La trayectoria sorollista de la Fundación Bancaja sube un escalón más. Ese salto radica en albergar las obras maestras del artista, desde ‘La bata rosa’, ‘ … Paseo a la orilla del mar’ o ‘El baño del caballo’. En un momento en que la Generalitat se ha movilizado para abrir un museo con piezas de Sorolla en el antiguo edificio de Correos de la mano de la Hispanic Society of America (HSA), la entidad de la plaza de Tetuán hace un alarde artístico de máximo nivel. Un auténtico derroche sorollista, una delicia para los amantes de las escenas de playa del pintor valenciano y, al mismo tiempo, escenifica un golpe en la mesa, es decir, una reivindicación de la exitosa relación de Bancaja con la obra de Sorolla. «Bancaja es y será sorollista», ha resaltado Rafa Alcón, responsable de la Funcación Bancaja durante la prsentación de ‘Sorolla. Obras maestras del Museo Sorolla’, que estará en cartel hasta el 8 de febrero de 2026.

Los fondos del Museo Sorolla es «la colección más importante del mundo» del pintor, ha enfatizado Enrique Varela, director de la institución madrileña, quien ha garantizado la colaboración con Bancaja. En Valencia se expone «el ADN» de las piezas que la familia Sorolla donó para la pinacoteca madrileña: las «obras fundacionales». Los fondos se cifran en 1.400 pinturas y 5.000 dibujos, de los que sólo se han elegido 59 piezas para la exposición. «Ha sido un trabajo dificil y doloroso, ha sido como expurgar», ha añadido. Para Varela, esta exposición es «un privilegio y una excepcionalidad» porque es la primera vez que la colección permanente del Museo Sorolla se exhiben en su conjunto fuera de Madrid.

El nutrido y relevante conjunto de obras de la casa-museo dialogará en la sala con el lienzo ‘¡Triste herencia!’, de la colección de la Fundación Bancaja, con el que Sorolla ganó el Grand Prix en la Exposición Universal de 1900 en París y con el que alcanzó su consagración internacional. ‘¡Triste herencia!’ es una obra emblemática.

La pieza que recibe al visitante es majestuosa. Se trata de ‘El baño del caballo’, un lienzo de gran formato que se ha visto en Chicago y Saint Louis (EE UU). Es uno de los cuadros más populares del pintor, en el que muestra toda su maestría de sinfonía de blancos y azules, la misma que reina en el ‘Paseo a la orilla del mar’. Otro lienzo que deslumbra es ‘La bata rosa’, un título que apuntala la maestría en el tratamiento de la luz.

La exposición se articula en diferentes secciones que abordan sus primeros años de formación en Valencia e Italia, en los que el joven Sorolla empieza a demostrar ya su capacidad y su ingenio como artista; la afirmación de su personalidad artística en Madrid con la obtención de reconocimientos nacionales e internacionales; su maestría en el género del retrato con lienzos de ámbito familiar; la iconografía del mar tan relevante en su producción artística con obras emblemáticas que conservó en su poder; su intimista pintura de jardines; su crónica plástica de la España de su tiempo con tipos y paisajes de la época; y su estancia en la Cala de San Vicente (Pollença, Mallorca) en 1919, en el que fue su último viaje para pintar el Mediterráneo antes de su muerte.

De la etapa de juventud, destaca ‘Autorretrato. Sorolla pintando en su estudio en Roma’; del género del retrato, sobresale ‘La sieta’, ‘Mis hijos’ y ‘Mis chicos’; y del paisajista, ‘Mirador de Lindaraja, la Alhambra de Granada’.

‘Sorolla. Obras maestras del Museo Sorolla’ repasa toda la producción del pintor, desde su juventud hasta la madurez, y recorre todos los estilos, desde el paisaje hasta el retrato sin olvidar, por supuesto, las marinas. Varela ha añadido que las últimas adquisiciones de la pinacoteca también se exhiben en Valencia.

Lo mejor de Sorolla se encuentra en la Fundación Bancaja, que ofrece una exposición que no defraudará a los más sorollistas. La Casa Museo posee, obviamente, unos fondos exquisitos y abundantes, pero también la Fundación Masaveu conserva una colección con piezas icónicas del pintor de la luz, aunque no es tan numerosa.