Tras la victoria del equipo europeo en la Ryder Cup, el ambiente en la celebración estuvo marcado no solo por la euforia por la victoria, sino también por un comentario que no tardaría en dar la vuelta al mundo. «¿Lo estás viendo, Donald Trump?».

El mensaje, lanzado por Rory McIlroy, Justin Rose, Jon Rahm y compañía, mientras Luke Donald, capitán del equipo europeo, sostenía el trofeo que ha retenido el Viejo Continente, tuvo su efecto y llegó hacia su destinatario, el presidente de los Estados Unidos, quien no dudaría en responder.

Era inevitable que Trump reaccionara. Nunca ha sido alguien que deje pasar una oportunidad en la que su nombre se instala en la conversación pública, menos aún en un deporte que considera parte de su legado personal y empresarial.

Luke Donald levanta el trofeo de la Ryder Cup 2025

El presidente utilizó sus redes sociales para felicitar, a su manera, al conjunto europeo, pero no sin advertir duras críticas hacia los suyos.

Según Trump, el equipo estadounidense «careció de liderazgo, energía y mentalidad ganadora», factores que en su opinión fueron los que marcaron la diferencia en la competición.

No dudó en señalar decisiones «erróneas» en la elección de los capitanes y la estrategia de juego, insinuando que con una dirección distinta los Estados Unidos habrían podido imponer su superioridad.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump

Europa Press

Sobre el cántico en su contra, Trump optó por convertir la burla en un reconocimiento implícito a su figura: «Por supuesto que lo vi, y el mundo entero lo vio. ¡Felicidades! Cuando se habla de golf, se habla de Trump. No hay un nombre más grande en este deporte», afirmó con el tono grandilocuente que lo caracteriza.

Añadió, incluso, que la Ryder Cup debería considerar la posibilidad de regresar a uno de sus clubs en el futuro, ya que, según él, sus instalaciones representan «el mejor escenario imaginable para un espectáculo deportivo de esta magnitud».

Jon Rahm y su eufórica celebración con aficionados tras ganar la Ryder Cup 2025

La respuesta se movió entre la sorna y la autopromoción, reflejando el estilo con el que Trump ha marcado la política estadounidense y, en este caso, hasta los ecos de un torneo de golf.

Para muchos seguidores, el mandatario se mostró hábil al desviar una crítica en una oportunidad para reforzar su identidad pública. Otros, en cambio, consideraron que volvió a demostrar su incapacidad para reconocer una derrota estadounidense sin encontrar un culpable externo.

El episodio dejó un sabor peculiar: una victoria europea teñida de humor y canto, y una réplica de Trump que lo devolvió, por un instante, al centro de la conversación global.

Al final, lo que nació como un momento lúdico de vestuario terminó siendo un nuevo capítulo en la constante intersección entre deporte, política y espectáculo que rodea la figura del presidente.