El Gobierno insiste en la necesidad de mejorar el control de los horarios laborales y las horas extra. El Consejo de Ministros ha aprobado este martes la tramitación urgente de la reforma del registro, que cayó junto a la reducción de la jornada a 37,5 horas semanales hace casi tres semanas en el Congreso.

«Las tres derechas tumbaron el proyecto de reducción de jornada y dijimos que no nos iban a frenar. Vamos a defender cada hora trabajada para que sea pagada y registrada. Cada minuto de vida tiene que volver a ser vuestro. Seguimos», ha escrito la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la red social Bluesky, al término de la reunión y mientras se desarrollaba la rueda de prensa con la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y el de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres.

En declaraciones remitidas a los medios de comunicación, Díaz ha puesto también el foco en el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y otras patronales, que están «muy preocupadas» por la acción de su Ministerio y les han «acusado de cosas muy graves». La semana pasada, Garamendi lamentó un problema de «actitud» en España, aseguró que «mucha gente no quiere trabajar» y defendió la «cultura del esfuerzo» del tenista Carlos Alcaraz.

Según han concretado fuentes de Trabajo, su proyecto de Real Decreto plantea un registro digital que pueda revisarse en cualquier momento tanto por la persona trabajadora, como por los sindicatos y la inspección, con el objetivo de garantizar el cumplimiento de las condiciones laborales del contrato, favorecer la conciliación de la vida personal y asegurar la desconexión digital. Será, además, «verificable en tiempo real» y se aplicará a todas las jornadas (ordinarias, extraordinarias, flexibles o complementarias a tiempo parcial).

La vía de urgencia reducirá a la mitad los plazos previstos para el trámite porque, entre otras cosas, no exigirá consulta pública.

Dos millones y medio de horas extra semanales

El pasado 10 de septiembre, el Congreso rechazó el proyecto de ley para reducir la jornada laboral, texto que incluía la reforma del control de horario, además del paso de 40 a 37,5 horas semanales sin merma salarial. Las enmiendas a la totalidad presentadas por PP, Vox y Junts salieron adelante con 178 votos a favor y 170 en contra, pero entonces Díaz ya advirtió de su intención de sacar adelante, al menos, la parte relativa al registro para evitar las horas extra no pagadas.

«Son menos ratos con vuestros hijos e hijas, con amigos. Menos descanso, menos salud, más malestar. Es dinero y tiempo que es vuestro, que os pertenece y que ahora vamos a proteger», ha señalado Díaz esta martes.

El portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, también se ha referido a ello en el mismo día por la mañana La hora de la 1. «Hay más de dos millones y medio de horas extras que no se pagan a la semana, es un abuso y empezamos a ordenar esto para que no vuelva a suceder o se paguen», ha declarado.

El secretario general de CC.OO., Unai Sordo, ha coincidido en estas cifras y, en una intervención en Las mañanas de RNE, ha confiado en que la reforma ayude «a la reducción efectiva del tiempo de trabajo, al menos del no pagado y no reconocido», porque, en su opinión, los sistemas de control «no están adaptados a los tiempos» actuales.