En el mejor escenario espiritual posible. A los pies de la Virgen del Pilar. Haciéndole la competencia al Cristo Redentor de Río de Janeiro y con un espectáculo de luces digno de película. Entonces sonaba ‘Aleluya’ de Händel y aparecía en escena el Padre Guilherme, que esta noche sí ha cumplido con sus fieles y miles de personas han acudido a su llamada en su concierto en Zaragoza.
Tras el ‘pinchazo’ en su encuentro con los jóvenes de esta tarde en el Auditorio Princesa Leonor, el famoso cura ‘dj’ ha conquistado una plaza abarrotada de religiosos y ateos fusionando la música sacra con la energía del techno, poniendo un guiño aragonés al espectáculo. Al comienzo de la sesión, ha sonado la jaculatoria de la Virgen del Pilar, comúnmente conocida como el ‘Bendita y Alabada’, con un toque electrónico que ha sorprendido a los asistentes. Ya casi al final, ‘Somos’, de José Antonio Labordeta, retumbaba, eso sí con un toque diferente, a la par que especial.
Ya lo decía el Padre Guilherme en el encuentro mantenido con los jóvenes esta tarde en el Auditorio Princesa Leonor. «Si estoy en Zaragoza, quiero poner música de Zaragoza», adelantaba. Y así fue, porque los aragoneses han escuchado el típico cántico que suena hasta tres veces al día en la megafonía de la plaza del Pilar, a las 9.00, 12.00 y 20.00, y también el himno que pone el broche final a las fiestas zaragozanas.
Guilherme también ha querido llevar el cachirulo atado al cuello y sin parar de sonreír, el famoso cura ‘dj’ se decantaba por el Aleluya para arrancar el espectáculo de música, luces y sonido. Pero además de música sacra, el también ha ‘pinchado’ temas del ‘pop’ internacional para complacer a todos los gustos porque en la plaza del Pilar de Zaragoza el ambiente era de lo más variado. Desde niños, hasta grupos de mujeres mayores que querían empezar «por todo lo alto» las Fiestas del Pilar. «Un día es un día», comentaba una de ellas, poco antes de las 21.00.
Hasta 20.000 personas se acercaron a la plaza del Pilar, según fuentes del consistorio. Y en medio de los miles de asistentes, se encontraba hasta el evangelizador zaragozano Jesús Alcalá, que tantas veces se ubica en la calle Alfonso de Zaragoza con un palo predicando contra el aborto o la eutanasia. «No me quería perder el concierto, estamos siempre de aquí para allá evangelizando la fé católica, y si viene un sacerdote de ‘dj’, cómo no voy a estar aquí», contaba emocionado antes de comenzar el espectáculo.
El del Padre era uno de los conciertos más esperados, pero también más sonados de las Fiestas del Pilar. Sea por la polémica que giraba en torno al concierto que costó 50.000 euros, sea por los más de 1,6 millones de seguidores que tiene Guilherme en Instagram. Lo que sí esta claro es que su paso por la capital aragonesa ha sido algo asi como una revolución espiritual.