El Ayuntamiento ha presentado el apéndice del libro «Falleras Mayores de València», que se escribió hace diez años. En ella se hace un repaso en forma de entrevistas a todas aquellas que ocuparon el cargo adulto, tanto con entrevistas personales como recuperando testimonios de aquellas que ya han fallecido.

La publicación reúne imágenes de los propios álbumes de fotos de cada una. Ahora, Julio Tormo ha entrevistado a las de la última década para, como si de la enciclopedia taurina del Cossio se tratara, escribir su segundo gran apéndice con aquellas que han ocupado el cargo desde 2015 a 2025, de la misma forma que el anterior fue de 2006 a 2014.

En este periodo, con los testimonios cercanos en la memoria, Julio Tormo relata los acontecimientos recientes más importantes que han ocurrido durante la década, como los cambios de color en el gobierno municipal, la declaración de las Fallas como Patrimonio de la Humanidad -con las dos Cridas de Raquel Alario- los gestos o discursos feministas de Rocío Gil y Marina Civera, la suspensión por la pandemia (Consuelo Llobell tiene dos capítulos separados, uno para 2020 y otro para 2021), la suspensión por el incendio de Campanar, la suspensión por la dana o la visita de Carmen Martín y Nerea López al papa Francisco en el Extra de Fallas de Levante-EMV.

El voluminoso libro no entra, como toda la colección, en casi ningún detalle escabroso o de claroscuros. En esta ocasión, son una excepción: la dos veces fallera mayor Consuelo Llobell, que no escatima críticas a la forma de comunicarle la suspensión de 2020, de no poder ver desde un balcón la cremà de la Meditadora, la no reconstrucción de la misma en 2021, la ubicación de la Virgen en la Ofrenda o, en definitiva, la no buena relación con el entonces concejal Carlos Galiana, mientras que sí que elogia a Pere Fuset.

María José Catalá ha presentado la edición del apéndice, que puede adquirirse en el quiosco municipal de la Plaza del Ayuntamiento y ha recordado que “ser fallera mayor de València es un compromiso de por vida con la ciudad y una entrega altruista para siempre. Por eso, esta ciudad siempre ha estado y estará en deuda con ellas». El mismo argumento con el que justificó la rotulación de una plaza a nombre de las Falleras Mayores de València. Se incluyen en esta caso, además, varios anexos, como los actos conjuntos realizados por las falleras mayores de València en los últimos años y discursos de mantenedores.