Miércoles, 1 de octubre 2025, 00:49
La noticia de que Miren Arzalluz (Bilbao, 1978), directora del Museo de la Moda de París, iba a ser la sustituta de Juan Ignacio Vidarte al frente del Guggenheim Bilbao saltó a los medios de comunicación el 12 de noviembre de 2024. Con ese anuncio se avanzaba ya que no tomaría posesión de facto del cargo hasta el 1 de abril. Entre ambas fechas, la nueva responsable del museo se dedicó a conocer el puesto y los equipos con los que trabajaría codo con codo, entre ellos el propio Vidarte, su acompañante e instructor en este proceso que la llevó a viajar a Nueva York las cuatro semanas del pasado marzo para empaparse de los entresijos de la constelación Guggenheim. Hoy, Arzalluz cumple medio año efectivo al frente del museo de titanio.
Vidarte, actualmente dentro del entramado como «director emérito con funciones consultivas y no ejecutivas, participando, además, en las reuniones del Patronato y en la Fundación Guggenheim», la cobijó bajo su ala en los primeros instantes, cuando periodistas y público querían arrancarle aunque fuera unas pocas palabras, interés acrecentado por el hecho de ser la hija del histórico dirigente del PNV Xabier Arzalluz.
Ella se impuso en el proceso de selección convocado por la institución a otros 78 profesionales (32% internacionales, 23% vascos y 45% del resto de España). Entre los aspirantes y, sobre todo, en la terna finalista, se encontraba Daniel Vega, director técnico de exposiciones y conservación del Guggenheim desde hace 7 años –aunque ligado al museo ya en los 90–. El segundo de Vidarte podría decirse. Y casi en coincidencia con estos seis primeros meses de la era Arzalluz, hace solo unos días se ha sabido que Vega será el nuevo director del proyecto Faro Santander, espacio cultural, tecnológico y de ocio de la entidad bancaria del mismo nombre que abrirá sus puertas el año que viene en la capital cántabra. El museo no hizo declaraciones sobre esta marcha y a día de hoy poco más se sabe, ni siquiera sobre el proceso de selección de la persona llamada a relevarle. Junto a él, se jubiló la directora de Secretaría General, Arantza Odiaga, con lo que la institución está funcionando sin dos pilares fundamentales, que tendrá que sustituir próximamente.
Avalada por su trayectoria y su conocimiento de las instituciones vascas y del euskera, según rezaban las bases del concurso, entre 2006 y 2013 Arzalluz fue responsable de colección y exposiciones de la Fundación Cristóbal Balenciaga, y en ese periodo publicó un libro sobre el diseñador. De 2013 a 2017 comisarió exhibiciones de moda en distintos museos, entre ellos el Palais Galliera de París (el Museo de la Moda), que le nombró directora en 2018, siendo la única persona no francesa en desempeñar este cargo. También ocupó durante 2016 el cargo de directora del Instituto Etxepare. Licenciada en Historia por la Universidad de Deusto, cursó además un máster en Política Comparada y otro en Historia del Traje.
La directora del Guggenheim, con el artista Sergio Prego en su primera presentación de una muestra.
Ignacio Pérez
En el momento de su desembarco en el museo, Arzalluz tenía varios retos frente a sí que permanecen ahí: afrontar el polémico proyecto del Guggenheim de Urdaibai, seguir elevando el techo de visitantes, gestionar las nuevas exposiciones, agrandar la colección con nuevas compras… Disfruta de un buen colchón; la programación de exhibiciones ya está decidida para todo el año que viene, con lo que ahora estará trabajando las propuestas de 2027.
La primera vez que compareció en público tras su nombramiento fue el 12 del pasado febrero en la tercera edición de los Encuentros Transfronterizos, organizados en Baiona: «Estoy muy ilusionada porque se acerca un momento especial para mí», admitió a los periodistas, y añadió: «Aún no puedo hablar del Guggenheim». A día de hoy sigue sin hacerlo; no ha concedido entrevistas para explicar o plantear su proyecto para el museo, escudada en la necesidad de conocer primero a fondo toda la realidad de la institución que ahora lidera. Por ello, cada una de las frases que pronuncia es recibida con expectación e interés.
Arzalluz junto a Borja Thyssen y su mujer, Blanca Cuesta, en el stand de Carreras Mugica en Arco.
