La rueda de prensa de Max Verstappen este jueves, en la previa del GP de Bélgica, era la más esperada. Los rumores sobre el futuro del neerlandés y especialmente el interés de Mercedes, se han intensificado tras el cese fulminante del que ha sido team principal de Red Bull los últimos veinte años, Christian Horner. El tetracampeón le ha dado la bienvenida al nuevo jefe Laurent Mekies, pero no ha aclarado mucho en clave de futuro. Más reveladoras ha sido su entrevista a The New York Times en su suplenento deportivo, The Athletic, en la que afirma que la pasión por ganar supera los motivos financieros.
«A veces la gente se queda para ganar más dinero, pero al final no se trata de eso. Es importante que estés aquí porque tienes hambre de ganar», afirma Verstappen respecto a sus prioridades. “Hay gente que viene aquí para sacarle el máximo partido a su coche porque no tienen uno que gane. Pero por eso pienso: mientras pueda hacerlo y trabaje con gente con la que disfruto, ahí estaremos”, añade.
Max tampoco pone fecha a su retirada: «No sé cuándo terminará. ¿32? ¿35? ¿36? No lo sé. Es imposible saberlo», dice el piloto de Red Bull, que afronta su undécima temporada en F1 y tiene contrato en vigor con la escudería de las bebidas energéticas hasta finales de 2028, aunque estos días está en boca de todos en el paddock por su posible cambio de aires en Mercedes, ya sea la próxima temporada o bien en 2027, en el segundo año de la nueva reglamentación deportiva de la F1.
Para Verstappen, el rendimiento del equipo jugará un papel clave en su decisión de continuar o no. “Por supuesto, si ya no tengo ninguna posibilidad de ganar y tengo que pelear en la zona media, la diversión desaparece muy rápidamente”, advierte sobre sus intenciones.
“Quiero trabajar con toda la gente increíblemente talentosa e inteligente del equipo, esforzarme para sacar el máximo provecho del coche y competir con los demás pilotos. En definitiva, simplemente intentar ganar”, apunta, dejando claro lo que debe hacer Red Bull si pretende retenerle.
Por su parte, promete esforzarse en contener su ira cuando las cosas no salen bien: “Si me enfado y ellos ven que estoy molesto, también les afecta porque piensan, ‘Oh, Max está enfadado, no podemos acercarnos a él,’ o empiezan a ponerse tensos. Y tienes que tratar de ser motivador, apoyar, lo cual no siempre es fácil cuando has estado dominando como equipo y luego estás retrocediendo un poco”, admite.
Ya en la rueda de prensa en Spa, Verstappen se ha mostrado entusiasmado por iniciar una nueva etapa junto a Laurent Mekies: “Estuve en la fábrica la semana pasada trabajando en el simulador con el equipo y tengo muchas ganas de empezar a trabajar junto a Laurent”, ha asegurado.
Max llega motivado a uno de sus circuitos de casa, ya que tiene sangre belga por parte de madre: “Spa es un clásico de la F1 y siempre fue mi pista preferida. Es un circuito de la vieja escuela donde hay que hacer todo perfecto para marcar una buena vuelta. Me encantan las curvas de alta velocidad como Eau Rouge y los cambios de elevación lo hacen muy desafiante”, ha valorado.
El adiós de Horner
Las tensiones entre Horner y Jos Verstappen no eran ningún secreto, pero Max ha negado que la salida de Horner tenga algo que ver con su propio futuro. «No, realmente no», ha respondido, tajante, cuando se le ha preguntado si tras la marcha del británico es más probable que se quede en Red Bull.
«La gente puede tener diferencias de opinión, y espero que así sea, porque si todos están de acuerdo, hay un problema. Es necesario que haya diferencias de opinión. Ahora trabajaremos en una dirección diferente con Laurent y estoy entusiasmado por ello, pero no creo que influya en absoluto en la decisión sobre mi futuro», ha insistido. «Lo único que importa es que trabajemos en el coche y lo hagamos lo más rápido posible, e intentemos ser más competitivos este año y sobre todo el próximo, con la nueva normativa».
Cuando le han insistido por su decisión de futuro, Max ha hecho gala de su fina ironía: «También existe la posibilidad de no despertarse mañana, y por lo tanto ya no se podría pilotar. La vida es impredecible aunque, en general, estoy contento con mi situación actual. El objetivo, al firmar mi contrato (hasta 2028) era conducir aquí hasta el final de mi carrera», ha zanjado.