La ausencia más notable en los encuentros con la prensa que dan inicio a las pretemporadas de los equipos de la NBA no era la de ninguna superestrella. ¿Jimmy Butler? ¿Draymond Green? Son dos de las que recurrieron a ese recurso, el de faltar para presionar, en su día, con disputas contractuales como la que aquí oteaban en su horizonte. Son dos compañeros que, según la prensa local, habían contactado por teléfono estos días con Jonathan Kuminga, alero congoleño de 22 años, que lejos de ser un jugador consolidado en la absoluta élite ha sido capaz de paralizar la NBA en el momento en el que se reemprende la marcha de la misma. Los amistosos comenzarán en nada, las plantillas se van ajustando con pruebas y retoques hasta alcanzar las quince fichas oficiales en cada franquicia dentro de unas semanas, los jugadores se visten de gala y había un rebelde que mantenía un pulso que muchos observaban. Porque no sólo afecta a los Warriors, era al mercado entero. Kuminga quería más y lo ha obtenido. Pero a qué precio.

El capitán general Stephen Curry habló lo que no pudo Kuminga en el media day de Golden State. “Respetamos este proceso. Cuando venga aquí a trabajar, esperamos que esté preparado y que haga lo que tiene que hacer para ayudarnos a ganar”, dijo. “Las negociaciones son complicadas. La situación de cada uno es distinta. Es parte de este negocio. Pero, cuando venga, deberá ser un profesional y aprovechar las oportunidades para ayudarnos a ganar. No tengo preocupación de que así lo hará cuando deba”, dispuso.

Kuminga arrastraba aún el contrato de novato que firmó hace cuatro años, cuando entró a la mejor liga del mundo, y sus consecuencias. Porque al no haberse decidido por la oferta principal que los Warriors le pusieron sobre la mesa se mantenía en terreno de nadie. Los californianos gozaban del derecho preferencial a renovarle, pero el joven no parece convencido de que ése sea el mejor siguiente paso de su carrera profesional.

Según las cifras que maneja Anthony Slater, veterano periodista en la cobertura de los Warriors, la propuesta inicial concreta de equipo a jugador era de 45 millones por dos años. Entre el tira y afloja, Shams Charania hace oficiosas la cifra en las que se ha pactado el alargue: 48,5. Lejos de una renovación a largo plazo, que se ve que no era opción. Formalizar un sign & trade era el objetivo escondido de estas propuestas. Porque había al menos dos equipos, Phoenix y Sacramento, que se habían interesado por ello. Jugadores como Royce O’Neale (Suns) o Malik Monk (Kings) tenían las maletas en la puerta aunque no las habían cogido; esto se ha desenquistado, a ver qué pasa con ellos. 72 millones por tres años tampoco sonaba bien. Desde el lado del jugador, su representante Aaron Turner, se hacía ver que el problema es la opción de renovación que los Warriors han incluido en todos esos contratos. Jonathan quiere la mayor libertad posible. Con Kerr ordenándole cree no tenerla.

Kuminga sabía del fuerte interés de los Kings. Una apuesta reforzada por jugadores anárquicos, LaVine, Schröder, McDermott o él son ejemplos, con veteranos consistentes como DeRozan o Sabonis. En tanto pensar en ello había paralizado el mercado tanto como para que otros con interés en Sacramento, Russell Westbrook, estuvieran de brazos cruzados. El problema era transversal. Ahora, por lo menos, se ha hallado una solución.

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Butler y Green, además de conocer la NBA como la palma de su mano y actuar como protectores de vestuario, son dos con los que Kuminga más debe congeniar en pista si quiere ir creciendo en esto del baloncesto. Cuando los Warriors ficharon al primero el pasado invierno el congoleño quedó aún más desplazado. Sus envidiables condiciones físicas no casan con el rendimiento que ha ofrecido en cuatro temporadas de servicio (12,5 puntos de media con un 50% en tiros de campo, efectivamente, pero sin consistencia y aprovechando momentos grises para inflarlos). Alero con opción en el ‘4′, ni con Green de falso pívot ni con Butler llevándole a él a la posición alta ha habido el suficiente enganche como para que Kerr se dé por satisfecho. Se las han tirado con bala los últimos dos años y el entrenador ha hecho ver a propios y extraños que en el esquema de los Warriors alguien así no tiene cabida. El contrato que el de la República Democrática del Congo acaba de sellar guarda una team option para 2026 (es decir, es una prolongación de un solo año en la práctica) con intención de renegociar en ese momento, cuando la situación haya evolucionado para bien o mal.

Kuminga desbloquea el mercado de la NBA pero a regañadientesNBA

Desde los Warriors habían ido filtrando cosas para presionar a Kuminga, que no ceja en su empeño de creerse una estrella que aún no es. “Piensa que está al nivel de Cade Cunningham y Scottie Barnes y merece ese tipo de contrato”, le aseguraban al periodista Ron Kroichick. ¿Y eso? Kuminga fue el 7º elegido del Draft 2021 por detrás de esos dos jugadores y algún otro. Ellos, Evan Mobley (Cavaliers) y Franz Wagner (Magic), que salió por detrás de él, han sido los únicos que han cazado renovaciones por el máximo. Kuminga, con esa oferta para cobrar 21,7 millones en la 2025/26 y algo similar en la segunda campaña, dos garantizadas, está en el rango de otro coetáneo, Josh Giddey, y a él no se quiere comparar; acuerdo con más voluntad de traspaso que de permanencia para un jugador que ya ha bailado de un sitio a otro por problemas ajenos a lo que ocurre en la cancha. En ESPN han deslizado todo el verano que estaba “muy aferrado a su postura”. Un nuevo toque de atención, a ver si había reacción, se produjo recientemente: filtrar el acuerdo, de sobra conocido, con Al Horford que todavía no se puede firmar. Sí hay salvedades, como los contratos duales de Pat Spencer y Alex Toohey, el del novato Will Richard o el del pegamento Gary Payton, pero además del dominicano estaba esperando turno De’Anthony Melton. En los Warriors van al céntimo, muy justos salarialmente, de ahí la espera. Hasta el dueño, Joe Lacob, había intervenido para desatacar la situación. Las dos partes reniegan de la otra. Las dos partes mantienen recelo. Pero ya hay acuerdo. Y la Liga continúa el camino. El año que viene, o quizá durante la temporada si vuelven a saltar chispas, más sobre esta saga. Toda una historia en el gran regreso de la NBA.

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