Virginia Carrasco
Uno de los momentos más esperados tuvo lugar el 3 de marzo en el Guggenheim, en un posado junto a Vidarte para escenificar el traspaso de papeles y dar inicio a las cuatro semanas de entrenamiento. «Es un placer y un honor lo que siento, estoy deseando empezar esta nueva etapa», afirmó durante las fotos protegida de las preguntas por Vidarte. «Tengo ante mí un mes de inmersión; agradezco muchísimo a Juan Ignacio que lo haya organizado así. Un mes para familiarizarme con los equipos, con la forma de trabajar, con los proyectos en curso. Habrá muchas ocasiones para que hablemos juntos en un futuro próximo, porque el tiempo pasa muy rápido, un mes pasa muy rápido. Ya tendremos ocasión», se despidió. El posado se repitió el día 5 en Madrid en la inauguración de la Feria Arco, donde prácticamente repitió discurso.
Sobre la política de Trump
Sí ha participado en las ruedas de prensa de presentación de exposiciones tras la marcha de Vidarte, quien ofreció su última comparecencia el 6 de marzo con la obra tecnológica del artista Refik Anadol y pasó a ocupar un discreto puesto en la sombra en su nuevo cometido. Arzalluz le escuchó despedirse en primera fila de butacas del auditorio, y un mes después, el 3 de abril, se sentó en su silla por primera vez. Fue en la presentación de ‘You’, sobre la experiencia de Vito Aconcci y Sergio Prego en Nueva York. Los periodistas le preguntaron entonces por si las decisiones de Trump podrían tener repercusiones en la constelación Guggenheim, o en el museo de Bilbao, con su 6% de visitantes estadounidenses: «Quiero creer que la cultura es uno de esos ámbitos en los que encontramos cierta libertad. Obviamente va a tener un enorme impacto en las instituciones culturales norteamericanas, no solo en financiación de proyectos culturales allí sino también en una cierta censura sobre cuestiones como diversidad e inclusión. Pero, sobre nuestra actividad, quiero creer que aquellos visitantes apasionados por la cultura seguirán comportándose como hasta ahora, independientemente de lo que está pasando, que es terrible. Es una de las grandes oportunidades que nos brinda la cultura, tratar de resistir».
Su segunda comparencia en el Guggenheim la llevó a presentar el 10 de abril la muestra de Helen Frankenthaler. El 10 de junio participó en su primera reunión del Patronato de la Fundación del museo, donde se aprobaron las cuentas y la programación de 2026, que ya estaba cerrada en la práctica. Habrá que esperar al patronato del año que viene para conocer las propuestas de la nueva directora ya para 2027. Y el 2 de julio pronunció la conferencia inaugural de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco en San Sebastián, con el discurso titulado ‘Arte sin fronteras’, dedicado en buena parte a Balenciaga.
En el rodaje de ‘The Walking Dead’ en el exterior del museo con el actor Norman Reedus, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y la concejala Kontxi Claver.
Mireya López
Sus dos últimas apariciones –al margen de su comparecencia como directora para presentar la muestra de Sky Hopinka el pasado 18–, han estado muy ligadas a EE UU, en una labor de promoción internacional del museo y la ciudad. La última fue en una foto compartida en sus redes por el alcalde de Bilbao junto a Norman Reedus, protagonista de la secuela de ‘The Walking Dead’ dedicado a su personaje, Daryl Dixon. El equipo de la serie de zombis que ha conquistado a millones de espectadores en medio mundo rodó durante un día en el entorno del Guggenheim, decorado con maleza, basura y coches abandonados para emular un escenario apocalíptico.
En directo para EE UU
Aunque sus últimas palabras en público las pronunció el 4 de septiembre, cuando accedió a ejercer de ‘embajadora’ de Euskadi desde el Guggenheim (junto al consejero de Industria y los chefs del restaurante Nerua) en el programa económico de CNN Internacional presentado por Richard Quest. Preguntada por el presentador acerca de su plan para una institución «avalada por un éxito de tantos años», la directora del museo, inmersa aún en el proceso de toma de contacto y pendiente de comparecer ante los medios nacionales para explicar su proyecto, lanzó balones fuera y respondió con la prudencia que la caracteriza: «Hay un camino muy hermoso ya marcado para el futuro de este museo maravilloso».
Arzalluz, entrevistada por Richard Quest, de la CNN.
E. C.
Añadió: «Son las mejores cifras de asistencia en nuestros 28 años de historia. Así que hablamos de una situación muy consolidada, hay que seguir siendo este museo sólidamente fundado, extremadamente bien conectado con su comunidad, con gran ambición y eco internacional». Se refería a que con ella al frente, y aunque sea por rentas heredadas, el Guggenheim ha obtenido los mejores datos de su historia en cuanto a visitantes acumulados en los primeros ocho meses del año: 921.971, lo que augura un récord para 2025. La próxima aparición en público de Arzalluz será en el Festival Ja! del humor, dedicado a la ciudad de Nueva York; participará en un mano a mano con el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza, sobre la ciudad de los rascacielos entendida como «el museo que nunca duerme».
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