Las relaciones entre el Principado y el Ministerio de Transportes arrastran tensión por varios motivos. No es algo que pueda achacarse únicamente a la personalidad del actual titular de la cartera ministerial, Óscar Puente, sino que proviene de mucho más atrás. Pero la contundencia y beligerancia que el gobierno de Asturias ha mostrado respecto a la supresión del peaje del Huerna, después de que la Comisión Europea haya indicado su presunta ilegalidad, ha incrementado la distancia entre el Ejecutivo de Adrián Barbón (en especial en la parte del consejero Alejandro Calvo) y los inquilinos del edificio del número 67 del Paseo de la Castellana, en Madrid.

En el Ministerio de Transportes no ha gustado que el gobierno asturiano haya pisado el acelerador en la reclamación sobre el peaje del Huerna. El argumentario del equipo de Óscar Puente es que, por ahora, la Comisión Europea «en ningún caso ha considerado ilegal la concesión de la AP-66, como plantea el consejero Alejandro Calvo«. El Ministerio defiende que aún hay un procedimiento abierto sujeto a «una resolución judicial hasta ahora inexistente». Por ello, consideran que la firmeza expresada por el consejero de Movilidad responde a «una opinión» y que a la postre «desvía la atención sobre la verdadera responsabilidad de esta lamentable situación, que corresponde al PP, durante la etapa del gobierno de José María Aznar«.

En Madrid, según fuentes ministeriales, se considera que Calvo suministra «munición» al PP, por lo que favorecen el «discurso ventajista, cínico y mentiroso» de los populares. Además, se reprocha a los dirigentes asturianos que o pongan el acento en que «el Gobierno de Pedro Sánchez ha apostado por una ambiciosa política de bonificación de peajes». El Ministerio afirma que esas medidas han permitido a los conductores asturianos ahorrarse «más de 58,5 millones» desde 2018. Y exige poner el foco en la decisión del Gobierno de Aznar, hace 25 años, de prorrogar el peaje.

Las críticas desde el Ministerio de Óscar Puente al Gobierno de Asturias se hacen de manera oficiosa. Públicamente, Puente no ha hecho ninguna declaración sobre la exigencia asturiana de que se suprima el peaje. Su única manifestación se produjo este martes en el Senado y referida a la autopista gallega AP-9, en idéntica situación jurídica que la infraestructura asturiana. En esa intervención, Puente cargó contra el PP por ampliar la prórroga pero consideró «coherente» que el PSOE gallego reclamase la supresión del peaje. Esa comprensión no parece mostrarse sobre los socialistas asturianos.

La reacción del Principado

El Gobierno asturiano guarda silencio ante las críticas del Ministerio de Transportes, una actitud que ha mantenido en otros momentos en los que también hubo discrepancias que, finalmente, terminaron trascendiendo.

Un ejemplo fue la propuesta del Ministerio para el vial de Jove, que no convenció en Asturias. También hubo tensiones sobre las frecuencias de los trenes de Alta Velocidad entre Asturias y Madrid, ya que el Principado consideraba insuficiente la oferta planteada por el Gobierno central.

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El PSOE asturiano ha defendido desde hace años (es cierto que a veces con la boca grande y otras con la pequeña) la supresión del peaje del Huerna. Esa es una demanda que se asentó en el ideario socialista asturiano en 2004, cuando Álvaro Cuesta convenció a José Luis Rodríguez Zapatero de que era factible la eliminación de la tasa, aunque aquello se viese entonces como una astracanada. A veces la FSA lo reclamaba con más vehemencia (cuando gobernaba Rajoy, o cuando el PP lo usaba como ariete en la lista de incumplimientos socialistas) o con más matices (gobernando Pedro Sánchez, el PSOE asturiano no se apeó de la reclamación). En cualquier caso, jamás quedó fuera de la ecuación cuál fue el origen del problema: una prórroga decidida, ya fuera con más o menos garantías jurídicas, por un gobierno del PP. Por eso, las críticas del Ministerio resqueman al PSOE asturiano. En el Principado está clara la opinión sobre el peaje, y más cuando Bruselas ha hablado. No es algo nuevo, aunque al Ministerio le parezca algo sacado de la chistera.

Con todo, no se ha escuchado oficialmente ni una crítica por parte del Gobierno asturiano hacia la gestión de Óscar Puente. Otra cosa son las conversaciones de pasillo. De ahí que en el Ejecutivo asturiano se haya recibido con estupor la cadena de reproches por la reclamación acerca del peaje del Huerna. En el Gobierno regional se considera que el consejero de Movilidad, Alejandro Calvo, no ha dejado de enmarcar la cuestión en la prórroga de la concesión del Huerna decidida por un gobierno de José María Aznar. Pero ese hecho, y más cuando existe una resolución de la Comisión Europea, es independiente del problema que está sobre la mesa: Bruselas considera ilegal el peaje, por lo que solo cabe su anulación.

Y además, a nadie puede extrañar que el PSOE asturiano tome una posición clara reclamando la anulación del peaje cuando lo lleva defendiendo desde 2004 e, incluso, convenció a Zapatero para que lo incluyese en su programa electoral. La larga lista de resoluciones de la FSA y de la Junta General del Principado da fe de ello.

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