Se esperaba una de esas entrevistas en la que no deja títere con cabeza y, en cierto modo, no defraudó. Isabel Díaz Ayuso ha elegido este lunes el plató de ‘El programa de Ana Rosa’ para arrancar una semana que viene marcada por el giro anunciado del Partido Popular en materia de migración, cuestión que empiezan a concretar en Génova 13 en un contexto de acorralamiento en las encuestas por parte de Vox. Lo ha hecho con una batería de frases y afirmaciones que amenazan con hacerse un hueco en su hemeroteca de ‘perlas’.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha confirmado a Ana Rosa que ella no tiene tapujos en decir lo que en parte del PP se ha configurado como un arma de doble filo. La de presentar propuestas duras -y abiertamente racistas- contra los migrantes para atajar esa fuga de potenciales votantes a la ultraderecha de los de Abascal, corriendo el riesgo de perder otros votos por el centro. En la conversación entre ambas también han surgido otras cuestiones de actualidad, como su opinión y postura sobre el genocidio israelí cometido en la Franja de Gaza, donde varios barones se han distanciado ya de la línea de Feijóo, como Alfonso Rueda o Juan Manuel Moreno Bonilla (spoiler: ella no). 

Por otra parte, y en lo referente al gran debate sobre la migración en el PP, Ayuso ha sido preguntada hoy por cuál fue la postura que dejó en las reuniones de su partido y esta ha sido cautelosa, pero sí ha dejado una carta de presentación reveladora: «Yo no puedo decir lo que hemos hablado en una reunión cerrada con los compañeros, pero mi frase final fue: ‘Vamos a hacer lo correcto, vamos a dejarnos de cursiladas'». Bien, pues estas son todas las «cursiladas» que Ayuso considera que ya no tienen cabida en el partido que lidera la oposición en España.

Cómo diferenciar al migrante ‘bueno’ para España y al que no, según Ayuso 

Los primeros compases y, en realidad buena parte, de la entrevista han estado marcados por la virada -endurecimiento- que han dado en el PP respecto a sus posiciones sobre migración y cuando peligra en gran medida la regularización de medio millón de migrantes que habían pactado en el pasado los grandes partidos -para responder a una Iniciativa Legislativa Popular (ILP)-. Ayuso ha insistido en una idea que lleva tiempo extendiendo en Madrid y que parece que ha prendido bien en la nueva estrategia popular, la de que hay un tipo de migrantes que es más positivo para España que otro, aludiendo a una mayor adaptabilidad por cuestiones de idioma, religión o costumbres.

«Ir a América es ser un americano más»

Isabel Díaz Ayuso, sobre EEUU

En este sentido, Ayuso ha querido dejar claro que hay un reflejo donde ver cómo ha funcionado la inmigración. El espejo estadounidense, «un país muy rico en contrastes», del que recuerda que ella se declara partidaria de las políticas del expresidente -y adalid del neoliberalismo más voraz- Ronald Reagan. «Ir a América es ser un americano más», ha concretado, indicando que eso significa que todos son iguales para cuestiones como compartir el dolor por un atentado, donar sangre, alistarse al Ejército o «celebrar sus tradiciones y costumbres». A esto último ha especificado que «pero en libertad».

Ayuso he subrayado que ella cree que inmigrante «no solo es una aportación económica», sino que «da vida a sus hijos, da investigaciones, da arte…». No obstante, a renglón seguido, ha indicado donde cree ella que está el «problema». «El problema viene cuando no hay Estado de Derecho, cuando no hay control de fronteras, cuando hay un descontrol absoluto de un Gobierno [sí, se refiere al de Pedro Sánchez]», ha enfatizado, pero matizando que no es por la migración en sí, sino por «una cuestión de números».

Ayuso le ha relatado a Ana Rosa que «es imposible atender a todo el mundo en el servicio público» y que a España «viene gente que no cotiza, que no trabaja» y que recibe subvenciones sin que realmente quieran buscar un empleo: «No estar en la búsqueda activa de empleo pervierte el sistema». No se ha quedado ahí en su relato sobre la migración, con personas que «deambulan por las calles de España, sin oficio ni beneficio» o jóvenes que «los vas viendo en manadas». En ese momento, la presentadora le ha preguntado qué hay que hacer, «¿devolverlos?», teniendo en cuenta la dificultad que existe para ello, por ejemplo, en el caso de los menores no acompañados.

