Alejandro Talavante (Badajoz, 24 de noviembre de 1987) atraviesa un momento brillante en su carrera. Tras abrir la Puerta Grande de Las Ventas en la inauguración de San Isidro y firmar actuaciones de calado en plazas como Sevilla, el diestro extremeño encara el verano con el poso que da la madurez y la ilusión intacta. Figura indiscutible del toreo, Talavante compagina su plenitud con un proyecto ganadero propio y «en buen camino». El domingo 17 regresará a El Bibio, una plaza que, dice, le ha mostrado siempre cariño. «Espero emocionar a la afición de Gijón», afirma el diestro, que toreará junto a José María Manzanares y Pablo Aguado lotes del hierro del Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto.
¿En qué momento se encuentra en este verano de 2025?
Muy feliz. Satisfecho por mi paso por Madrid y Sevilla que son dos las dos plazas que marcan la temporada. Han ido las cosas bien, con faenas que creo que transmiten mucho a la afición.
Buen sabor de boca.
Está siendo una temporada muy bonita, una de las mejores de mi carrera. Casi todos los días tengo la oportunidad de torear un animal y eso es lo que más feliz me hace.
En San Isidro abrió la Puerta Grande.
Sí, el día de la inauguración. Una tarde muy bonita para mí, tenía muchas ganas de hacerlo. Lo conseguí y amplié mi currículum en esa plaza, una de las más importantes de mi carrera.
¿Cómo cuida el estado mental en una temporada tan exigente?
Es muy importante contar con la afición para sobrellevar los momentos complicados que aparecen en una temporada tan larga. Igual que tener los pies en la tierra cuando salen las cosas tan bien. El estado anímico del torero se transmite en la arena y es muy importante tenerlo predispuesto a la lidia, que es lo que más le tiene que apetecer a un matador.
¿Le nutren más los triunfos o cosas más abstractas, como el respaldo de la afición?
A uno le gusta rematar las cosas. Creo que me alimento de las sensaciones que me quedan al terminar la tarde, independientemente del triunfo. La satisfacción no llega por la vía del triunfo numérico nunca.
¿Está en un punto de madurez?
El toreo, cuando evoluciona bien, madura en el peso de la lidia. Trato de estar todas las tardes al máximo nivel. El conocimiento cuenta mucho y hay detalles que hacen vaticinar, prácticamente en cuanto el toro sale por el chiquero, cómo va a ir la cosa.
¿Nota conexión especial con algunos ejemplares?
Hay toros de los que te enamoras nada más verlos y eso te predispone a salir sin probaturas y hacer el toreo directamente.
¿Qué cree que le agrada más a la gente de su concepto?
Quiero pensar que les gustan muchas cosas de mí. La gente destaca mucho mi mano izquierda, pero para ser un torero completo es importante tener muchas cosas.
¿Tiene inspiraciones para el toreo fuera de la tauromaquia?
Siempre hay cosas que uno es capaz de darles forma en lo que es tu mundo, una manera de interpretar en tu profesión. El cine, el arte, la música. Todo mantiene el espíritu, y la mentalidad positiva de la que hablábamos, para crear.
¿Alguna obra en concreto?
Me gusta escuchar música mientras me visto. También aprovecho mucho para ir al cine. Hace poco vi una película sobre pilotos de coches que hace alegoría a una carrera tan solitaria como es la de los pilotos de Fórmula 1. Muchas cosas de ellos se asemejan a lo nuestro, como la intensidad o presión que se puede soportar y que, muchas veces, no se es consciente de ella.
Salen solos, a jugarse la vida, como ustedes, los matadores.
Ellos tienen un equipo detrás, como nosotros, algo que es muy importante también, pero considero que todas las profesiones que tienen ese punto individual tienen nexo común con la nuestra, la tauromaquia.
Profesión en la que es una de las máximas figuras y, como tal, muy esperado en Gijón.
Ahí me siento muy querido. He estado muchas veces y he podido triunfar. Entrar en mitad de la temporada en una plaza como El Bibio motiva muchísimo y espero emocionar a los aficionados. El cartel es muy bonito, con Manzanares y Aguado, y la ganadería (La Puerta de San Lorenzo) tiene una regularidad importante. Circuitos Taurinos hace grandes apuestas por la calidad y es una de las ferias mejor rematadas del verano.
¿Cómo vive la rivalidad?
Trato de ir a lo mío, a mi camino. Respeto mucho a los compañeros y observando en la plaza se ven cosas de las que uno no se percata desde dentro.
¿Siente responsabilidad para aupar y defender la tauromaquia?
Sí, hay mucha gente, y jóvenes, que te admiran y conocen tu carrera. La siento y quiero ser un referente para ellos. También somos importantes para la defensa pública de la fiesta. Noto un auge en la juventud y la afición mantiene viva el toreo. La feria peligró en Gijón y todos nos quedamos asombrados, pero afortunadamente hubo personas que lucharon por ella y se pudo recuperar la normalidad.
¿Cómo va su ganadería?
Nacho Fernández (futbolista con el que está asociado) y yo estamos muy contentos, vamos poco a poco con las novilladas. Es un trabajo intenso. Es un mundo complicado y hay que ir con cautela. Busco un toreo que se pueda lidiar bien. Alcanzar ese animal con regularidad es lo más complicado. Si Dios quiere estamos en buen camino.
¿Para cuándo una corrida completa en una plaza de primera categoría?
Esa es la intención. De momento con las novilladas va bien y tenemos compromisos. Nos complace, los novilleros necesitan novilladas para estar bien y tomar alternativa con ambiente.
¿Le influye la experiencia ganadera en el toreo?
Me ha aportado mucho conocimiento y contacto con los astados. Observarlos y ver sus caras, aunque no los estés toreando, facilita muchísimo el entendimiento del animal.
Dígales algo a los gijoneses.
Tienen una feria muy bonita para vivir en persona y con esos carteles que tiene, da motivo para pensar que van a ser unas grandes tardes.
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