El Museo Reina Sofía ha adquirido por 300.000 euros una obra de Maruja Mallo, uno de los referentes artísticos de la generación del 27 que pasó parte de su infancia y se formó en Avilés. Se trata de una pintura realizada en 1948 durante el exilio argentino de la creadora nacida en Vivero en 1902, que falleció en Madrid en 1995 y que lleva por título «Perfil de joven (joven negra)». El cartón de la artista gallega es, hasta el momento, la compra pública más cara de 2025.
La increíble cifra del retrato que ahora incorpora el Reina Sofía a sus fondos supera los 260.000 euros que se pagaron en 2003 por «Espantapájaros», la pintura que hasta ahora ostentaba el título de obra más cara de Mallo. Y es también un precio que nada tiene que ver con la cotización habitual de la artista, que hace una década, por ejemplo, una tabla suya apenas alcanzaba un precio de 12.000 euros. El museo madrileño ya poseía 22 obras de la artista, aunque solo seis de ellas se encuentran ahora a la vista del público para su disfrute. No obstante, pronto será posible disfrutar del legado de la artista, enrraizada en Avilés.
La exposición del otoño
El Reina Sofía albergará a partir del próximo 8 de octubre y hasta el 16 de marzo de 2026 la mayor retrospectiva realizada hasta la fecha de quien está considerada como una de las artistas más innovadoras de la vanguardia. La muestra sobre Maruja Mallo reúne 90 obras entre las que se encuentran pinturas, dibujos, escritos, documentos y vídeos.
La obra adquirida por el Raina Sofía / Maruja Mallo
Mallo es una de las principales figuras de la Generación del 27, además de la más importante representante del grupo de artistas que, por primera vez, presentaron una cosmovisión femenina desde una perspectiva también inédita, la de la mujer moderna.
Esta muestra del Reina Sofía hace un recorrido cronológico de la trayectoria de la artista por sus diversas etapas, en las que el interés por lo popular desde el marco del realismo mágico evoluciona hacia el surrealismo, pasando por su relación con la Escuela de Vallecas y el Grupo de Arte Constructivo aglutinado en torno a Torres García a partir de 1932.
La exposición incluye todo tipo de expresiones artísticas donde se recogen la vida e ideas de Maruja Mallo. A través de ellas se refleja el ámbito de influencia que llegó a alcanzar la artista entre sus contemporáneos en los años 30, y que truncaron la guerra y el exilio.
Antológica en el Botín
Antes, el Centro Botín de Santander inauguraba el pasado abril una gran antológica de Maruja Mallo, que va camino de convertirse en el acontecimiento artístico del año en España. La grandeza de la exposición radicaba, precisamente, en el ingente número de obras reunidas, más del 75 por ciento de toda la producción pictórica de la artista, según las estimaciones de su comisaria, Patricia Molins, además de fotos, escritos y diversa documentación, en algunos casos inéditos. Se destacaba asimismo por la forma en que mostraba a una creadora visionaria –vinculada en su juventud a Avilés– con un posicionamiento más social que político y rabiosamente feminista, exponente ella misma de lo que se dio en llamar a principios del siglo XX «la mujer moderna».
Aunque nacida en Galicia, parte de su juventud e inicio de su formación se produjo en Avilés. Además de una artista vanguardista , Mallo fue una gran defensora de la igualdad de género.
Manuel Segade, el director del Reina Sofía, defendía en la inauguración de aquella antológica en el Botín que, por encima de su rareza, «Maruja Mallo fue la artista que hizo la mayor aportación al imaginario visual de la Generación del 27«, precisamente en una época, los años 20 del siglo pasado, que «fue la Edad de Oro para las mujeres artistas en España», como el XVI y el XVII lo había sido para los varones.
Suscríbete para seguir leyendo