Iñigo Galparsoro

Sábado, 4 de octubre 2025, 02:00

No hay vuelta atrás. Y es que el soporte de W10 será historia a partir del 14 de octubre… a no ser que el usuario cumpla con los requisitos de Microsoft. Y todo para dar el impulso final a un Windows 11 que ha tardado cuatro años (se dice pronto) en superar a su predecesor en términos de uso. A apenas diez días de la fecha señalada, al usuario sólo le queda aceptar las condiciones… o buscarse la vida. Estas son algunas alternativas para sobrevivir al principio del fin de Windows 10.

  1. La opción más sencilla

    Actualizaciones de seguridad

Consciente de que el proceso supone un quebradero de cabeza para algunos, Microsoft ha optado por facilitar la transición a W11 al máximo. ¿Cómo? Extendiendo un año más el soporte de su sistema estrella a base de Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU). Eso sí, como en cualquier servicio, app o producto, si algo es gratis el producto eres tú. Y aquí, la compañía americana no ha sido una excepción: a cambio de no cobrar los 30 euros anuales inicialmente previstos, la firma establece una exigencia que no ha sido bien acogida por más de uno: iniciar sesión con una cuenta de Microsoft… al menos una vez cada 60 días. No hay más. Por suerte, ahora ya tampoco obliga a hacer copia de nuestros datos en la nube, requisito que antes a priori formaba parte de la letra pequeña…

Con todo, hay una pregunta obligada: ¿cómo sabes si estás accediendo ya a Windows 10 con las exigencias previstas? Muy sencillo: si nada más encender el ordenador introduces un nombre de usuario y contraseña (o PIN), eso significa que lo estás haciendo con una cuenta local. En cambio, si acostumbras a añadir un email, es muy probable que lo hagas a través de Microsoft. ¿Cómo salir de dudas? Ve a Configuración / Cuentas / Tu información, y comprueba las referencias: además del usuario o email, el sistema te indicará el tipo de cuenta.

¿Y qué hacer si estás accediendo a W10 a través de una cuenta local y quieres cambiar a una de Microsoft? Entra en Configuración / Cuentas / Tu información: verás la opción de ‘Iniciar sesión con una cuenta Microsoft en su lugar’. Si optas por ella, deberás añadir el email correspondiente (Outlook, Hotmail, etc.) y seguir los pasos indicados.

  1. La opción más razonable

    Actualizar a Windows 11

Todo cambio de hábitos infunde respeto, sí, y más aún cuando se trata de Microsoft y sus siempre inciertas actualizaciones (ejemplos de problemas hay para dar y regalar). Sea como fuere la compañía ha dejado atrás los fantasmas que le acompañaron en sus primeros meses de vida, y a día de hoy presume de funciones que mejoran exponencialmente la experiencia de usuario: una interfaz más visual, integración mejorada con Teams, complementos como Snap Layouts y Snap Groups, y hasta soporte nativo para aplicaciones de Android. Eso sí, pese a convertirse en un sistema muy depurado (lo que no es sinónimo de que esté libre de errores), aún no ha podido hacer frente a un problema mayúsculo que le condenó en sus inicios: la obligación de contar con un estándar como TPM 2.0 para poder actualizar a la nueva versión…

Lo cierto es que si (extrañamente) aún no te ha saltado un mensaje invitándote a actualizar, puedes hacerlo a mano desde Inicio > Configuración > Actualización y seguridad > Windows Update, concretamente desde Buscar actualizaciones. En caso de que tu equipo no sea compatible será el propio sistema el que se encargue de hacértelo saber. Eso sí, nunca está de más comprobarlo previamente con la herramienta oficial de Microsoft…

  1. La opción más arriesgada

    Cambiar de sistema operativo

A río revuelto… ganancia de pescadores. Y con Microsoft forzando a actualizar a W11, es posible que más de un osado se plantee probar las virtudes de MacOS, el sistema operativo de Apple. Con todo, si no estás dispuesto a cambiar de equipo, Linux es una apuesta muy sólida… y por muchas razones: es gratis y de código abierto, cuenta con multitud de distribuciones (Ubuntu, Fedora, Debian, etc.), acostumbra a ser más ligero, ofrece una mayor seguridad (sobre todo porque es blanco de menos amigos de lo ajeno) y, cómo no, ofrece una personalización extrema. Eso sí, cuenta con algún inconveniente importante: exige una mayor curva de aprendizaje, sobre todo para usuarios noveles, y puede presentar problemas de incompatibilidad en según qué apps (o ni siquiera contar con alternativas, caso de Photoshop, juegos, etc.).

  1. La opción más extrema

    Comprar un nuevo ordenador

Si no te importa tirar la casa por la ventana, no hay opción más ventajosa, porque llegará con W11 preinstalado (a no ser que te aproveches de alguna licencia OEM, lo que reduciría mucho el precio). Eso sí, no te olvides de prestar atención a aspectos como la pantalla, la potencia del procesador, la capacidad de almacenamiento interno (disco SSD incluido) o una batería que no baje de las seis horas de autonomía.

Reporta un error