi madre que no quería ir más al fútbol, y a través de un amigo probé con siete años el balonmano, me pareció algo increíble y desde entonces estoy jugando», explica sobre la razón de esa transgresión.

No lo juega, pero sí lo vive. De hecho, es hincha de Independiente: «Hasta la pandemia iba siempre a la cancha». En cuanto a los equipos españoles, Goux tiene una nueva rareza para ser argentino: «Siempre me gustó el Madrid, a pesar de Messi y siendo argentino, el que me gustaba mucho y jugaba en el Madrid era Di María», añade.

Volviendo al deporte que le ha traído a España, en la que es su cuarta temporada en Europa tras pasar una campaña por Portugal y otros dos por Italia, Goux está satisfecho con el inicio de temporada del Confía Base Oviedo, que ha sumado dos puntos en tres jornadas tras dos espectaculares remontadas en Vallobín.

También se ha visto sorprendido por el buen ambiente del polideportivo ovetense, que registró una gran entrada en el último partido, contra el OAR Coruña: «Me sorprendió la gente, es pasional, muy movida, vino mucha gente, muchos chicos, me encantó». Otra cosa para la que le ha servido esta primera jornada es comprobar el nivel de la segunda española tras jugar en uno de los equipos punteros de la primera italiana, el Conversano, con el que salió campeón: «Era una incógnita que tenía, solo conocía esta liga de ver a un amigo que jugaba aquí, por él más que nada, y ahora comprobé que es una liga muy dura. Italia es más física pero aquí hay más nivel táctico», explica.

Lo que le sobra a Goux es ambición por seguir creciendo y poder cumplir el objetivo que se marcó, «vivir del deporte»: «Entendí que para eso había que ir a Europa, todavía estoy en la búsqueda, no me pongo techo y quiero seguir creciendo». Un buen ejemplo lo tiene en casa, donde con otro balón ha visto cómo su padre se ganó la vida siendo deportista y le inculcó el sacrificio que eso supone: «Mi papá jugó hasta hace dos años y es un sargento, con las comidas, con los descansos, con todo».

El primer paso para continuar con esa evolución es cumplir los objetivos este año en Oviedo: «Tenemos claro que el objetivo es salvarnos, vamos con mucha ilusión y sabiendo con esfuerzo lo podemos conseguir, tenemos que ir partido a partido, es la fórmula para triunfar, pensar ahora en Benidorm (allí juegan el domingo, a las 12.30 horas) y después en el siguiente».