La plantilla del Baskonia necesitará abastecerse de consejos para no aburrirse en un avión. Las horas de vuelo a las que deberá hacer frente desde … que esta tarde ponga rumbo a Lyon para medirse mañana al Asvel (20:00 horas) suponen un desafío para cualquier trotamundos. La entrada del Dubai Basketball y la ampliación de equipos en la Euroliga, de 18 a 20, suponen un aumento considerable de los kilómetros por recorrer. De los 46.000 habituales a cerca de 60.000. Habría que sumar los desplazamientos por carretera (como a Madrid), hasta los hoteles o hasta Bilbao las veces que Loiu sirve de pista de aterrizaje. Una soberana paliza de todas, todas.

Varios datos sirven como referencia para poner la cifra en perspectiva. La circunferencia de la Tierra mide alrededor de 40.075 kilómetros. Se tardaría casi dos días, unas 44 horas, en dar la vuelta entera en avión (a unos 900 km/h) si hubiera un aeroplano con suficiente autonomía para no tener que parar. Los Portland Trail Blazers, una de las franquicias que acostumbra a viajar más en la NBA, ha tenido temporadas de duplicar esa distancia e irse hasta los 82.000 kilómetros para disputar en poco más de seis meses los 82 encuentros de la fase regular, 41 de ellos fuera de casa. Si los equipos israelíes jugaran en Tel Aviv y regresara algún equipo ruso, el conjunto azulgrana no estaría lejos de emularlo por disputar apenas 19 encuentros lejos, muy lejos, del Buesa Arena más los 17 de ACB.

56.747
Kilómetros

Es la distancia aproximada que recorrerá la expedición del Baskonia en sus viajes para disputar los 19 partidos a domicilio en la Euroliga. Con la ACB serán más de 64.000. Los Pacers viajarán 56.756 para jugar 41 encuentros a domicilio.

Con el Maccabi alojado en Belgrado y el Hapoel en Sofía, el Baskonia tendrá por delante 56.747 kilómetros de vuelo sólo en la Euroliga. Casi los mismos que afrontarán desde el 21 de octubre los Indiana Pacers (56.756), el equipo que menos se tendrá que mover este curso en Estados Unidos. En el caso vitoriano, siempre tomando como referencia un chárter desde Foronda, aunque para desplazamientos como Barcelona, Valencia o Lyon se opte por un vuelo regular desde Bilbao, con lo que habría que sumarle el trayecto por carretera. Además, el equipo suele ir en autobús hasta Madrid.

Por fortuna, el calendario actúa como pequeño aliado en estas circunstancias. Las semanas con doble jornada aumentan la exigencia física y competitiva pero reducen el número de kilómetros por recorrer cuando toca jugar dos partidos fuera de casa. De las diez semanas con doble cita continental, el Baskonia la hará por completo a domicilio en dos ocasiones. Si cada enfrentamiento tuviera un desplazamiento, la distancia recorrida sería de 64.727 kilómetros. La primera será del 11 al 13 de noviembre, cuando se enfrentará a los dos equipos de Israel, con lo que el traslado de Sofía a Belgrado (329 kilómetros) ahorrará un viaje de ida y otro de vuelta a Vitoria.

A finales de enero, entre el 20 y el 23, los de Galbiati se medirán con el Panathinaikos en el OAKA y el Fenerbahce en Estambul. Lo lógico sería que la expedición no regresara a la capital alavesa entre medias, con lo que se ahorraría un vuelo de ida a Turquía (2.609 kilómetros) y otro de vuelta desde Atenas (2.288) a cambio de los 562 kilómetros y las noches de hotel entre dos de las urbes más extensas del continente. A nivel económico, el presupuesto de viajes del Valencia (distancia similar) en su última Euroliga fue de 2 millones. Un pico.

Casi 7 horas de vuelo

El viaje de Vitoria a Dubái es mil kilómetros más largo que ir de una punta a otra de Estados Unidos

Al Buesa Arena del Coca Cola Arena de Dubái le separan 5.566 kilómetros. Al Baskonia le tocará visitar la capital emiratí el jueves 12 de marzo de 2026. 11.000 kilómetros y casi 14 horas entre ir y volver siempre y cuando lo haga en vuelo chárter. Más práctico, pero también más caro. El viaje es más largo que ir de una punta a otra de Estados Unidos (sin incluir Alaska). Desde Madrid, el punto más occidental del nuevo mapa de la Euroliga, la distancia es un poco más inacabable. La entrada del conjunto de los Emiratos Árabes en la Euroliga supone un importante flujo de dinero y una llamada a la hinchazón de las piernas, el síndrome de la clase turista. Pero… ¿y si encima habría que ir más de una vez a Dubái?

¿Dos veces a Oriente Medio?

El Maccabi barajó albergar allí sus partidos como local. En febrero pidieron regresar a la Mano de Elías, algo inviable. En mayo, Chipre, el país en el que se refugiaron inicialmente, parecía una alternativa, pero finalmente el Gobierno optó por renunciar debido a las exigencias operativas. A principios de verano, el conjunto macabeo mejoró su contrato con Rapyd, una empresa de tecnología financiera con sede en Londres y sucursal en, entre otras, Dubái. Pero finalmente se desechó esa opción y el Pionir de Belgrado vuelve a ser su hogar durante los próximos meses.

De los más trotamundos

Sólo el club emiratí, Real Madrid y Zalgiris viajarán más tiempo que el conjunto de Galbiati

Como suele ser habitual y no tiene remedio, el Baskonia es uno de los equipos de la Euroliga que más horas tardará en llegar al lugar de los partidos. Sólo el Dubái, Madrid y Zalgiris es seguro que le superen, mientras que italianos y serbios volverán a ser los mejor parados gracias a su situación central en el mapa.

Con la expansión a 20 equipos, la media de viajes totales de los equipos de Euroliga y ACB se acerca a la de la NBA, reducida a 65.000 kilómetros tras la introducción de medidas que aligeran la estructura del calendario. Todo ello sin contar las ligas domésticas, los posibles enlaces en caso de tomar vuelos regulares, horas de retraso, complicaciones climatológicas, la exclusión de equipos rusos, que en algún momento volverán, o la renuncia del Gran Canaria, ya de por sí habituado a superar los 100.000 kilómetros. Casi tres vueltas al mundo cada curso.