«Un argentino, un venezolano en Madrid no es inmigrante(…). [Si lo es] será una cuestión de papeles»

Isabel Díaz Ayuso

Ayuso no ha contestado que hay que hacer, se ha limitado a repetir que «es que tenemos un problema de fronteras, insisto» y dejar una falsedad histórica fácilmente contrastable. «Es que España no mandaría a sus menores dando vueltas sin control por todo el globo», ha asegurado, obviando el impacto que tuvo la emigración española en países de Sudamérica y posteriormente de Europa. Eso sin contar los que tuvieron que hacerlo durante la Guerra Civil española. «Yo no tengo competencias en materia de Inmigración, Fronteras, ni si quiera de Seguridad», ha advertido Ayuso.

Entonces, Ana Rosa le ha repreguntado sobre un tipo de nacionalidad concreta, la de los migrantes que vienen de Sudamérica y Centroamérica. «Yo parto de que la inmigración hispana no es inmigración», ha defendido Ayuso, asegurando que  «un argentino, un venezolano en Madrid no es inmigrante» y que si así lo es -lo es-, es porque «será una cuestión de papeles». Al parecer, el mismo documento que le separa de estar en regla como le afectaría a un magrebí. 

Ayuso recuerda que su posición es «que todo el mundo venga con un permiso laboral», pero recordando que «a mí lo de trabajar solo no me vale, tiene que ser uno más». Y ha explicado que no es solo por ella, sino por los otros migrantes que ya llevan años aquí.  «Cuando vengan mal dadas en este país, el migrante es el primero que se va a ir», ha vaticinado la mandataria madrileña, dibujando el retrato de un trabajador migrante que lleva más de una década pagando impuestos en España. 

Ana Rosa, directa: «¿Se lleva mejor con Vox que con su partido?». Ayuso: «Yo no vivo pensando si me dicen ‘qué’ o parece ‘cuál'»

En este sentido, Ana Rosa ha vuelto a insistir con la nueva subida de Vox a costa del Partido Popular, planteándole a Ayuso que «hay quién dice» que si están «acercándose más» a los de Abascal. La máxima responsable de lo populares madrileños ha planteado que «bueno, yo soy… bueno, es que yo no vivo pensando… y además así lo dije el otro día en la última intervención del sábado… no se puede vivir a ver si me dicen ‘qué’, a ver si parece ‘cuál'», ha respondido la presidenta de la Comunidad de Madrid, pasando a mencionar que «el PP ha sido el partido más importante, desde luego lo es en número de escaños y votos».

«El PP es un partido que como su nombre indica es popular». ¿Qué significa eso? «Que tiene que trabajar para el pueblo, para todos, para todas las edades, para todas las generaciones, para todos los problemas…», ha comenzado a enumerar Ayuso, señalando que el PP «tiene que gestionar con rigor y haciendo propuestas siempre basadas en el Estado de Derecho, basadas en el cumplimiento de la ley, en la organización, en el orden, en el respeto, en la convivencia, en los buenos servicios públicos, en la propiedad…».

«A partir de ahí los apellidos que nos quieran poner… pues nos tienen que importar lo menos»

Isabel Díaz Ayuso

Entonces, Ana Rosa ha cambiado el planteamiento de la pregunta. «¿Se lleva mejor con Vox que con su partido?», la he espetado a Ayuso.  «Yo lo que sé es que gobierno para todos, gobierno para todo el mundo», ha asegurado, recordando que viene de reunirse con todos los grupos de la Asamblea -en una reunión que tiene periodicidad anual-. «Yo lo que sé es que gobierno con mayoría absoluta para todos los madrileños con un programa claro», ha insistido sin responder a la pregunta inicial. También ha dejado caer que «y a partir de ahí los apellidos que nos quieran poner… pues nos tienen que importar lo menos», pero tampoco ha concretado a qué se refiere exactamente con el término «apellidos» y si más bien se refería a adjetivos.

Ayuso no ve genocidio en Gaza pero lamenta la postura del Gobierno respecto al Sáhara

«Creo que ha llegado el momento de decir las cosas como son y de ser honestos con las situaciones», había apostado Ayuso, en una de esas afirmaciones susceptibles de guardar un mensaje entre líneas a la dirección nacional de Núñez Feijóo. «¿Qué está fallando, dónde tenemos que tomar las decisiones, qué se espera del PP?», ha dicho Ayuso, apostando mejor por otra receta. «Defiende esto y olvídate de lo demás, tú no puedes sufrir en política por el que dirán porque ahí es cuando comienzas a cometer todo tipo de errores», dijo. Y entonces Ana Rosa preguntó por Israel. 

