Toda una paradoja: uno de los fines de semana más grises de George Russell desde que llegó a Mercedes le abrió las puertas a la continuidad en el equipo en la Fórmula 1. La renovación de su contrato es inminente. Algunos medios europeos se animan a sostener que el anuncio será antes del Gran Premio de Hungría, en el que la categoría volverá a acelerar desde este viernes.
Lo que despejó las dudas sobre eso involucra al tetracampeón Max Verstappen, que coqueteaba con la escudería alemana, pero finalmente seguirá en Red Bull. Primero, gracias al alejamiento de Christian Horner como jefe de equipo, y segundo, porque el neerlandés ya no puede ejercer la supuesta cláusula de rescisión para emigrar al final de la temporada.
Vale recordar que para eso Verstappen debía estar por detrás del tercer lugar en el Mundial de pilotos al llegar a la pausa del verano europeo (después de Hungría) y eso ya no es posible, dado que ocupa ese puesto en el campeonato y aventaja al primer piloto de Mercedes por 28 puntos, con 25 en disputa este fin de semana. Para irse, el campeón debería afrontar un pago o una demanda millonaria. Le quedan tres años de contrato y Max cobra a razón de 65 millones anuales, informa el diario Marca. Serían unos 200 millones para un pleito poco productivo.
George Russell celebra su victoria en el Gran Premio de Canadá, ante la mirada de Max Verstappen, su escolta, luego de una situación conflictiva entre ambos en régimen de auto de seguridad. – Créditos: @CLIVE ROSE
Por eso, en el periódico neerlandés De Telegraaf ya dan por hecho que el tetracampeón seguirá al menos otro año en su actual equipo y que, sin posibilidades de sumarlo, Toto Wolff anunciará en breve una extensión del contrato de Russell a “multianual”, que en realidad sería de un año extra y condicionado a varias cosas por ambas partes. Así, el inglés asegurará su lugar en Mercedes por otra temporada, al menos, ya que su vínculo vigente llega hasta diciembre próximo.
La posibilidad de que Verstappen llegara a Mercedes eliminaba por completo la de que Russell continuara, ya que entre ellos no hay una relación amigable. Tal vez sean de los rivales que menos afecto se tienen en la F. 1 y han sido protagonistas de encontronazos en la pista, como en junio pasado, cuando Max lo chocó en Montmeló, y por radio, cuando Russell desaceleró liderando detrás del auto de seguridad en Canadá, el neerlandés lo pasó en el envión al eludirlo y el británico pidió que lo sancionaran. Ejemplos.
El choque de Verstappen a Russell en Barcelona
Al final, curiosamente, en Spa-Francorchamps el fin de semana pasado los lamentos de Russell por la radio por el rendimiento del auto estuvieron en sintonía -justamente- con sus necesidades contractuales: su quinto puesto, a 13 segundos de Verstappen, lo alejó en el torneo de quien aspiraba a quedarse con su butaca. Y generó suspicacias…
Antes, el inglés falló en la prueba de clasificación para la carrera sprint, en la que dañó el suelo del Mercedes, y estuvo flojo también en la qualy del sábado para la competencia del domingo. En un deporte en el que se necesita ser inteligente en el circuito y fuera de él, Russell quedó en medio del culebrón de Horner, Verstappen y las dos escuderías. Y todo se dio en su beneficio, pese –y gracias– a esos malos resultados.
Verstappen discute con Russell luego de la carrera sprint de Bakú, en 2024; son los pilotos que peor se llevan entre sí en la Fórmula 1.
En ese contexto, Helmut Marko, asesor deportivo de Red Bull que no tiene cortocircuitos con Jos Verstappen, el padre del campeón vigente, aseguró: “Max estará con nosotros en 2026″. Uno de los tantos capítulos para las especulaciones respecto al armado de la grilla para el año próximo parece haber llegado a su fin. Al menos, a corto plazo…