Hubo colas kilométricas en Almaty, que vivió la visita del Real Madrid como un acontecimiento histórico. Alguno hasta falsificó las entradas, porque en el Ortalyk Stadıon esperaba una bestia llamada Mbappé, que lleva 13 goles en nueve partidos. A su lado, un ‘concertino’ turco llamado Arda Güler, con el que mejor se entiende en un equipo que vive de su inspiración. Desconectado se sigue encontrando Vinicius, quien volvió a mostrarse contrariado por el cambio que aprovechó Rodrygo. El 0-5 se forjó desde el banquillo, con el ’11’ pescando en las aguas revueltas de un ‘7’ que fue capitán.

Güler, el jugador que más ha progresado

A Vinicius le incomoda no ser el faro del Real Madrid, como antaño. En el derbi, antes de la debacle, se produjo una foto que busca a ser un símbolo y solo fue un espejismo: la de la celebración de Bellingham, Vinicius y Mbappé. Todo, en un gol de Güler, el jugador que más ha progresado con Xabi Alonso. La realidad es que el vasco todavía no tiene un once definido. Hasta el siniestro total del Metropolitano, la alternancia se sostenía, pero cada cambio se mira con lupa.

En la banda, el tolosarra se desesperó con el inicio de su equipo, porque buscaba una rápida reacción con respecto a lo sucedido en el derbi. No se produjo y eso provocó que, hasta la segunda parte, no llegase la liberación. El gran señalado fue Valverde, con quien Xabi Alonso incumplió una de las máximas no escritas: el que habla en la previa de los partidos, es titular. No solo no lo fue el uruguayo, ni siquiera tuvo minutos.

«Es una decisión que estaba tomada, Fede siempre está dispuesto donde se le necesite, es un jugador muy generoso, con buena predisposición y si el partido lo hubiese necesitado hubiera jugado, como Carreras. El partido estaba enfocado, hay que dosificar esfuerzos, venían de jugarlo casi todo y es una decisión de ese tipo«, intentó justificar el entrenador del Real Madrid. Pero Valverde no participó ni en el rondo de calentamiento previo, donde están todos los jugadores. Eso sí, se libró de ser lateral derecho, aunque por ello pagará un precio alto.

Xabi Alonso se cansa del debate

El banquillo del club blanco es un lugar caliente. Nadie quiere estar en él, pero si algo demostró el encuentro frente al Kairat, es que ser suplente tiene unos deberes y responsabilidades. Lo entendió bien Rodrygo, quien pescó en aguas revueltas con dos acciones que catalizaron la goleada. Fue el contraste con un Vinicius que volvió a cabrearse con el mundo. Le dio un toque a Mastantuono por ser demasiado individualista y se frustró al ver que Mbappé, autor de triplete, no definía una asistencia precisa que le envió. Tampoco vio puerta y se fue contrariado con el cambio.

Y Alaba, de regreso circunstancial al once, le dio la razón a Koke en el derbi: «Mbappé es el mejor del mundo». Todas las tostadas son para el francés y ninguna para el brasileño. «No, no. Otro día si quieres, hoy no. Siempre se tiene que controlar y no ha pasado nada, el cuento de Vini no va por donde tú crees, no ha sido una queja, ha habido un comentario que nosotros hemos entendido», respondió molesto Xabi Alonso sobre el malestar perenne de Vinicius. Aunque más incomodidad le genera tener que calcular al milímetro cada movimiento que hace. Porque a él le entregaron las llaves de un equipo que había dejado de competir y lo hicieron dándole toda la responsabilidad.

Por suerte, para sus intereses y proyecto, Xabi Alonso cuenta con Mbappé, a estas alturas el jugador más en forma de Europa. «Está en un momento en el que es decisivo todos los partidos. Tiene esa efectividad, es clínico frente a la portería y tenemos que enganchar bien con él. Lo ha vuelto a demostrar. En el derbi el gol que marca es espectacular y necesitamos que florezca su calidad«, dijo el preparador blanco sobre una relación de felicidad y dependencia. Como la que le produjo ver marcar a Camavinga o Brahim, a los que quiere sumar para una causa en la que exista un frente común y no una guerra de cada uno por su cuenta.