Madrid
Los 21 españoles de la Flotilla que han llegado este domingo a España, tras haber estado detenidos por el Ejército de Israel, han denunciado tratos vejatorios por parte de las fuerzas israelíes. Además, han asegurado que se firmó su deportación sin su consentimiento y en su nombre.
«Esta mañana, un grupo de 13 hombres —portugueses, españoles y holandeses— ha firmado delante de nosotros una declaración en la que se afirmaba que habíamos entrado ilegalmente en Israel y que éramos capitanes de barco», aseguraban los periodistas.
Los repatriados han declarado que «ha habido un trato vejatorio e inhumano durante todo el tiempo. Hemos sido tratados como animales, creo que se puede afirmar así. De hecho, uno de los soldados, cuando gritábamos y pedíamos insulina para un compañero de 75 años que llevaba tres días solicitándola, respondió: ‘No tenemos médicos para animales en la cárcel'».
«Nos han golpeado, nos han arrastrado por el suelo, nos han atado de pies y manos, nos han metido en jaulas, nos han insultado, nos han impedido dormir, nos han negado asistencia médica», denunciaban.
Los periodistas sobre el terreno aseguraban en un comunicado: «Somos considerados un objetivo militar prioritario. No hay ningún heroísmo en que, como prensa, hayamos sido cronistas del genocidio. Quienes merecen respeto y admiración son nuestros colegas de Gaza, que están siendo asesinados por contar lo que está ocurriendo. Ya son casi 300 periodistas y profesionales de la información asesinados».
Ser parte de la prensa y estar «identificados como tal durante la flotilla ha supuesto que seamos objeto de especial violencia, de una escalada y de un trato violento y vejatorio», explicaban.
Petición al Gobierno de España
«Por último, queremos señalar que, como prensa acreditada, fue incautado todo nuestro material, incluyendo carnés de prensa, cámaras, agendas, micrófonos y libretas. Por todo ello, pedimos al Gobierno de España y al resto de gobiernos de la comunidad internacional que presionen para que se garantice el derecho a la información y para que podamos contar desde el terreno lo que está ocurriendo», sentenciaban en su primer comunicado a la prensa.
Los periodistas han relatado múltiples situaciones de trato inhumano por parte de las fuerzas israelíes. Desde: «Un compañero de 75 años estaba pidiendo insulina desde hace tres días y nos dijeron que no tenían médicos para animales en la cárcel», hasta: «Otra compañera, que pedía con urgencia medicina para su patología cardíaca, recibió como respuesta que solo sería urgente cuando se le parase el corazón».
En este sentido, han declarado que se les negó atención sanitaria básica, que no tuvieron acceso a agua potable en ningún momento, que la comida que se les proporcionó estaba «caducada o en mal estado», y que pasaron 24 horas sin comer. Además, las autoridades les cambiaban continuamente de celda para alterar su sueño y evitar que pudieran descansar.
«En el módulo de hombres, han entrado varias veces con las armas y nos han apuntado a partes vitales, como la cabeza o el corazón», relataba uno de los periodistas, como otra persona que incluso llegó a temer por su vida y a pensar que moriría en prisión.