El Gobierno ha aprobado este martes en el Consejo de Ministros el anteproyecto de Ley Orgánica contra la violencia vicaria, con hasta tres años de cárcel, y que incluye esta forma de violencia machista como delito en el Código Penal.
El objetivo de esta ley es reconocer como víctimas de violencia de género no sólo a los hijos e hijas menores, también a familiares y parejas de las mujeres. Como dato, 65 niños han sido asesinados por violencia vicaria desde 2013.
También incluye la pena accesoria para la prohibición de que los agresores vicarios difundan públicamente detalles de sus crímenes y evitar así que se repita lo que sucedió con el asesino José Bretón y el libro El odio, que nunca llegó a publicarse.
El texto, que se convierte en la primera ley integral sobre esta cuestión, define la violencia vicaria como «aquella que, con el objetivo de causar dolor y sufrimiento a las mujeres, puede ejercerse sobre los hijos e hijas o descendientes, personas menores de edad sujetas a su tutela o guarda y custodia, los ascendientes o hermanos y hermanas de ésta, así como su pareja o anteriores parejas, aunque no exista convivencia».
Tres años de prisión
Además, introduce en el Código Penal un nuevo artículo -el 173 bis- que tipifica la violencia vicaria como un delito contra la integridad moral de las mujeres con penas de prisión de seis meses a tres años.
Esta modificación convierte la violencia vicaria en un delito autónomo con agravante de género y sanciones acumuladas.
También se incorporan penas accesorias como la prohibición de portar armas por un tiempo definido entre los tres años y los cinco años.
El anteproyecto también contempla modificaciones en el Código Civil, en concreto del artículo 92.6 sobre el régimen de guardia y custodia, a través del cual se establece la obligación de escuchar en todo caso a los hijas e hijos menores de edad, así como a los mayores con discapacidad, antes de acordar el régimen de guardia y custodia.
Por otro lado, se modifica también el artículo 94 del Código Civil con el objetivo de reforzar la fundamentación a la hora de establecer en la resolución motivada un régimen de visitas, comunicación o estancia cuando el progenitor está incurso en un proceso penal de violencia doméstica o de género.
La norma también busca dar cumplimiento a medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y avanzar en el reconocimiento de la protección de las personas mayores de edad con discapacidad que se encuentran en relación de dependencia respecto a la víctima.
El PP participará en el texto
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha explicado en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que los objetivos de este anteproyecto es «visibilizar, reconocer, prevenir, sancionar y erradicar la violencia vicaria».
«Las asociaciones y entidades de víctimas nos habían hecho llegar la necesidad de regular la violencia vicaria, y había un compromiso de hacerlo. (…) Había que proteger a las víctimas y concienciar a la sociedad«, ha dicho.
También ha lamentado que hasta ahora este tipo de violencia no esté incorporada a nuestro ordenamiento jurídico. «Puesto que la realidad es la que es, es necesario definirla y eso es lo que hemos hecho», ha afirmado.
Redondo también ha confirmado que el PP participará en la mejora de este texto legislativo.
65 niños asesinados
La ministra ha recordado que, desde que hay registros, en 2013, un total de 65 niños han sido asesinados por violencia vicaria.
Redondo también ha destacado la importancia de «proteger a las víctimas, pero también concienciar a la sociedad española sobre la necesidad de acabar con estas violencias tan radicales, tan salvajes, tan absolutamente inconcebibles».
El caso que sobrecogió a la sociedad española y contribuyó a poner el foco sobre esta violencia que se ceba con la infancia fue el doble crimen perpetrado en 2011 por José Bretón, que mató a sus hijos Ruth y José y quemó sus cuerpos para vengarse de su exmujer después de que ella decidiera separarse.
2015 y 2024 fueron los años más cruentos en cuanto a asesinatos de menores por violencia de género a manos de sus padres o las parejas o exparejas de sus madres, con nueve víctimas mortales cada uno.
En 2013 fueron seis las víctimas mortales de crímenes vicarios; 4 en 2014; 9 en 2015; uno en 2016; 8 en 2017; 7 en 2018; 3 en 2019; 4 en 2020; 7 en 2021; 2 en 2022; 2 en 2023, 9 en 2024 y 3 en 2025.
En 2013 fueron 6 las víctimas mortales de crímenes vicarios; 4 en 2014; 9 en 2015; uno en 2016; 8 en 2017; 7 en 2018; 3 en 2019; 4 en 2020; 7 en 2021; 2 en 2022; 2 en 2023, 9 en 2024 y 3 en 2025.
En 35 ocasiones (el 54%), el agresor se suicidó tras cometer el crimen y en otras 7 lo intentó (10,7 ). La inmensa mayoría de los asesinos eran el padre biológico de las víctimas, el 86%.
En lo que va de 2025 han sido asesinados tres menores.
El 1 de abril, Nadia, de 5 años, fue asesinada por la expareja de su madre en Llano de Brujas (Murcia). El agresor habría acabado con la vida de la niña suministrándole pastillas o sustancias estupefacientes durante un viaje en coche.
El pasado 30 de mayo, Eva Yasmin, de 13 años, fue asesinada presuntamente por su padre en el domicilio familiar del barrio de Rekalde, en Bilbao, en el que el agresor también hirió a la madre y después se suicidó.
El 25 de junio, Samuel, de 2 años, fue asesinado junto a su madre por su padre en Algemesí (Valencia).