Isa Serra (Madrid, 1989) lleva solo un año como eurodiputada después de un paso largo por la política regional en Madrid y en altos cargos de Podemos, y han sido para ella meses de mucho ajetreo, con el foco puesto en tiempos muy exigentes para una Unión Europea que encarga momentos complejos. Sobre defensa, Gaza, el pilar social europeo o el papel de España charla Serra con 20minutos a pocos días de que el curso político eche el cierre en Bruselas.

¿Qué balance hace del curso político?

Creo que ha sido un año de grandes retrocesos en la Unión Europea. El pacto que ha ido desde la ultraderecha hasta la socialdemocracia, que ha conformado el gobierno de Europa, ha significado que la UE tenga un proyecto basado en la militarización, en el racismo, en el extractivismo con el sur global; porque esto es un elemento también determinante en el proyecto europeo que hay ahora, de cómo están desviando toda la cooperación, el desarrollo, para tratar de reposicionar a Europa en el mundo a base de expolio a los países del sur global. También se ha demostrado que el discurso europeo sobre los derechos humanos se ha convertido en pura hipocresía, que ya nadie cree en el papel de Europa como defensora de los derechos humanos.

¿Es el acuerdo con EEUU un buen resumen de esto para usted?

Sí, creo que la sumisión y la humillación que significa el pacto de Ursula von der Leyen y la mayoría que lo sostiene, porque para mí es muy relevante insistir en que esto está apoyado por parte de la socialdemocracia europea, supone o resume la debacle europea y el entierro de la poca credibilidad que pretendiese tener en la defensa de los derechos humanos. El acuerdo que han firmado es un acuerdo devastador para la ciudadanía europea, devastador para el mundo también en un momento de colapso del orden internacional.

El acuerdo que han firmado es un acuerdo devastador para la ciudadanía europea, devastador para el mundo también en un momento de colapso del orden internacional

Con guerras en Ucrania y en Gaza.

La de Ucrania nos contaron que era una guerra que había que emprender contra Rusia ante la invasión de Rusia a Ucrania por los valores y por la libertad, y eso es una absoluta falsedad. Es una guerra que ha servido a Europa para cargarse todo el gasto social y todo el proyecto europeo para los derechos sociales y poner en el centro de la economía a las empresas armamentísticas. Por eso es importante señalar que la guerra de Ucrania ha sido la excusa para avanzar hacia un régimen de guerra por parte de Europa, que ese es su principal proyecto, un régimen de guerra.

¿Por qué España no convence al resto de socios de suspender el acuerdo de asociación con Israel?

A mí es que en realidad el posicionamiento del Gobierno de Pedro Sánchez en Europa y en el mundo, porque yo creo que trata de vender esa imagen internacional de defensor de los derechos humanos y de distinción con respecto al avance de la ultraderecha y el fascismo, me parece falsa y que tienen muchos titulares y pocas acciones. Porque si Pedro Sánchez y Albares realmente defendiesen la ruptura del acuerdo de asociación entre la Unión Europea e Israel, habría aplicado un embargo de armas ya en España.

¿Ve entonces una incongruencia?

Es muy fácil para Pedro Sánchez decir en Europa que defiende los derechos humanos, pero en la práctica y en la realidad sigue manteniendo esos acuerdos en España, donde sí que podría suspenderlos, donde no necesita que haya un acuerdo en Europa para suspender esos acuerdos con Israel. Me parece que sirve para Pedro Sánchez para hacer una campaña que es propaganda en un contexto como en el que estamos, porque yo creo que no valen en un momento de gravedad como en el que estamos. Estamos viendo un genocidio contra el pueblo palestino, donde se está en riesgo dos millones de personas por la hambruna, gracias al bloqueo por parte de Israel. No valen esas palabras. No vale tampoco tratar de aparentar que en Europa tú defiendes los derechos humanos. Valen los hechos, solo valen los hechos.

Lo perverso en este momento es que la austeridad se ha suspendido solamente para que podamos sacar el dinero de educación o de sanidad y dedicárselo a las armas

¿Es sostenible tal cual está ahora mismo la Comisión con Ursula von der Leyen al frente?

Yo creo que en este contexto en el que estamos, que para mí es la consecuencia de una crisis muy profunda económica, ecológica, de cuidados, de reproducción social, tiene que haber un cambio, va a haber un cambio. Estamos en una época todavía en disputa en la que hay una ultraderecha que crece y que consigue que calen sus ideas, sin duda, pero que no se ha definido hacia dónde vamos. Y yo creo que Gaza y el genocidio contra el pueblo palestino es la punta del iceberg de una disputa a nivel mundial de qué mundo vamos a construir y hacia qué mundo vamos.

¿Entonces?

Por desgracia creo que por ahora Ursula von der Leyen y la Comisión Europea, con ese acuerdo que hay desde las socialdemocracias de la ultraderecha, van a continuar por este camino. Tengo pocas esperanzas en que ese consenso, que en Europa además, cuando estás en el Parlamento Europeo, se ve muy claramente, mucho más que lo que se ve en España. Ese consenso bélico, ese consenso racista también, creo que se va a sostener.

¿Y cuál sería la alternativa?

La única alternativa es, primero, que haya una izquierda que es fuerte y que es capaz de generar una alternativa esperanzadora para los pueblos de Europa y para la ciudadanía europea, pero que será la ciudadanía que se movilice, que lo está haciendo con Palestina, pero que va a salir más a la calle en el próximo tiempo para definir un nuevo orden mundial.

¿Considera que todo esto genera desafección, entiendo?

Se genera un sentimiento de que la política no sirve para nada. Porque si gran parte de la ciudadanía está en contra y está llevándose las manos a la cabeza a lo que está viviendo en Gaza, pero ve que no hay ningún gobierno que le pare los pies a Netanyahu y al sionismo, parece que la explicación de eso solo puede ser que la política no sirve para nada. Es decir, que el genocidio es inevitable, que la guerra no es una decisión, que, por cierto, es lo que nos quieren contar, que es inevitable y, por tanto, tenemos que dedicar todo nuestro presupuesto, armarnos hasta los dientes y cargarnos los servicios públicos, la sanidad y la educación. Lo perverso en este momento es que la austeridad se ha suspendido solamente para que podamos sacar el dinero de educación o de sanidad y dedicárselo a las armas. O sea que ese es también un ejemplo de la debacle en la que estamos en este contexto.