Concretamente, la presentadora inquirió a Ayuso por si cree que es vista como el gran apoyo a Israel en España, pero la cuestión del genocidio -según una agencia independiente de la ONU- que Israel perpetra en Gaza también salió a relucir en la entrevista, con Ayuso negándolo en una línea similar a la posición oficial del PP -aunque barones como Alfonso Rueda o Moreno Bonilla ya se hayan desmarcado-. «Genocidio es un concepto que tienen que definir los tribunales», aseveró Ayuso, para -sin esperar a esos tribunales- establecer que el del nazismo sobre los judíos sí fue un «verdadero genocidio».

«Que digas genocidio al pueblo judío cuando el pueblo judío fue sometido a un verdadero genocidio», ha dicho Ayuso, asegurando que «genocidio fue Ruanda, Bosnia…». Cabe recordar que ella, en un cierre de filas con el equipo Israel Premier Tech, llegó a comparar a la acción de los manifestantes en la final de La Vuelta ciclista con «un Sarajevo en guerra». Y en ese momento ha dejado una suerte de comparación que está levantando mucha polémica. La de que ahora todo el mundo parece que sabe sobre el conflicto árabe-israelí como cuando comenzaba la ‘Alonsomanía’ y aparecieron tantos que sabían de Fórmula 1.

«Un conflicto tan ajeno, tan difícil, cuando hay tantos en el mundo iguales y muchos peores… demuestra a lo que estamos»

Isabel Díaz Ayuso, sobre el genocidio israelí sobre Palestina

Entonces, Ayuso ha mencionado que este, el de Israel y Palestina, «es un conflicto que viene de siglos, que es complejísimo y para el que se nos obliga a tomar posición, postura, al rey [Felipe VI], a las comunidades autónomas, a los ayuntamientos…». Ni de lejos se ha quedado ahí ni ha escatimado en otro tipo de adjetivos y consideraciones. «Esa utilización de un conflicto tan ajeno, tan difícil, cuando hay tantos en el mundo iguales y muchos peores… demuestra a lo que estamos», ha dejado caer Ayuso refiriéndose a la campaña militar de Israel que, a día de hoy, las cifras oficiales del Ministerio de salud gazatí apuntan a más 68.000 víctimas mortales. Según las cifras de estudios de investigadores de fuera de Gaza, la cifra real de esta barbarie es exponencialmente mayor y supera los 680.000 palestinos muertos, con entre ellos 380.000 menores de cinco años.

Ayuso también ha expuesto que este conflicto se alargará y acabará pasándonos factura en Occidente «mucho tiempo», ante cuestiones como la dependencia de la tecnología israelí. Mientras le decía a Ana Rosa que se fijara en «la cámara que lleva tu móvil» hablando de «la inmensa mayoría de la tecnología [israelí] que funciona en el mundo», la presentadora le ha preguntado si entonces ella, como hizo el Gobierno de coalición progresista, también decretaría un embargo de armamento a Tel Aviv. Ha respondido que «yo desde luego lo que no haría es algo como lo que hace el presidente del Gobierno que es utilizar infraestructuras y recursos españoles sin tener ni siquiera el pundonor de ir al Congreso» -no, no ha terminado despejando si ella embargaría armas al mismo país del que se reúne periódicamente con su encargada de negocios-. 

«Yo no abandonaría al Sáhara a su suerte, al pueblo saharaui que no quería ser marroquí, que quiere ser español»

Isabel Díaz Ayuso, tras ser preguntada sobre un embargo de armas a Israel

«Yo no abandonaría al Sáhara a su suerte, al pueblo saharaui que no quería ser marroquí, que quiere ser español y siempre ha sido así, abandonado», ha asegurado Ayuso en una de esas frases que automáticamente pasan a la hemeroteca y que, inevitablemente, dejan flotando una duda en la habitación sobre todo lo dicho minutos antes sobre los distintos grados de adaptabilidad de las personas extranjeras a esos valores occidentales. Quizás sí haya alguna de estas frases que merezca la pena recordar, de cara al futuro de quien volvió a asegurar que existe una «guerra psicológica» contra ella por parte del Gobierno central.