No muy lejos del centro de Gijón, asoma en una callejuela estrecha el Club Deportivo Tíbet. Es el lugar donde se ha forjado uno de los luchadores de artes marciales mixtas (MMA) más importantes de la historia de España. Joel Álvarez (Asturias, 1993) creció … en el humilde barrio del Polígono, el lugar donde pasó muchas horas en la calle junto a sus colegas. La vida le enseñó que el camino recto lo encontraría entre las paredes del gimnasio y su descomunal talento dentro del octágono hizo el resto.

Hoy, El Fenómeno es uno de los atletas más espectaculares de la UFC, atesorando un récord profesional de 22 victorias, todas ellas finalizadas antes del límite. Después de nueve combates en el peso ligero (70,3 kilos) dentro de la mayor liga de MMA del mundo, el próximo 11 de octubre se estrenará en el wélter (77,1 kilos), una categoría superior que le permitirá mantener una mayor actividad debido al ‘infierno’ de los recortes de peso, ya que supera el metro noventa de altura. Y no será un debut cualquiera, lo hará con un aviso de tres semanas en Río de Janeiro, ante Vicente Luque, un brasileño que ha llegado a estar en el top 5 y ha vencido a tres excampeones. Es una oportunidad de oro. A falta de seis días para la pelea, Joel Álvarez abre las puertas de su ‘casa’ a ABC para analizar su pasado, su presente y su futuro.

-Llevas desde diciembre de 2024 sin subirte al octágono de la UFC, pero ha llegado la hora de regresar a la competición. Imagino que ya habrá ganas, ¿no?

-Sí, con ganas de volver al ruedo, son muchos meses los que han pasado. Estoy contento, por fin pondré el pie en la nueva categoría de peso.

-Nueva categoría, el peso wélter, y un estreno en corto aviso. ¿Qué te ha llevado a aceptar este combate con tan poca antelación?

-Tenía ganas de pelear, llevaba un tiempo con la ley del 50-60, mantenernos en ese ritmo, eran tres semanas pero el recorte de peso ya no es una barbaridad como era antes, encima para una pelea con Vicente Luque, que me puedo considerar un fan de él, he crecido viendo sus peleas, es una pelea muy atractiva, era una buena oportunidad. Y en un inmejorable escenario como Río de Janeiro.

-¿A qué te refieres con la ley del 50-60? ¿Al ritmo mantenido fuera de campamento?

-Mi carrera ha sido una muestra de ensayo y error, dejando los cimientos a toda la juventud que viene ahora para que no se estrellan tanto como lo he hecho yo. Intentas mantenerte a un ritmillo bueno, pero no de campamento, con un estilo de vida diaria como para cuando suene el teléfono subir hasta el 100 y llegar a la pelea sin romperte. Yo antes estaba siempre al cien por cien y he sufrido un montón de lesiones. Luego le encontramos la lógica, pecábamos de inexperiencia.

-Hablando de lesiones, tuviste que salir de tu pelea en mayo en Canadá contra Benoit Saint Denis por una en la mano. ¿Cómo estás de aquello?

-Fue un golpe en la mano que pillé un codo y se me puso el nudillo como una pelota de golf. Tuve que estar varias semanas sin golpear, yendo al fisio, pero ahora está bien. Gracias a Dios y a hacer las cosas bien estoy otra vez en el camino.

-Vayamos con el combate que tienes por delante. ¿Cómo fue la llamada de la UFC para decirte que peleabas el 11 de octubre contra Vicente Luque en Río? ¿Te lo pensaste?

-Estoy acostumbrado a bajar muchísimos kilos para entrar en el peso ligero. En este caso, el peso era lo que menos me preocupaba, porque estaba bien. Voy a volver a ser padre en diciembre y estaba con la incertidumbre. Al recibir la llamada pensé que estaba bien porque así podía estar en diciembre con mi mujer.

-Te enfrentas a Vicente Luque, un tipo que tiene 23 combates en la UFC, con 16 victorias, 14 de ellas finalizadas, ha peleado contra cuatro excampeones y ha vencido a tres de ellos. ¿Cómo esperas esta pelea ante un rival de tanta entidad?

