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En los últimos quince años, el balonmano chileno ha vivido una era dorada. Una generación irrepetible se alzó como protagonista en los Juegos Suramericanos y Panamericanos donde suma medallas en sus cuatro últimas versiones consecutivas, y participando en los mundiales ininterrumpidamente desde 2011

En ese escenario de gloria creciente, surgió una historia particular que encarna los valores de entrega, perseverancia y orgullo por nuestra comuna: la historia de Aaron Codina Vivanco, un hijo de Maipú que decidió escribir su destino en una cancha.

Aaron Codina disputando un encuentro con el equipo del Liceo Nacional de Maipú 📸@fdosalinasr

En las calles de la Villa Los Héroes, un joven estudiante de séptimo básico del Liceo Nacional de Maipú, se cruzó con una disciplina que cambiaría su vida para siempre. El balonmano lo atrapó desde el primer instante, influenciado, quizás sin saberlo, por el fenómeno deportivo que se gestaba en el país y por las enseñanzas del profesor Rodrigo Guzmán. Allí comenzó todo.

Un salto al mundo: La experiencia en Brasil y Polonia

Lo que vino después fue una carrera vertiginosa, de esas que parecen escritas por el destino. Con apenas diecisiete (17) años, Aaron dio el salto desde su querido Liceo Nacional para convertirse en jugador profesional en el club Pinheiros de Brasil.

Fue un salto al vacío, lleno de incertidumbre, que le enseñó las primeras lecciones de vida lejos del hogar.

“Fue inesperado, todo pasó muy rápido. Me contactaron por Facebook y en dos semanas ya estaba en São Paulo. Era muy joven, inmaduro. Siento que no supe aprovecharlo como debía, pero ese golpe me sirvió para crecer”, recuerda.

Durante esa etapa, otro momento clave marcó su formación. El reconocido jugador chileno Marco Onetto, lo invitó a entrenar en el SPR Wisla Plock de Polonia. Aquella experiencia fue un golpe de realidad para el deportista nacional:

“Ver las infraestructuras, el nivel de los jugadores, la pasión del público. Me di cuenta hacia dónde quería llegar. No era solo un sueño: era una meta”.

Desafíos en Europa: Francia, España e Italia

En 2019, cruzó definitivamente el Atlántico para unirse al Toulouse de Francia. Pero no fue un camino fácil.

“Me costó muchísimo. Estaba solo, no hablaba el idioma, no jugaba bien, me rompí el cruzado. La pasé muy mal. Pero seguí”, cuenta sin ocultar la dureza de esos años.

Y es justamente esa capacidad de resistir la que define a los vencedores.

En 2021 fichó por el Córdoba de España, donde las oportunidades fueron escasas y el entendimiento con el cuerpo técnico, limitado. Sin embargo, lejos de rendirse, Aaron volvió a apostar por sí mismo.

Su siguiente destino fue Italia, donde se reencontró con su mejor versión. En el Polisportiva Cingoli logró el ascenso a la máxima categoría, siendo figura clave del equipo.

En 2024, su consolidación llegó al ser traspasado al Raimond Sassari para la temporada 24-25. Allí se transformó en uno de los goleadores más temidos de la Serie A y en un nombre que constantemente suena con fuerza entre los grandes equipos del continente.

Aaron Codina en el Raimond Sassari de Italia

El 16 de julio, Aaron Codina fue traspasado al Junior Fasano de Italia. El club celebró la incorporación del lateral chileno, destacando que están emocionados por verlo en acción y deseándole una excelente temporada

Orgullo chileno: Representando a la Selección Nacional

Desde joven forma parte de la Selección Chilena adulta, donde ha sido testigo del recambio generacional y de las nuevas dinámicas que han marcado a la “Roja” del balonmano. Hoy, como referente y jugador consagrado, comparte sus aprendizajes con los más jóvenes, transmitiendo no solo técnica, sino también valores.

Respecto a los Juegos Panamericanos Santiago 2023, su testimonio es tan sincero como emotivo:

“Queríamos llegar a la final, ganarle a Brasil en semifinales. Estuvimos cerca, como en Lima 2019. En lo personal, fue durísimo. Me desgarré el isquiotibial una semana y media antes. Peligraba no estar. Finalmente, pude jugar algunos partidos, pero no rendí como esperaba. Fue doloroso. Uno quiere romperla, más con tu gente ahí”.

Raíces y legado: Aaron y su conexión con Maipú

Más allá de su éxito en Europa, Aaron nunca ha dejado de ser el muchacho de la Villa Los Héroes.

Aaron no olvida de dónde viene. Habla con cariño de sus días en Cuatro Álamos, de sus amigos de infancia y de su profunda conexión con Maipú. Además, muestra preocupación y esperanza por los nuevos talentos locales:

“Sé que hay buenos deportistas en la comuna. Pero para la magnitud de Maipú, podríamos ser más. Faltan más talleres serios, más apoyo desde las casas. Me alegra ver proyectos nuevos, pero aún queda camino por recorrer”.

Hoy, Aaron Codina no solo es un embajador del balonmano chileno en el mundo. Es un símbolo de superación, un ejemplo para las nuevas generaciones y un orgulloso representante de su comuna. Su historia nos recuerda que con coraje, disciplina y raíces firmes, no hay sueño inalcanzable.

Sus propias palabras lo resumen todo:

“Sigamos sintiendo orgullo por nuestra comuna. Todos los maipucinos sabemos cuánto nos gusta ser de aquí, y debemos usar ese mismo entusiasmo para apoyar a nuestra gente, en el deporte y en todo ámbito”.

Así habla un deportista de clase mundial. Pero por sobre todo, así habla un vecino que jamás ha dejado de amar a Maipú.

José Antonio Lizana Arce es un escritor maipucino y periodista deportivo, autor de seis libros sobre la memoria deportiva en Chile.

Ceacheí. Palabra de campeón (2008), Rayando la cancha (2009), Mojando la camiseta (2010), Pisando la pelota (2014), Pelota en la(s) red(es) social(es) (2018) y Más allá de la cancha (2022).