La jornada del 30 de julio de 2025 ha sido marcada por un brutal terremoto en Kamchatka de escala 8,8, causando olas de hasta cuatro metros en Rusia y provocando un aluvión de alertas por tsunami en la zona. Unas olas que ya han sido registradas en Japón, Hawái y California.

Japón ha ordenado la evacuación de zonas tan sensibles como Fukushima, pese a contar con protección extra contra tsunamis. Un vestigio del trauma que supuso el enorme terremoto del año 2011, que causó a su vez un tsunami que quedó en el imaginario colectivo del país desde entonces.

Y es que el país nipón ya tenía algunos diques y barreras que teóricamente podían soportar altos oleajes. El tsunami del 2011 acabó destruyendo diques como el de la ciudad de Taro de 5 metros, causando innumerables pérdidas materiales y muertos. Desde entonces, Japón ha reforzado estos muros.

Los diques antisunamis de Japón

Todo comienza con el ya infame terremoto del año 2011, ocurrido el 11 de marzo de ese mismo año. Una falla inversa ubicada en la costa del Pacífico, en la región de Tohoku, llegó a tener una escala de 9,1 causando olas de maremoto de hasta 40 metros y medio de alto.

El epicentro se dio en la costa de Honshu, a 130 kilómetros al este de Sendai en la prefectura de Miyagi. El seísmo duró unos seis minutos, y se posicionó no solo como el terremoto más potente que sufrió el país, sino el cuarto a nivel mundial.

Dique protector.

Dique protector.

AlJazeera

Omicrono

El evento se saldó con nada menos que 15.899 muertos, más de 2.550 desaparecidos y 6.512 heridos. La clave estuvo en los tsunamis resultantes; uno de 4 metros de altura golpeó la prefectura de Iwate, mientras que otro de 10 metros llegaba a la prefectura de Miyagi.

Un ejemplo de la devastación vivida por estos tsunamis se dio en la ciudad japonesa de Taro, situada en Iwate y que ahora forma parte de Mikayo. Dicha urbe contaba con diques que contenían las olas, que databan de la época de la Segunda Guerra Mundial.

El 11 de marzo de 2011 un tsunami azotó Japón y provocó el accidente nuclear de Fukushima.

Y es que la ciudad ya contaba con un historial previo en materia de desastres, con maremotos que causaron estragos en los años 1896 y 1933, según revela el medio Swiss Info. En 1934, se decidieron a diseñar diques de 10 metros, suficientes para contener olas de ese tamaño.

Pero como decimos, las olas registradas en el terremoto de 2011 llegaron a alcanzar nada menos que los 40 metros, y Taro no se libró. Una ola de 16 metros pasó por encima de los diques, recorriendo la ciudad y de paso destruyendo los diques.

'La Gran Muralla de Japón', estructura que inspiró el nombre del actual dique anti-tsunamis-

‘La Gran Muralla de Japón’, estructura que inspiró el nombre del actual dique anti-tsunamis-

Vocal Media

Omicrono

Diques que por cierto, contaba con 44 salidas de evacuación, incluían paneles solares y además tenía una longitud nada desdeñable de 2,4 kilómetros. El tsunami golpeó por doble; además de destruir las infraestructuras previas, demostró que se debían construir muros más altos.

Tras el incidente, el ejecutivo de Japón se vio obligado a reponer los daños de las regiones costeras y a aplicar caros planes de reconstrucción, que además de volver a levantar estos diques los reforzase y además los mejorase para futuros eventos sísmicos.

Imágenes recientes de la central de Fukushima Daiichi (Japón) y estado de las unidades 1, 2, 3 y 4.

El coste total se había fijado en nada menos que 1,3 billones de yenes, o lo que es lo mismo, más de 7.600 millones de euros que dieron lugar al actual dique masivo de 14,7 metros de altura que corona las costas nororientales del país asiático, con una longitud de 430 kilómetros de distancia.

Según medios tanto locales como internacionales, estos muros fueron reforzados a nivel estructural, para asegurarse de que la altura no era el único problema. La idea detrás de estas construcciones era evitar su destrucción y absorber de forma más eficiente el impacto resultante de estas olas.

paneles solares 1

Actualmente, a esta megaestructura se la conoce como la Gran Muralla de Japón, y se dispone por la costa noreste del país. Conformada por una grandísima estructura de hormigón, recorre varias prefecturas y busca reducir drásticamente el impacto de estas olas.

Dicho nombre hace referencia a la serie de fortificaciones que se extienden por Hokkaido, y que tiene su origen en la era Edo, y que fue diseñada para evitar la invasión del por aquel entonces imperio ruso. Hoy en día, no es más que una atracción turística.