-Tenemos un estilo similar, los dos somos finalizadores, no buscamos el derribo, vamos al intercambio de golpes aunque tenemos buenas sumisiones. Es una pelea entretenida, estoy muy contento con este combate. Tengo que ser cauteloso, es un cazador como yo; es una pelea muy divertida.

-Me da la sensación que tu combate está catalogado por los aficionados como la ‘pelea del pueblo’, es decir, la más atractiva de la cartelera a nivel de estilos y espectacularidad.

-Yo creo que sí, los que realmente saben de este deporte también tienen esa sensación, somos dos luchadores que van a ir a finalizar y darlo todo. Es una pelea que puede terminar en cualquier momento.

Imagen principal - Joel Álvarez es la punta de lanza del Club Deportivo Tíbet, un gimnasio capitaneado por Borja Álvarez y Pepín que actúa de familia para muchos jóvenes que buscan un camino recto a través de las artes marciales mixtas.

Imagen secundaria 1 - Joel Álvarez es la punta de lanza del Club Deportivo Tíbet, un gimnasio capitaneado por Borja Álvarez y Pepín que actúa de familia para muchos jóvenes que buscan un camino recto a través de las artes marciales mixtas.

Imagen secundaria 2 - Joel Álvarez es la punta de lanza del Club Deportivo Tíbet, un gimnasio capitaneado por Borja Álvarez y Pepín que actúa de familia para muchos jóvenes que buscan un camino recto a través de las artes marciales mixtas.

La familia tibetana
Joel Álvarez es la punta de lanza del Club Deportivo Tíbet, un gimnasio capitaneado por Borja Álvarez y Pepín que actúa de familia para muchos jóvenes que buscan un camino recto a través de las artes marciales mixtas.
PABLO ORTEGA

-¿Cómo se hace un ‘training camp’ para una pelea en tres semanas cuando habitualmente son diez o doce?

-Hacer una preparación para un combate en tres semanas es complicado, tienes que saltarte toda la parte del trabajo de fuerza, hemos ajustado picos de físico para llegar bien. Ha tocado llamar rápidamente a sparrings para que vinieran, a los que les agradezco mucho que hayan venido. Es complicado porque todo ha sido muy acelerado, pero por otro lado estoy contento porque no tengo todo el estrés que supone un campamento, estamos ya prácticamente viajando a Brasil y comenzando la Fight Week. Estamos muy motivados.

-No es lo mismo debutar en el peso wélter contra un nombre desconocido que hacerlo contra un luchador con 23 peleas que estuvo en la lista de contendientes. ¿Tienes la sensación de que una buena victoria te pone en la mira del top 15?

-Soy fan de Luque, pero si le gano la pelea, si no me colocan en el top 15, me abriría a pelear contra alguno de ellos. Hablamos de que ha sido top 5 de la división, ha ganado a tres campeones de la UFC, es muy bueno y con mucho nombre. Ahora le ha venido algo de mala racha, pero para mí es un top 10 natural.

-¿El peso wélter es sinónimo de que vayas a tener mucha actividad?

-Lo hablé con mi mánager, Ali Abdelaziz. Le dije que en el peso ligero iba a estar peleando una vez al año porque el recorte de peso lo sufro yo pero también toda mi familia, incluida mi hija, y mi equipo. Con mi hija ahora puedo estar jugando, antes tenía que estar tirado en el sofá descansando. Mi traducción del peso wélter es que voy a vivir.

-Recuerdo una frase que me dijiste hace tiempo: el problema no es solo el recorte de peso, que lo es, sino la descompensación del cuerpo cuando ya ha pasado. Ahora eso no será tan acusado.

-Claro, es que antes llevaba a mi cuerpo a los 70 kilos y a las dos semanas rebotaba a más de 90. Eso no es sano. Ahora bajaré a 77 kilos y rebotaré a 10, 12 o 15 kilos como mucho, es todo mucho más natural. No es que vaya a estar más grande, estaré más natural, antes vivía en un déficit continuo, yo soy un tío grande.

