El tema de los salarios y las retribuciones en las artes marciales mixtas sigue siendo uno de los grandes tabúes de la disciplina alrededor del mundo. El actual campeón del peso gallo de la UFC, el georgiano Merab Dvalishvili, sin embargo, acaba de poner un poco más de luz sobre este importante asunto sin querer. En una aparición reciente en el podcast de Demetrious Johnson, a escasos días de defender su corona en las 135 libras, el colega de Ilia Topuria ha desvelado cuánto cobró por su segundo combate dentro de la promotora reina de las MMA mundiales.

La cifra, francamente, suena ridícula: 10.000 dólares. Su buen desempeño, gracias a que protagonizó la pelea de la noche a pesar de registrar una derrota, le añadió al bote 50.000 dólares. En definitiva: 60.000 dólares por jugarse la vida a bofetones encima del octágono, como muchos usuarios han indicado en el intenso debate que han generado las palabras de Merab.

El georgiano, de hecho, ha comentado que el dinero le duró apenas seis meses, ya que tuvo que repartirlo entre sus seres queridos, agentes y otras piezas clave de su campamento de entrenamiento por aquel entonces. Su relato, además, ilustra muy bien la importancia de saber gestionar el éxito en los primeros compases de cualquier trayectoria en la élite:

«Hice una locura, pensé que era rico. Tenía 60.000 dólares de golpe, jamás había visto tanto dinero junto. Por supuesto, paré de trabajar, abandoné la construcción«, cuenta el georgiano a Mighty Mouse. «Les di bonuses a mis entrenadores, mi mánager me cobró el 10%, les mandé una gran parte del dinero a mis hermanos, me compré un coche caro y a los seis meses de no trabajar me quedé sin dinero. Lo peor de todo es que ni siquiera sabía que debía pagar impuestos sobre el premio», detalla el luchador.

«Nunca en vida había debido dinero, y tuve que empezar a usar tarjetas de crédito. En la siguiente pelea, gané y me llevé 20.000 dólares, pero con ese dinero tuve que pagar los impuestos y tuve que volver a trabajar en el sector de la construcción«, dice entre risas Merab, que como campeón habrá visto notablemente aumentado su caché dentro de la compañía.

La simpática anécdota, que terminó bien como dicta la historia, llega en un momento donde Dana White y los mandamases de la UFC están recibiendo varias preguntas sobre los salarios de los peleadores. Ahora que la promoción ha firmado un contrato de 1.100 millones de dólares anuales por sus derechos televisivos, varios entrevistadores han querido saber cómo afectará esto a la paga de los luchadores. El jefazo de la compañía no ha soltado prenda y se ha limitado a comentar que la situación mejorará:

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«No puedo sentarme aquí y decirte que se doblarán o se triplicarán los salarios. Las retribuciones de los luchadores serán buenas y son justas», aseguró White en una entrevista con 60 Minutes. El ejecutivo no tiene pelos en la lengua y explica que «son diferentes» para justificar que sean uno de los pocos deportes estadounidense donde el salario de cada luchador no es público y transparente, como pasa en la NBA, la NFL o la MLB.