El Mundial le pudo haber dado mucho más a Juan Ayuso
Qué imagen, Juan Ayuso entre Tadej Pogacar e Isaac del Toro a cien de meta, o quizá algo menos, una fotografía que despertaba todos los morbos, encima en el Mundial.
Juan Ayuso se va de Kigali con sentimientos mezclados.
Orgullo, porque estuvo en la pelea. Y decepción, porque las medallas se escaparon a un suspiro.
Octavo en el primer Mundial africano, con la sensación de haber estado cerca.
“Con Pogacar no había nada que hacer, pero en el grupito de las medallas sí podía haber entrado. Eso me duele” admitía tras cruzar meta.
El circuito era lo que prometía: duro, incómodo, de esos que te van desgastando sin darte cuenta.
El pavé ruandés hizo daño y las largas subidas seleccionaron a los mejores. Ayuso, protegido por Romeo y el resto del equipo, se mantuvo a rueda, ahorrando energía.
El plan estaba claro: guardar fuerzas hasta el puerto grande.
Y salió bien. “En las ascensiones iba cómodo, controlando mis números. El equipo me protegió y me colocó donde tocaba”.
Pero el ciclismo no perdona y fue terrible cómo se vino abajo en un repecho corto, de apenas un minuto por el pavés.
Del Toro le sacó de la carrera tras ser el único capaz de seguir a Pogacar.
Se dejó coger por atrás: “Si me quedaba solo, moría. Creo que hice bien”.
Desde ese punto, todo fue paciencia. No gastar más de lo justo, no hipotecarse con ataques inútiles.
Aguantar y esperar la última bala. Pero en el momento clave, el de entrar en el corte de las medallas, llegó mal colocado.
“En ese grupo sí podía haber peleado. El puerto lo llevaba bien, pero el pavé me pasó factura. El circuito me encantó, fue duro para todos, pero me faltó estar ahí. Me quedé a diez segundos… y eso escuece”.
Curioso, pasó de ir con sus compis de UAE a jugársela con su futuro colega, Mattias Skjelmose.
El balance: agridulce. Estuvo donde había que estar, respondió en las subidas, pero falló en el detalle.
“Con Tadej no tenía opción, pero con el corte bueno sí. Ese es mi sabor amargo”.
Visto ahora, cuesta creer que hubiera podido con Ben Healy, puesto que Remco Evenepoel estaba en otro nivel.
Ahora toca mirar adelante. El Europeo llega en una semana, sin pavé y más de su estilo.
Ayuso se va de Kigali octavo del mundo, líder del Lidl-Trek. Ni fracaso ni gloria. A medio camino, con la rabia de lo que pudo ser y la ilusión de lo que viene.
Imagen: RFEC