-¿Te ha afectado mucho la inactividad? Porque al final, pese a que tienes una marca de ropa como Knockout Couture o patrocinadores, no pelear es algo así como estar en el paro, porque os pagan por combate.

-Está claro que cada vez que peleas hay un impulso en la cuenta del banco. Gracias a Dios yo he hecho buenos movimientos y me van bien económicamente, pero más que por lo económico es por lo deportivo. Dejar de pisar la jaula es como dejar de familiarizarte con ella, y ahora la cabeza tiene que volver a colocarlo todo, ha sido un parón largo y eso se nota. Tengo muchas ganas de volver a vivir una Fight Week.

-Hablando de ganas, he visto que te hace ilusión pelear en Río de Janeiro y en una gran cartelera como la que organizan en Brasil.

-¡Claro! El Ejército de Pancho Villa por Río, eso suena muy bien, ahí estaremos todos. Es inmejorable la arena, tengo muchas ganas. Somos la antepenúltima pelea, eso va a ser una olla a presión, va a molar mucho. Me gusta ir de visitante, en territorio hostil, eso me gusta. Presión ninguna, hemos tomado la pelea con tres semanas y vamos con la mentalidad de ganar cien por cien, me motiva mucho.

-Entiendo que pusiste junto a tu equipo en la balanza el riesgo y la oportunidad y lo viste claro.

-Ponemos todos los pros y contras en la balanza, pero esta pelea me encanta, es un ‘striker’ y casi nunca va a derribar. Si me dan otro nombre como Gilbert Burns, que se tira mucho al jiujitsu brasileño, yo no estaría en tres semanas preparado para pelear contra él. O con Colby Covington, con gente que te vaya a luchar cuerpo a cuerpo, necesitaría un campamento y una preparación diferente, no podría haberla aceptada, pero en el caso de Luque, con su estilo, no están agotador como cuando te empieza alguien a luchar.

-No es el estilo de Luque, pero ese escenario del ‘wrestling’ puede llegar.

-No es su estilo, pero claro que se puede dar. Me sorprendería mucho, lo he estudiado bien. Casi todos los luchadores cuando se ven en peligro se tiran a luchar, este tipo no, se mantiene, se recupera e intenta volver a coger el eje y se faja otra vez.

-Me has sacado el nombre de Gilbert Burns, también hay otros como Geoff Neal o Ian Garry, que son pegadores entretenidos. ¿Contra qué atletas del top 15 te gustaría pelear?

-Hay muchos que me gustan. Carlos Prates, Stephen Thompson o Leon Edwards, son ‘strikers’ que molan mucho. Es una división con un top 15 lleno de pegadores.

-La pelea de Leon Edwards sería muy buena.

-Sí, sí, tiene un ‘striking’ muy depurado, no es un noqueador pero controla el resultado de la pelea de principio a fin.

-Ahora toca Río, pero entiendo que en el futuro para pelear en Estados Unidos sin problema para entrar por el visado, ¿no?

-Sí, sí, ahora me toca renovarlo y poder entrar en eventos en Estados Unidos. También me gusta Abu Dabi, Qatar, Europa o España (risas). Las Vegas y la costa oeste es una paliza de viaje. Es trabajo y lo que mande la empresa, pero si pueden estar mejor situadas, mejor.

-Hablemos del plano mental. Ya tienes mucha experiencia en la UFC pero, ¿qué se te pasa por la cabeza en estas semanas hasta la pelea?

-Te pasa de todo por la cabeza. Te pones en los mejores escenarios, ganando con una patada de doble giro en el aire, que te den tres bonos en la misma noche, hasta que te noqueen en el primer golpe. Es normal, son ideas y venidas de emociones, de miedos… Es lo que le da la chispa a este deporte. Aunque es lo que hago todos los días en el gimnasio, en la semana de la pelea, con la presión mediática, te piensas que los puñetazos duelen tres veces más o que tienes tres veces menos de velocidad, y no, es lo que haces todos los días. Es verdad que te pasan muchas cosas por la cabeza, pero si no tuviese esas emociones sería que ya habría perdido la chispa, la pasión por el deporte.

