La pieza es una deLa pieza es una de las pocas obras importantes de Frida Kahlo que no pertenece a un museo ni está en México (Crédito: Aschelle Morgan, Museo de Arte de Dallas)

En noviembre, una de las obras más emblemáticas de Frida Kahlo, “El Sueño (La Cama)”, saldrá a subasta en Sotheby’s, captando la atención de coleccionistas y expertos alrededor del mundo. La casa de subastas estima que esta pintura podría alcanzar una cifra histórica de entre 40 y 60 millones de dólares. Si se concreta el pronóstico, el autorretrato podría convertirse en la obra más cara jamás vendida de una artista femenina. Esta expectativa se fundamenta en el creciente interés y la revalorización internacional que han experimentado tanto la figura de Kahlo como su legado pictórico en los últimos años.

Julian Dawes, director de arte impresionista y moderno de Sotheby’s, subrayó la importancia de este suceso: “No solo es una de las obras más importantes de Kahlo, sino una de las pocas que existen fuera de México y no forman parte de una colección de museo”. Con este comentario a Associated Press, Dawes dejó clara la doble excepcionalidad de la pieza, tanto por su relevancia artística como por tratarse de una de las escasas oportunidades de adquirir una obra de la pintora mexicana en el mercado internacional.

La subasta de “El SueñoLa subasta de “El Sueño (La Cama)” de Frida Kahlo podría romper el récord de la obra más cara de una artista femenina (AP Photo/Kirsty Wigglesworth)

“El Sueño (La Cama)”, realizado en 1940, constituye un ejemplo notable de los autorretratos de Kahlo donde el simbolismo, la imaginería onírica y el dramatismo personal se entrelazan. La obra plasma a la artista dormida en una gran cama con dosel, envuelta en enredaderas verdes. Sobre el dosel, un esqueleto de gran tamaño, cubierto con explosivos y adornado con un ramo de flores, yace directamente sobre la artista. Este inquietante y potente despliegue visual se interpreta como una reflexión sobre la relación entre la vida y la muerte, eje recurrente en la obra de Kahlo.

Kabir Jhala, de Art Newspaper, aporta que la artista mantenía un esqueleto de papel maché sobre su propia cama, con la intención de “simbolizar la continuidad entre la vida y la muerte, un tema recurrente en toda su obra”. El propio Diego Rivera, esposo de Kahlo, llegó a bromear en su día diciendo que el esqueleto era el amante de Frida.

La pintura, estimada entre 40La pintura, estimada entre 40 y 60 millones de dólares, se ofrecerá en Sotheby’s en noviembre (AP Photo/Kirsty Wigglesworth)

El mundo del arte sigue con atención la subasta de “El Sueño (La Cama)”, una operación que puede redefinir el valor de las obras creadas por mujeres artistas. De confirmarse la cifra estimada por Sotheby’s, esta pintura superaría el récord actual de venta para una obra de una artista femenina, que ostenta “Jimson Weed/White Flower No. 1” (1932), de Georgia O’Keeffe, vendida en 2014 por 44,4 millones de dólares. Mientras tanto, el propio récord para una obra de Kahlo corresponde al autorretrato “Diego y yo” (1949), adjudicado en 2021 por 34,9 millones de dólares.

Anna Di Stasi, directora de arte latinoamericano de Sotheby’s, enfatizó la trascendencia de la obra: “El Sueño se encuentra entre las obras maestras más importantes de Frida Kahlo, un ejemplo excepcional y sorprendente de sus impulsos más surrealistas”.

Nacida en la Ciudad de México en 1907, Frida Kahlo tuvo una vida marcada por el dolor físico y emocional a raíz de un grave accidente de autobús durante su adolescencia. Las secuelas del accidente definieron buena parte de su obra, en la que el cuerpo y el sufrimiento, así como la vida y la muerte, se convierten en temas fundamentales. Obras como “La columna rota” (1944) muestran a Kahlo con la columna vertebral reemplazada por una jónica agrietada, mientras que “El Hospital Henry Ford” (1932) aborda el dolor de la artista por su dificultad para concebir.

“El Sueño (La Cama)” fue pintado en un momento de gran convulsión personal para Kahlo en 1940. Ese año vio el asesinato del revolucionario León Trotsky, quien fuera amante de la artista, así como su divorcio de Diego Rivera, aunque ambos volverían a casarse poco después. Sotheby’s destaca que durante este periodo, Kahlo vivió un proceso tanto de trauma personal como de renovación creativa. Según Dawes, este periodo marca la cima del potencial artístico de Kahlo, con obras de extraordinaria densidad emocional y simbólica.

El legado de Frida KahloEl legado de Frida Kahlo y su revalorización internacional impulsan el interés por la subasta de su autorretrato

El interés por el arte de Kahlo se ha reflejado en el mercado de subastas de alto perfil. En 2021, “Diego y yo” superó los 34 millones de dólares, estableciendo un récord hasta el momento para la artista mexicana. A nivel general, la mayor cifra alcanzada por una obra creada por una mujer la ostenta actualmente Georgia O’Keeffe; sin embargo, la venta de “El Sueño (La Cama)” podría modificar este panorama e inaugurar una nueva etapa de valoración para el arte producido por mujeres.

El trabajo de Kahlo se caracteriza por su potente iconografía, donde animales, raíces, flores y figuras humanas conviven en composiciones que exploran el dolor, la identidad, la feminidad y la muerte. En sus autorretratos es frecuente encontrar monos, loros, raíces de árboles y presencias como la de Diego Rivera, reflejando no solo aspectos personales sino también influencias del muralismo y la cultura popular mexicana. Como señala Dawes respecto a “El Sueño (La Cama)”, Kahlo fusiona “la imaginería onírica y la precisión simbólica con una intensidad emocional inigualable”.

La subasta de la obra se realiza en el contexto de “Exquisite Corpus”, una colección privada que reúne más de 80 piezas clave del surrealismo, incluyendo obras de Salvador Dalí y Max Ernst. Aunque Kahlo nunca se definió formalmente como parte de este movimiento, su obra ha sido por muchos vinculada al mismo por sus imágenes oníricas y su fascinación por el subconsciente. Según Dawes de Sotheby’s, “pensaban que era surrealista, pero no lo era”, parafraseando a Kahlo: “Nunca pinté sueños. Pinté mi propia realidad”. Esta frontera difusa entre realidad y sueño encuentra en “El Sueño (La Cama)” una de sus manifestaciones más potentes y universales.