Fallecido el miércoles a los 79 años, el cineasta catalán Pere Joan Ventura estuvo profesionalmente ligado durante muchos años a Televisión Española, donde empezó en 1977 como operador de cámara y reportero gráfico en la delegación de la cadena en Catalunya. Fue después realizador y editor de programas como ‘Quién sabe dónde’ –uno de los singulares espacios de telerrealidad a cargo de Paco Lobatón–, pero sus intereses se enfocaron bien pronto hacia el cine social. Colaborar con Pere Portabella y Vicente Aranda en los cometidos de ayudante de cámara o de dirección fue primordial en su aprendizaje fuera del contexto catódico. De estos intereses surgiría en 2003 ‘El efecto Iguazú’, galardonado con el Goya al mejor documental de aquel año.

Escrito por Georgina Cisquella, también periodista pasada a la escritura cinematográfica, el filme se centra en la lucha llevada a cabo por los trabajadores de la Sintel, una empresa de montaje de sistemas de telefonía. Ventura filmó a los trabajadores en huelga de abril a agosto de 2001, cuatro de los meses en los que estuvieron acampados en el Paseo de la Castellana de Madrid para reivindicar sus derechos.

Además de otras colaboraciones en los márgenes del cine social, Ventura participó en el filme colectivo ‘¡Hay motivo!’ (2004) en contra de las políticas del Partido Popular; 32 cortos firmados por Ventura, Portabella, Aranda, Isabel Coixet, Joaquim Oristrell, Gracia Querejeta, El Gran Wyoming, Icíar Bollain, Julio Medem y David Trueba, entre otros, integran la película. ‘No estamos solos’, producido en 2015 por Portabella, es otro de los filmes de Ventura en torno al activismo social anónimo, uno de los temas fundamentales en su corta pero intensa filmografía. Su último trabajo fue el cortometraje ‘Un vas d’aigua per a l’Elio’ (2018), escrito de nuevo por Cisquella y centrado en un maqui italiano, Elio Ziglioli, asesinado en 1949 en Castellar del Vallès, la localidad en la que nació y en la que ha muerto el cineasta.

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