-Dicen que si no hay mariposas en el estómago es que el fuego ya se ha extinguido.

-Eso es. Sin esa emoción por pelear… Yo ahora en la nueva categoría la tengo incluso más. Antes era pensar que había combate y lo primero que me venía a la cabeza era el recorte de peso. Ahora es natural y no esas burradas de antes. Estamos ahí, estoy más emocionado.

-Es como si estuvieras comenzando una ‘nueva’ carrera.

-Yo creo que sí. Empieza una segunda carrera de eslalon, teniendo en cuenta que será mi pelea profesional número 26 y la décima en la UFC, pero es como una nueva versión de Joel Álvarez en el peso wélter. Quiero hacer disfrutar a los fans y a los que me apoyan, tengo 32 años, no voy a seguir peleando hasta los 40, espero retirarme con 37 o 38 años. En estos años que me quedan quiero hacer pelear y disfrutar a la gente. Y poder retirarme sano.

Joel Álvarez golpe a un saco, mientras los cristales del gimnasio 'sudan'

Joel Álvarez golpe a un saco, mientras los cristales del gimnasio ‘sudan’

PABLO ORTEGA

-A la gente le interesa mucho saber acerca del momento vestuario, esos instantes en los que están calentando para salir a combatir al octágono. Dicen que es uno de los más difíciles.

-Yo ese momento estoy bien, como ya he calentado y estoy reactivo, en mi rol de peleador, no lo llevo mal. Pienso vamos a quitarnos esto de en medio, a poner la guinda al pastel. Cuando lo paso mal yo es durante las dos horas previas a que te lleven al estadio. Son dos horas en la que estoy solo, en la habitación de hotel, porque mis patrones ya marcharon al estadio. Y me quedo en la más absoluta soledad, sin mirar el móvil ni nada. Y dices: ‘Mierda, donde me he metido. Otra vez aquí’. Pero piensas es tu trabajo, mamón, sal ahí y hazlo. Llevo toda la vida haciéndolo gratis, ahora te van a pagar una talegada por ello, vas a dar una mejor calidad a tu mujer y a tus hijos, y solo tienes que hacer una cosa, que es pelear. No me están pidiendo que me ponga a hacer ecuaciones o entrevistas, es algo que llevo haciendo toda la vida, lo hacía gratis, incluso pagando o por 200 euros cuando comencé. Tengo una motivación extra económica y familiar, es una responsabilidad y peleo de cara a ello. Peleas y traes el sustento a casa o que en casa haya un poco de calamidades por no hayas tenido los huevos de hacer lo que tienes que hacer. Lo naturalizo así y pongo la directa al trabajo.

-Así que te quedas dos horas reflexionando el por qué estás ahí, esperando a que te lleven para pelear en un octágono delante de miles de personas.

-Eso es, al final solo es pelear, tan sencillo. Una vez más.

-¿Y tienes algún ritual especial antes de salir a pelear?

-En el vestuario es un poco comedia, porque siempre está el de los test antidoping, nos dicen que harán controles aleatorios y a mí siempre me toca (risas). Que no hay fallo, eh. Pero siempre es: ‘Míster Álvarez, te ha tocado’. Y allá vamos. Pero claro estás calentando, mientras que tienes que orinar, a veces no llenas el bote… Luego ya en el octágono, siempre saludo a los cuatro lados y al equipo rival. Mantenerme activo, no quedarme parado, que esté fluyendo la sangre para no entrar frío.

-Has dicho que te gustaría retirarte con 37 o 38 años. ¿Dónde te ves dentro de tres años en la UFC?

-Dentro del ranking (top 15) del peso wélter. Y espero estar muy cómodo en la vida. Seguir con mi trabajo de pelear, que no es una pasión, es un trabajo, y ser un padre de familia, poder llevar a mis hijos al cole, también poder sacar a los chavales de mi gimnasio a pelear, con 35 años espero estar así, y de vez en cuando pelear en la UFC.

