Los primeros marinos del portaaviones USS Gerald R. Ford han comenzado a desembarcar este viernes en Palma, marcando el inicio de una escala que se prolongará hasta el próximo miércoles 8 de octubre. Cerca de 3.000 efectivos han tocado tierra en las primeras horas, distribuyéndose principalmente entre el centro de la capital balear y zonas turísticas como Magaluf, donde se espera una notable actividad durante los próximos días.

Algunos de ellos, como Yavier, natural de Puerto Rico, y Ken, procedente de Tennessee, ya se han dejado ver por calles céntricas como La Lonja y Jaime III. La presencia de efectivos estadounidenses ha comenzado a notarse en zonas comerciales y de restauración, donde se prevé un repunte en la actividad económica.

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Varias marinas estadounidenses desembarcan con sus mochilas a hombros.

Desde primera hora, la silueta del coloso naval —con 337 metros de eslora y capacidad para transportar hasta 90 aeronaves— se ha hecho visible en la bahía de Palma, generando expectación entre residentes y turistas. Un operativo especial de seguridad, coordinado por la Policía Nacional y la Guardia Civil, se ha desplegado en distintos puntos de la ciudad para garantizar una visita sin incidencias.

Además del dispositivo de seguridad, se ha movilizado una veintena de autocares para facilitar el traslado de los marinos por diferentes zonas de la isla, ya que también se prevén excursiones a otros municipios. El impacto económico estimado durante la estancia del portaaviones ronda los 10 millones de euros —Afedeco ya dijo hace unos días que solo en el pequeño comercio serán 2 millones—, una cifra muy valorada por el sector turístico local, que ve en esta escala una oportunidad para alargar la temporada.

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Un total de 20 autocares desplazarán por Mallorca a los marinos norteamericanos.

El USS Gerald R. Ford, considerado el buque de guerra más avanzado tecnológicamente del mundo, llega en un momento de elevada visibilidad internacional. Su presencia en aguas mallorquinas ha situado a la isla en el centro de atención mediática, en una visita que combina estrategia militar, turismo y repercusión económica.

Calma en Magaluf

La presencia de los marinos en Magaluf se hace esperar. Este mediodía, la concurrida zona parecía ajena a su llegada. En las calles, no ha habido rastro de los integrantes del buque, aunque se espera que a lo largo de la tarde, algunos se dejen ver por los locales.

Varios establecimientos han colgado banderas estadounidenses en sus entradas, para dar la bienvenida a los marinos. Aunque por el momento, se respira un silencio absoluto.