-Vamos con la parte más personal. Viene en camino un segundo hijo. Imagino que ya te mantienes con el chip activo de padre de familia.

-Es muy buena pregunta, porque yo antes cuando veía a la gente hacerse padre, veía que bajaba el rendimiento, igual se le daba mal la pelea, pero lo veía. Me acojonaba lo de ser padre y todo lo contrario, voy con una racha de tres victorias, ha sido una motivación extra. Yo tengo mucha suerte, tengo una mujer maravillosa que se encarga de todo, es administrativa y además hace todo, se encarga mucho de la niña, de lo que yo necesito comer para mis preparaciones, es una maravilla. Ahora viene otro y va a haber más ruido en la casa (risas). Pero seguirán las cosas similares. Cristina es una súper mujer y puedo centrarme en el trabajo, en las peleas. Y encima me llevo la parte buena de casa, llevo una vida que jamás hubiese soñado.

-Hay una frase muy potente que te he escuchado en la que decías que «estabas viviendo una vida que no te pertenecía».

-Es así, no es la vida que me pertenecía, vivo bien a nivel personal, no solo económico. Nunca tuve nada, no tengo herencias, no tuve ese sácate buenas notas que te pago el carné de coche, siempre fui con una mano delante y otra detrás. Solo tuve a mis abuelos y fallecieron cuando yo era joven. Me tuve que hacer a mí mismo y hacerlo siendo un chaval supuso pasar muchas horas en la calle y buscas el duro fácil y con el mínimo esfuerzo a ser posible y no te metes en cosas buenas. Pero vas viendo cómo no te sonríe la suerte y dices… ¡hostia! Y ahora ver quién soy, no es lo que me deparaba la vida, me esperaba otra cosa, por eso estoy muy agradecido, siguiendo el camino del hombre recto, ser buena persona y hacer las cosas bien para seguir viviendo la vida que no era la mía. No sé a quién se la habré quitado, pero no era la mía. Quiero disfrutar de ello, estoy lleno de ilusión y no me puedo quejar con mi vida.

-Cuando uno habla contigo, se da cuenta de que eres ‘muy asturiano’. ¿Qué impacto tiene Asturias en tu identidad y qué significa para ti?

-Asturias es mi tierra, la gente de aquí tiene una forma de ser, somos muy familiares y muy hospitalarios. Como decimos aquí, somos paisanos y es por lo que nos regimos. Lo primero es ser paisano, y una vez lo seas, vas trazando todo. Somos muy nobles. Ser paisano, ser asturiano es un sentimiento. Mi hermano me decía: ‘Joelín, o eres un paisano o eres un mierda’. Hasta que no fueron pasando los años, no lo comprendí, hasta que me metió a la obra con 18 años para trabajar, para ser un paisano. Y aún así salí un poco rana, porque entenderlo de joven es complicado.

-Pues este paisano, además de pelear, se ha convertido en un emprendedor, impulsando su propia marca de ropa Knockout Couture. ¿Cómo está yendo este proyecto?

-Estamos muy contentos, ha crecido muchísimo la marca en poco tiempo. Lo vemos con los encargos que nos hacen, mola mucho. El otro día fui a un evento a Burgos y había un par de peleadores que llevaban pantalones de la marca y eso mola, está ya repartida por todo el país. Me encanta poner ese estilo real a disposición de todos.

-Padre de familia, peleador de la UFC, empresario… ¿De qué te enorgulleces más dentro y fuera del octágono?

-De los míos, de mi gente. Es verlos crecer y eso te enorgullece muchísimo, ver que salen adelante y hacen las cosas bien. Mi mujer, la primera, mientras entrenadores Borja y Pepín, los chavales del gimnasio. Mis amigos vienen de mismo sitio que yo y están ahora bien, que le vaya bien a todo mi círculo es de lo que más me enorgullezco.

-Joel, muchas gracias y mucha suerte para tu pelea en el UFC Río. Estaremos allí cubriendo el evento.

-Muchas gracias a vosotros.